Athletic — Celta: cruzada por lo imposible

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Celta VAVEL

5 min readJan 14, 2015

El sol asoma en el horizonte vigués tras dos meses de desesperación. Los resultados no acompañaban, el gol no llegaba, los puntos no subían al casillero. Todo el trabajo realizado y los objetivos cumplidos parecían desvanecerse sin más, ante una realidad llena de pesadumbre que no parecía albergar muchas esperanzas para un equipo en caída libre. Pese a que el rumbo no ha sido retomado, el gol y el punto conseguidos ante el Valencia el pasado sábado en Balaídos, aunados a la gran imagen que ofrecieron los hombres de Berizzo, parecen haber conseguido que lo los fantasmas, al menos, retrocedan un paso y se piensen un poco más si sembrar el caos dentro de la plantilla viguesa.

Sin embargo, el pequeño desvío de la situación del equipo vigués no parece que vaya a tener repercusión alguna en lo que se refiere a su trayectoria en la Copa del Rey. La dolorosa derrota sufrida el martes pasado en Balaídos por 2–4 ante el Athletic convierte la clasificación a cuartos de final en una meta de brutal complejidad. Para avanzar, los celestes deberían imponerse, al menos, por 0–3 en un estadio de suma dureza como es San Mamés, además de verse obligados a hacerlo ante un equipo que, ante su titubeante situación liguera, destina mayores esfuerzos a este tipo de competición.

El Athletic de Valverde vive una temporada convulsa. Su posición en la clasificación, todavía por debajo del Celta, resulta incomprensible teniendo en cuenta, en primer lugar, la fortaleza de su plantilla en todas las líneas, y, además, el enorme rendimiento exhibido a lo largo de toda la pasada temporada. Pese a ello, tras una primera vuelta irregular, se ha demostrado que este curso no será como el anterior y, por ello, los hombres de Valverde han decidido marcarse dos objetivos alternativos: la Copa del Rey y la Europa League. Y pelearán de forma fiera por alcanzarlos. Como leones.

Haciendo las maletas

Desde aquí hasta el final de la temporada, el viaje que le toca realizar al Celta de Vigo no es sencillo ni fácil de asumir. Tras un inicio que invitó a la siempre tentadora ensoñación, la posterior caída, necesaria pero quizá algo cruel, ha devuelto a los gallegos los pies a un suelo del que nunca debieron alzarse. Sin hadas en la cabeza y con un horizonte bien definido, a partir de este momento la línea a trazar debe basarse en la continuidad, la regularidad, la sensatez y, esencialmente, el buen trabajo.

Bongonda, presentado este lunes en Balaídos (Foto: Real Club Celta de Vigo).

Reforzar la línea defensiva del equipo se presume esencial, dada la lesión del lateral derecho titular Hugo Mallo y el bajo nivel que vienen mostrando futbolistas como Carles Planas y David Costas. La debilidad de los laterales, en una liga en la que la mayor fuente de peligro de la mayor parte de los equipos procede de las bandas, es un riesgo demasiado grande al que es absurdo someterse voluntariamente. Por su parte, los defensas centrales, prioritariamente Fontàs, también deben pelear por recuperar el nivel de principio de temporada, el cual se ha ido diluyendo progresivamente a lo largo de la misma.

Otra de las novedades de las que podrá gozar el Celta en este encuentro ante el Athletic será la disponibilidad de Théo Bongonda, el jovencísimo belga que acaba de aterrizar en Vigo procedente del Zulte-Waregem. Precedido por su velocidad y su dinamismo, este futbolista está llamado a ser el relevo de Nolito y Orellana, quienes hasta el momento eran los únicos extremos puros disponibles en la plantilla. Berizzo tiene a Bongonda ya a sus órdenes y estará disponible para tener sus primeros minutos en un encuentro a priori intrascendente.

Buscando el éxito en antiguos aliados

El Athletic Club de Bilbao ostenta numerosos reconocimientos dentro del fútbol español. Además de ser el único equipo que nunca ha descendido a Segunda División junto a Real Madrid y Fútbol Club Barcelona, los rojiblancos son también el segundo conjunto con más títulos de Copa en sus vitrinas, sólo por detrás de los azulgranas. En una temporada en la que el interruptor de la liga parece estar más escondido que de costumbre, encontrar el éxito en los viejos amigos es la opción que más de cerca se baraja en Bilbao. Y es que prácticamente están sólo a tres rondas de alzarse con el trofeo.

Los bilbaínos buscan reencontrarse con ellos mismos (Foto: Eurosport).

El buen rendimiento de Gorka Iraizoz bajo palos es un elemento alejado ya de toda duda en el equipo vasco. En el centro de la zaga, el rendimiento del prometedor Aymeric Laporte parece haberse estancado ligeramente con respecto a la brutal explosión que experimentó el pasado año. Pese a todo, el estar rodeado de jugadores de enorme experiencia en la defensa bilbaína, tales como Andoni Iraola y Carlos Gurpegi, entre otros, es un factor que podrá ayudarle, a medio plazo, a desarrollarse de forma efectiva como uno de los centrales referencia en Europa.

Algo similar ocurre con Ander Iturraspe, mediocentro total que en la 2013/14 brilló sobremanera, hasta el punto de lograr ser invitado a participar con la selección española. Junto a él, en el centro del campo se alinean jugadores con talento pero poca continuidad como pueden ser Markel Susaeta, Iker Muniain o Beñat Etxebarría, junto a muchos otros jóvenes dispuestos a brillar como Erik Morán, Unai López o el inexperto pero talentoso mediapunta Ager Aketxe, la última perla de Lezama. Arriba, el hombre gol es el de siempre: Aritz Aduriz. De su olfato dependen gran parte de las opciones del Athletic, debido a los problemas físicos que el fichaje estrella Borja Viguera está teniendo esta temporada.