Querida ansiedad
Ansiedad es no saber cómo empezar a escribir esto de los nervios que te genera bajar toda la vorágine de pensamientos a un texto escrito. Ansiedad es acostarte a dormir temprano, agotada, y despertarte a los cuarenta minutos un ruido que (quizás) escuchaste sólo vos. Ansiedad es buscarle treinta y cinco razones de ser menos una lógica y razonable (las aspas del ventilador). Ansiedad es pensar que seguro es un asesino en serie, violador, ladrón y/o fantasma (muchos, muchos fantasmas). Ansiedad es saber que el fantasma lo tenés en tu cabeza. Ansiedad es arreglar el problema (del ventilador), volver a acostarte pero no poder dormirte. Ansiedad es repasar todas las cosas que tenés que hacer al día siguiente una vez que estés despierta en vez de contar ovejitas. Ansiedad es saber que no vas a poder terminarlas a todas si no te dormís rápido. Ansiedad es saber que las tendrás que hacer a las corridas porque vas a dormir poco y como el culo. Ansiedad es repasarlas una vez más convencida de que seguro te olvidás de algo. Ansiedad es concentrarte de repente en una de ellas (que te estás yendo de viaje a sacar fotos para un rodaje) y sentirte una impostora y un fraude. Ansiedad es intentar recordar cómo mierda se hace un balance de blancos y agregar a la lista de cosas que hacer “comprar cartulina blanca, gris y negra”, y también un “verificar cómo se hace según las cámaras que estás llevando”. Ansiedad es imaginarte haciendo el ridículo enfrente de un montón de personas que están recibidas de Diseño de Imagen y Sonido y que hace varios años que trabajan con imagen fija y/o en movimiento. Ansiedad es recordar que en los próximos días vas a dormir poco y que con más razón deberías dormirte ahora mismo. Ansiedad es haber comprado una almohada porque la realidad es que dormís mal hace bastante. Ansiedad es saber que la falta de una almohada apropiada no es el problema. Ansiedad es cargar los tapones para los oídos por si te toca dormir en el viaje con alguien que ronca. Ansiedad es no saber si este texto debería estar separado en párrafos, si cada oración debería estar suelta o si todo debería ser un gran choclo como la maraña que estás intentando dar forma por escrito. Ansiedad es darte cuenta que los ruidos siguen y no son la gata rompiendo las bolas. Ansiedad es abrazarte a la gata y rogar que los ruidos que escuchás una vez que apagás la luz también se esfumen en el olvido y te dejen dormir. Ansiedad es el temor de que no te alcance el tiempo para hacer alguno de los ítems de esa lista que ahora te parece interminable (y eso también es ansiedad, ¿por qué la lista es cada vez más larga?). Ansiedad es ver que se mueve una pelusa en el piso blanco y saltar del susto aunque ya la hayas visto moverse unas cinco veces antes. Ansiedad es pasearte por el departamento y terminar en la cocina bajoneando comida que sólo te hace engordar (y eso también es ansiedad, ¿por qué estoy subiendo tanto de peso?). Ansiedad es mirarte varios capítulos de una serie seguidos con la esperanza que se te duerma el cerebro aunque estés con los ojos abiertos. Ansiedad es seguir despierta en modo automático. Ansiedad es evitar que te gane la angustia pero fracasar en el intento y llorar a moco tendido. Ansiedad es dejar de respirar. Ansiedad es tener palpitaciones. Ansiedad es querer que te abracen así se te pasa pero vivís sola. Ansiedad es querer tomarte un taxi a las cinco de la mañana a la casa de tu novio para que al menos te tranquilice un poco. Ansiedad es que te dé culpa dejar a la gata sola. Ansiedad es no querer despertar a tu novio que también necesita dormir porque el alquiler no se paga solo. Ansiedad es darte cuenta que estamos a diecinueve de marzo y no sabés qué malabares vas a hacer para llegar a fin de mes. Ansiedad es recordar que tenés que ir a la inmobiliaria y terminar de resolver un tema de contrato que involucra a tu ex. Ansiedad es tener que escribirle a tu ex. Ansiedad es que tu mamá viva lejos y tampoco puedas recurrir a ella porque está a cuatro horas. Ansiedad es que estas cosas te pasen siempre a esta hora donde indudablemente vas a estar sola y por eso sos un blanco fácil. Ansiedad es que te plantees todas esas posibilidades en simultáneo y llores más fuerte porque ninguna es una solución. Ansiedad es que te pase también de día pero no le das lugar mental entonces terminás somatizando. Ansiedad es ir por la calle intentando contener las arcadas. Ansiedad es llegar a tu casa pensando que vas a vomitar de los nervios y terminar largando todo por el otro extremo. Ansiedad es ponerse a pensar sobre las cosas que te dan ansiedad. Ansiedad es que la gata se despabile y se ponga a a hinchar las bolas y vos ya no des más del cansancio. Ansiedad es que a la gata le dé sueño de nuevo, se acueste y vos la mires con envidia deseando que tu vida fuera un poquito más fácil. Ansiedad es estar dando vueltas hace cinco horas y media sin poder conciliar el sueño. Ansiedad es que el psicólogo se tome vacaciones durante dos semanas y a la vuelta “note que estás hablando distinta”. Ansiedad es que él haya tardado cuatro meses en darse cuenta de que estoy “angustiadísima”. Ansiedad es que sientas que estás desperdiciando una hora semanal cada vez que vas. Ansiedad es recordar que volvista a la facultad y esa hora la podés usar para estudiar. Ansiedad es decidir faltar al segundo teórico porque no llegás con las cosas que tenés que hacer para el viaje. Ansiedad es saber que también faltás al tercer teórico porque vas a estar de viaje. Ansiedad es darte cuenta que no vas ni una semana de cursada y ya estás atrasada con las lecturas. Ansiedad es darte cuenta que falta un mes para el primer parcial. Ansiedad es no saber cuándo mierda vas a estudair porque también trabajás. Ansiedad es que el día después del viaje se te terminan las vacaciones. Ansiedad es volver a un trabajo que no te gusta y te angustia. Ansiedad es escribir en algún grupo de WhatsApp alguna boludez para distraerte del maremoto mental. Ansiedad es desconectarte de redes sociales porque todo se torna demasiado. Ansiedad es que tu mamá te llame una vez por hora todo un día porque no le contestás por ningún lado. Ansiedad es volver a mirar la pelusa que se sigue moviendo. Ansiedad es volver a redes sociales porque necesitás llenar tu cerebro con algo que no sean tus propios pensamientos. Ansiedad es morfarte un libro de setecientas páginas en tres días con tal de distraerte. Ansiedad es armar la lista de cosas a empacar y agregar un “respirar” al final. Ansiedad es tener los ojos inyectados en sangre y aún así seguir despierta. Ansiedad es que te haya pasado más de una vez. Ansiedad es haberte acostado a las siete de la mañana. Ansiedad es haber dormido con la luz prendida. Ansiedad es ponerte a escribir esto frenéticamente con la esperanza de que se te apague la tele mental y logres descansar aunque sea un ratito.
Querida ansiedad: de querida, nada. Ya vete de aquí.
