Avengers: Endgame, sobre el fracaso y segundas oportunidades

Andrés
Castillo de Huesos
Published in
7 min readMay 12, 2019

SPOILERS

Luché por un tiempo para encontrar las palabras exactas para explicar lo que siento sobre Avengers: Endgame, específicamente, una semana. Como muchos, quedé atónito cuando salí del cine pasadas esas 3 horas. La película tocó tantos acordes conmigo en tantos niveles que cada vez que pensaba sobre ella mi mente se convertía en una aglomeración de la gran cantidad de momentos memorables, personajes, líneas, o acciones que resonaron conmigo de una manera u otra. ¿Qué fue exactamente lo que me encantó? Sí, Capitán América levantando Mjolnir fue tan épico que me quedé sin aliento por un segundo. Sí, sonreí como un idiota con la pequeña línea de dialogo de Black Panther llamando a Hawkeye por su nombre real, una de las momentos que conectan a películas pasadas y que enriquecen a esta de manera maravillosa. Pero, ¿Qué hay en el núcleo de esos momentos que los hacen funcionar tan bien? Fue entonces cuando me di cuenta:

Avengers: Endgame es una película sobre segundas oportunidades. Acerca de aprovecharlas cuando aparecen.

Aunque al principio parece que el hilo temático de la película es el fracaso, el fallarle a aquellos que cuentan nosotros, a medida que avanza nos permite ver qué es realmente el fracaso: una puerta abierta, una forma de usar la carga para encontrar soluciones previamente invisibles.

Cuando comienza, encontramos a nuestros héroes en su punto más bajo, ya que su derrota le ha costado al universo la mitad de su población. Donde otras películas llevarían a los héroes en una travesía de venganza a lo largo de su duración (y la película no podría ser criticada si tomara esta ruta, son Los Vengadores, después de todo), Endgame establece este hilo y casi de inmediato acaba con él una vez que Thor mata a Thanos. ¡Genial! El malo está muerto, se acabó la película. Excepto que todavía quedan dos horas y media.

Al tomar este camino, los escritores Marcus y Mcfeely abren una puerta al corazón de lo que realmente significa la derrota. 5 años después, los Vengadores no pueden sacudir el peso de su fracaso. Algunos se han convertido en reclusos, otros todavía están tratando de ayudar de cualquier manera que pueden, algunos han encontrado la paz consigo mismos. Todos tienen que encontrar su valor en un universo donde los héroes nos han fallado por completo.

Pero las segundas oportunidades se presentan, como lo hacen a menudo, de la manera menos imaginable (en este caso en forma de rata), y cuando lo hacen nos dan la oportunidad de descubrir quiénes somos realmente.

Aquí es donde Endgame muestra la verdadera naturaleza de un superhéroe mejor que casi cualquier película que haya visto. Uno no es un héroe porque triunfa contra las probabilidades cada vez que las enfrenta, uno es un héroe porque no importa cuán grande sea el fracaso, todavía está dispuesto a intentarlo una vez más.

Este es un elemento donde una película como The Dark Knight Rises falla fundamentalmente. Pero los personajes de Endgame están dispuestos a hacer lo imposible no para corregir un error que les afecta profundamente de manera personal, sino para salvar a todos los que han decepcionado. Porque los héroes no sucumben a sus fracasos, hacen lo que sea necesario para, al menos, saber que intentaron todo para hacer lo correcto.

A medida que avanza con su historia de viaje en el tiempo, la película presenta su hilo temático de la manera más literal a través de los seis vengadores originales. En la década de los 70, Tony tiene una segunda oportunidad de ver a su padre, de despedirse, de completar el círculo que lo inició todo. Él ha crecido para convertirse en un hombre mejor, para dejar atrás las frustraciones que tenía contra ese hombre al que no entendía del todo; de algunas maneras, perdonar a su padre, pero aquí crece para perdonarse a sí mismo, para estar en paz y ser finalmente liberado de la última roca en su hombro, algo que en última instancia le permitirá tomar la decisión final.

Al igual que Tony, Thor tiene una segunda oportunidad para ver y despedirse de su madre, Frigga. En este punto de la película Thor es un hombre roto; tan angustiado por su fracaso que la mera mención del nombre Thanos envía escalofríos a través de su cuerpo. Se ha vuelto tan diferente a sí mismo que su el que su madre lo vea en tal estado es una fuente de vergüenza. Pero Frigga conoce a su hijo mejor que tal vez incluso él mismo, y Thor tiene una última oportunidad para escuchar las palabras que más necesita escuchar de la persona que más necesitaba escucharlas, sin las cuales no podría haber enfrentado a Thanos al final.

