1997, 2007, 1987

celerno
chamizo blog
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4 min readOct 16, 2015

latino.irc.net:6667

/join #casual

firulais> he llegado…

*decenas y decenas de respuestas*

firulais> hola ♥ Axel ♥

Firulais, o Mónica Ibiza como decía llamarse cuando lograbas entrar en confianza con ella, era una chica de Colombia, y en sus fotos (que tardaban más de 30 minutos en descargarse tras /send de mIRC, cliente para chatear en la plataforma del Internet Relay Chat), se apreciaba a una flacucha de sonrisa radiante y rizos de selva.

El IRC, era lo que más se procuraba cuando acudías a un cybercafé durante esos años. No había necesidad de tener el último navegador de internet, y eran tiempos en los que la demanda por monopolio a Microsoft por incluir Internet Explorer en Windows 95 sonaba como a algo demasiado sin sentido a la gente de México, y al parecer, de Latinoamérica.

Firulais (Mónica Ibiza, como prefiero llamarla) era una de las más populares de un grupo de chat que aglomeraba a cientos de internautas desde chile hasta latinos viviendo en Canadá. Ella comunicaba pocas cosas en el #channel que no fueran dirigidas a “su novio” Axel, un tipo de 16, argentino y con fama de surfista, rockero, todasmias, y pedante con cualquiera que quisiera congeniar con él o, peor aún, competir con él por Mónica.

En el privado, las pláticas de Mónica conmigo duraban a veces toda mi jornada de trabajo en aquel cybercafé (cuando no la extendía por concurrencia de clientes). Los temas eran tan diversos como los de alguien de 14 o 15 años que nunca ha salido de un pueblo de supuestas 40mil personas puede tener.

Llegué a pedir fotos mías de las fiestas que alguna compañera de mi preparatoria tomaba, escanearlas y enviarlas en múltiples archivos a través del correo cuya arroba terminaba en algún servidor local de su ciudad, a lo que ella respondía con múltiples /send para enviarme alguna de sus más recientes fotos, algunas incluían fotos en bikini, otras con más ropa pero que sugerían casi desnudos. Tras cada foto, mi capacidad para las pláticas nunca dio para algo más allá de una adulación por su belleza, sin embargo, las charlas comunes siempre terminaban en introspección profunda sobre las razones que hay para vivir y preguntarnos de qué se huye al huir de casa y del pretexto que esconde quien quiere recorrer el mundo.

De pronto, un día, Mónica no se conectó más y semanas después yo dejé aquel empleo que me exigía estar al tanto de la actividad en salas de chat en español a fin de hacer recomendaciones a los clientes.

A fin de no tener donde conectarme por períodos largos al día, menos de un año después regresé a aquel servidor y el rastro de Mónica seguía tal cual lo dejé. Pregunté, y al parecer no era yo el único que preguntaba. La sorpresa de un mensaje privado de quien nunca lo esperé, sólo fue superada por su contenido:

Axel> Mónica y yo habíamos quedado de vernos, pero no se presentó. Me enteré una semana después que sufrió un accidente de auto con amigos y está muy grave, es lo último que supe de ella y hace meses no sé más.

Deseamos ambos que Mónica estuviera bien, en palabras y sentimientos verdaderos, le deseé suerte en la vida y le di las gracias. Más de cien tardes había dedicado mi tiempo a ella y cuando uno deja tanto en alguien, siempre espera involuntariamente cierta reciprocidad, yo extrañaba a Mónica.

Casi 10 años después, en alguna borrachera donde se platicaban cosas del Internet “de antes”, recordé aquella última conexión al mIRC. Manos a la obra, al siguiente día me puse a rastrear y para mí sorpresa recordaba, cual número telefónico de mi primer casa, el correo electrónico de Mónica Ibiza incluyendo aquel servidor local de su ciudad después de el símbolo arroba.

Send

*Destination unreachable*

Pero probé lo que estaba antes del arroba con combinaciones de diferentes servidores de correo populares hasta que al enviar monicaibiza##@hotmail.com y el envió no arrojó ningún error. Al sentir que esa piedra iba a brincar al tocar el agua, esperé pacientemente antes de lanzar otra. Hubo respuesta a los dos días.

La respuesta incluía un reporte un poco más detallado al que Axel me había dado 10 años atrás. Entre los detalles, Mónica agregó que su profesión era ser contadora y trabajaba desde casa hacia casi 20 años, lo cual le daba tiempo de sobra para chatear. Sin hacer alusión al accidente, Mónica toma un tono más serio y empieza pidiéndome que me detenga y lea detalladamente lo que iba escribiendo. Mostraba una solemnidad que no le recordaba y un tedio como quien habla de una antigua vida pidiéndole a algún ser querido que le dejen en paz. Releí toda la crónica de su accidente antes de su cita pendiente con Axel y cada nueva deducción hacia que cada letra de aquella tragedia romántica pareciera una fantasía que cubría algo aún más terrible. Cada evento relatado era real, sin embargo tenía un error cronológico de unos diez años. Era como una de esas películas en las que no entiendes nada.

Iba terminando de releer la historia y Mónica adjunta dos archivos, uno pertenecía a un recorte de periódico relatando un accidente hacía más de 20 años. En menos de 30 segundos se descargó aquella imagen donde se veía la misma Mónica de diez años atrás, pero en lugar de posar en su sala, estaba postrada en la camilla de una ambulancia. Otros 30 segundos de descarga y el segundo archivo muestra a una mujer de unos 40 años con algo de sobrepeso normal de alguien en silla de ruedas, con piernas de niña de 10 años, y ojos, rizos y sonrisa aquella niña flacucha de 15.

>Gracias por los cientos de tardes en las que platicábamos y perdón por lo abrupto de mi desaparición. Tienes aquí una amiga a la cual visitar, no te accidentes antes de venir.

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celerno
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yo gritéeeéeeeéeeé: ¡ay! la culeeeeeebra…