Datos y experiencias para romper barreras
Chicas en Tecnología presentó una investigación junto a INTAL- BID que realiza aportes fundamentales para cerrar la brecha de género en las trayectorias académicas y profesionales en Ciencia y Tecnología.
Texto: Julieta La Casa
Los datos existentes comunican, informan, revelan, confirman y refutan. Los datos que no existen también comunican algo: la falta de interés en determinado tema, la escasa prioridad de cierta cuestión, la incomodidad de lo que puede surgir con datos precisos o la comodidad de no hacer nada sobre algo que se conoce superficialmente. A partir de la obtención de datos se puede crear, evaluar, planificar, reorientar, fortalecer o dejar todo como está. Qué datos se necesitan y cuáles resulta urgente generar, depende de las preguntas que se desee responder.
Chicas en Tecnología, la ONG argentina que busca cerrar la brecha de género en el ambiente emprendedor tecnológico, trabaja para que haya más datos sobre la situación de esta problemática en su país, con intenciones de replicar los esfuerzos en toda la región. En la organización saben que tener datos confiables y actualizados es la base para generar acciones concretas y medibles que puedan transformar realidades. Con ese objetivo en mente, y junto a INTAL- BID (Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe del Banco interamericano de Desarrollo), llevaron a cabo la investigación “Un potencial con barreras. La participación de las mujeres en el área de Ciencia y Tecnología en Argentina”, que combina información cuantitativa y cualitativa sobre la trayectoria académica y profesional de las mujeres argentinas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). El trabajo se enriqueció con los aportes de la red federal que acompaña a Chicas en Tecnología -empresas y organizaciones aliadas, mentores, referentes, facilitadores, tomadores de decisiones- que se involucró con la investigación desde distintos puntos del país.
Preguntas pendientes, el antecedente
En 2018 Chicas en Tecnología presentó “Mujeres programadoras”, el primer relevamiento cuantitativo de la Argentina sobre mujeres dedicadas a esa profesión. Para eso solicitaron información a 84 universidades públicas y privadas y analizaron 73 carreras universitarias vinculadas al área de programación. Cecilia Vázquez, del equipo de investigación de Chicas en Tecnología, participó tanto de aquel relevamiento como de la investigación “Un potencial con barreras” y explica la relación entre ambos trabajos: “Lo que nos pasa siempre en el área de investigación es que nos hacemos preguntas sobre los contextos en los que estamos trabajando pero no tenemos respuestas desde los datos. En esta última investigación (“Un potencial con barreras”) volvimos a las preguntas que nos habían quedado abiertas de la investigación anterior, que fue más que nada un trabajo cuantitativo para el que se realizó un análisis de base de datos muy importante. Sobre esa base fue que nos empezamos a preguntar cosas como: qué sucede hoy en las aulas universitarias con las mujeres que eligen alguna carrera en tecnología, qué sucedió con las mujeres que hoy son líderes, cómo fue su trayectoria y formación tanto académica como laboral, cómo llegaron a ese liderazgo, qué particularidades tiene su forma de liderar”. Para comenzar a responder estas preguntas el equipo de investigación de Chicas en Tecnología e INTAL-BID amplió la base de datos con todas las carreras CTIM, realizó entrevistas en profundidad, focus group y trabajó con diversas poblaciones.
Un equipo interdisciplinario
La investigación “Un potencial con barreras” fue realizada por un equipo de mujeres profesionales especializadas en educación, periodismo de datos, política, economía y gestión de la administración pública. Durante aproximadamente ocho meses llevaron adelante un trabajo arduo, con dedicación y objetivos claros, ambiciones de interés social y comunitario.
A continuación, Cecilia Vazquez (Coordinadora CET) y Yanina Paparella (Consultora CET), de Chicas en Tecnología, responden algunas preguntas sobre el trabajo realizado junto a Gabriela Bouret (Consultora CET), Romina Colman (Consultora ad honorem CET), Alejandra Gutierrez (Consultora CET), Melina Masnatta (Asesora ad honorem CET), Cecilia Lavena (INTAL-BID) y Ana Inés Basco (INTAL-BID).
¿Qué fue lo que motivó la investigación realizada junto a INTAL-BID?