El caso de Hulk / Bruce Banner es particular porque a primera vista no tiene una segunda oportunidad para hacer las paces con otra persona, sino con él mismo. El trauma de la tragedia que ha experimentado ha hecho que Banner y Hulk, quienes ya han sido establecidos como dos personalidades diferentes que ocupan el mismo cuerpo (no me meteré dentro de todos los temas jungianos en la historia de Hulk, es un tema para otro artículo). Han desarrollado la capacidad aceptarse mutuamente y vivir como un mamut verde imperdible a la vista de todos los demás, de algunas formas un monumento a su propio fracaso que camina y respira. Así que pueden abordar a esta segunda oportunidad para regresar a un momento de sus vidas en el que no estaban completamente conscientes de sí mismos y revivirlo como su versión más madura y racional. ¿Y a quién no le encantaría hacer eso?

La motivación de Natasha desde el comienzo de estas películas ha sido compensar su pasado oscuro tratando de salvar a todos como una forma de limpiar toda la sangre inocente que derramó. Pero no importa cuántas vidas directa o indirectamente ayudó a salvar, nunca pudo escapar de su pasado y nunca podría verse a sí misma como algo más que un monstruo. Es por eso que cuando la encontramos, ella está enfocada completamente en la completamente en la siguiente misión, aun tratando de salvar a los que quedan, de borrar el rojo de la sangre. Sin embargo, ella encuentra que no importa a cuántos pueda salvar, el rojo de la mitad del universo no se puede borrar. Su segunda oportunidad se presenta en la forma de darse cuenta de cómo limpiarlo de una vez por todas: dar su vida a cambio de la vida de billones.

El arco narrativo de Hawkeye es el más tradicional del grupo. Todo lo que siempre ha querido es llevar una vida normal, pero sus deberes como vengador siempre se interponían en su camino hasta que, finalmente, lo perdió todo, nuca habiendo logrado disfrutar plenamente de la vida que había estado anhelando. El “atraco al tiempo” de Ant-Man es una segunda oportunidad para recuperar esos momentos que había dejado escapar.

Finalmente, y la más importante, la segunda oportunidad de Cap le permite ver la vida que perdió, la que pensó que “se hundió bajo el hielo hace 70 años” junto al tipo que la quería; y darse cuenta de que no solo se estaba mintiendo a sí mismo, sino que la idea de Tony de vivir la vida un poco no estaba del todo equivocada, y que una vida de dedicarse a proteger a otras personas tal vez le había ganado ese derecho. Es apropiado que la película termine con Cap aprovechando esa oportunidad, de todos los personajes él fue el que probablemente más sacrificó y el que puede regresar con el cambio más grande.

Estos temas se extienden más allá de los seis personajes principales; Nebula resulta ser uno de los personajes más importantes y su arco nos da la oportunidad de ver qué sucede cuando nos negamos a nosotros mismos una segunda oportunidad (terminas con un disparo en el pecho, aparentemente). También se conecta a Infinity War diciéndonos que no siempre debemos seguir nuestro primer instinto; el instinto natural de casi todos los personajes en Infinity War resulta ser incorrecto: el uso de la violencia por parte de Gamora para lidiar con su padre; la protección de la piedra del tiempo por parte del Dr. Strange drante toda la primera mitad; la necesidad de Thor de presumir a su enemigo a su cara mientras da el que debería ser el golpe final; la mentira y la manipulación de Loki; incluso la postura de “no intercambiamos vidas” de Cap de un giro de ciento ochenta grados para convertirse en “lo que sea necesario”.

Sí, la película es un gran espectáculo lleno de momentos increíbles, pero los hilos emocionales son los que realmente me afectaron en gran manera. Soy un hombre de constantes y casi cotidianos fracasos. No estoy diciendo que eso me haga peor (o mejor, en cualquier caso) que los demás, todos estamos llenos de fracasos, muchos de los cuales constantemente llevamos encima como un caballo muerto; por eso necesito creer en las segundas oportunidades, y esta película nos dice (o por lo menos a mí) que lo más heroico que uno puede hacer no es solo tratar de solucionarlos, sino de abordar la segunda oportunidad que nos ofrecen con una mejor comprensión de quiénes somos realmente.

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