Un rostro joven del amor
El amor no tiene edad. Eso dicen. Pero siempre tiene rostro joven.
Texto: Jorge Sariol.
Fotos: Elio Mirand
El amor no tiene edad. Eso dicen. Pero siempre tiene rostro joven. Tal véz sea porque es más desinhibido en momentos del divino tesoro, cualidad que los adultos suelen perder con el tiempo. O quizás sea porque los adultos llevan en sí una cualidad transitada por la discreción y el donaire que da la certeza de que el amor es eterno, mientras dura.
En ambos casos debían equilibrarse razón y emoción, pero ya sabemos que es bastante raro que florezcan en una misma planta.
El amor siempre tiene rostro joven y es siempre hermoso; no distingue condición social, raza, credo o sexo. Es apasionado y vuela muchas veces por delante de la imaginación.
Y si a pesar de no verse, dicen que no tiene edad, por algo será.