Memorias de extinción 9

Andrés
Castillo de Huesos
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2 min readJul 22, 2018

IX

Del reporte de Vice.com de fecha 3 de Mayo de 2019

Venezuela: Un apocalipsis inesperado.

Al final no fue el socialismo, ni el default económico, ni una guerra civil entre una población dividida lo que acabó con Venezuela. Fue un desconocido y repentino virus al que científicos han dado el nombre de Virus Z.

En menos de dos meses, el virus se propagó descontroladamente a través de todo el país. Tornando a la mayoría de sus habitantes en feroces bestias devoradoras de carne humana carentes de sentido alguno. Ciudades enteras se han tornado en cascaras vacías pobladas únicamente por los infectados, como la escena de una temible película post-apocalíptica.

El ejército se ha replegado. Los políticos de mayor rango han abandonado el país, con la promesa de encontrar una salvación para la decadente nación. Pero los esfuerzos por rescatar sobrevivientes han rescindido por completo. Se estima que más del 60% de la población ha sido infectada y hay pocas esperanzas para aquellos que no lo han sido.

El miedo a una propagación internacional del virus es enorme. Colombia, Brasil, y Guyana han cerrado sus fronteras con el país, ordenando a sus funcionarios militares abatir a cualquier persona que intente cruzarlas. El secretario general de la ONU, Chi Yun Kio, ha declinado el envío de tropas militares o servicios médicos a Venezuela, anunciando que “se evalúan las mejores opciones para solucionar el futuro de esta gran nación, pero por el momento no pensamos hacerlo [enviar tropas]”. El apoyo internacional ha sido nulo, el presidente Estadounidense ha pedido “rezar por los sobrevivientes y afectados en Venezuela” más esto no se ha tornado en medidas concretas.

Poca, por no decir ninguna, esperanza resta para aquellos que aún sobreviven. El destino de Venezuela parece la completa perdición.

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