C.V: Todas nuestras investigaciones buscan contestarnos interrogantes vinculados a la misión de Chicas en Tecnología, para poder mejorar nuestros programas en base al contexto actual de la Argentina. Después de “Mujeres programadoras” teníamos la intención de extender la base de datos a todas las carreras CTIM, no quedarnos solamente con aquellas vinculadas a programación. Por su parte, el BID venía conversando con nosotras sobre su interés en realizar una investigación sobre mujeres y tecnología, así que en intensas reuniones y jornadas de trabajo avanzamos en la definición del ecosistema a investigar. No queríamos quedarnos con los datos estadísticos sino también hacer una relación con las mujeres que hoy se encuentran en la trayectoria de formación académica y profesional. Realizamos focus group e hicimos un trabajo muy detallado para ver qué mujeres líderes nos podían dar respuestas sobre cómo se estudiaba antes, cómo fue su formación y qué sucede hoy con el liderazgo femenino. Pudimos entrevistar a mujeres líderes no solo en tecnología sino también en ciencia, educación, divulgación científica. A mujeres que lideran equipos y proyectos de gran importancia. Fue un trabajo muy rico y eso se puede encontrar en la investigación. Con el análisis cuantitativo y cualitativo podemos ver qué sucede hoy con la incorporación de las mujeres y la tecnología, quiénes son las chicas que transitan las aulas actualmente y quiénes son las mujeres que fueron parte de esas aulas unos años atrás y cómo ven en perspectiva lo que ocurría en ese momento.
¿Qué diferencias encontraron entre el contexto actual y el que atravesaron las mujeres que se formaron años atrás?
Y.P: Muchas empresas incorporaron áreas en las que se realizan capacitaciones sobre temas de género y se dan charlas al respecto. También notamos que muchas universidades abrieron un área sobre género, empezaron a realizar encuestas sobre la población universitaria con este enfoque de género que antes no existía. En esto hay un gran cambio, se han institucionalizado protocolos para situaciones de acoso que pueden vivir las mujeres en estos espacios particulares donde se piensa que las carreras están destinadas a varones y donde todavía hay observaciones muy negativas sobre la presencia femenina. Pero ahora hay un sistema que las acompaña y las protege.
C.V: Algo que se vio en los focus group fue una gran referencia a lo que sucede hoy en las aulas. No hay tanta diferencia entre compañeros pero sí sigue habiendo diferencias en el trato por parte de los profesores y profesoras hacia las mujeres que estudian este tipo de carreras. Claramente las universidades todavía están en una etapa diagnóstica y orientadas hacia el protocolo de asistencia en caso de alguna situación de abuso de poder o de acoso, pero de a poco se están separando de esa lógica única y están pensando en medidas orientadas hacia el sentido positivo de la inclusión de mujeres. Por ejemplo, en una de las universidades tienen una bolsa de trabajo -estas carreras suelen tener mucha oferta laboral antes de que los estudiantes se reciban- y ha puesto como condición que las ofertas de trabajo no hagan diferencia de género ya que las empresas solían poner como requisito que el estudiante fuese varón. Esta es una medida que tiende a brindar oportunidades reales de inserción en el mercado laboral y no solamente a colaborar con las situaciones de vulnerabilidad que vive una estudiante en las aulas.
¿Cuál es, según su criterio, la importancia de los datos generados a partir de esta investigación?
Y.P: Tener este análisis genera políticas, los datos son el insumo para que se puedan tomar decisiones como la creación de los espacios de género, la posibilidad de que en el futuro las becas económicas puedan favorecer la graduación de las estudiantes para que haya más mujeres en la ciencia, o para revisar determinados cupos en las empresas para que más mujeres tengan la posibilidad de llegar a puestos que hoy, como ellas mismas relatan, solo es posible alcanzar si se esfuerzan el doble que sus colegas varones. En lo académico, las entrevistadas mencionaron puntualmente que necesitan tener mayor acreditación académica para el mismo puesto, ellas necesitan estar graduadas y ellos no. O necesitan tener un posgrado en cierto tema, en cambio para los varones eso no es un requisito. También es importante abrir el camino para la nueva generación y divulgación del conocimiento. El año pasado, en el marco de la base de datos de mujeres programadoras, hemos participado de algunos eventos en los que habían tomado esa base para generar nuevos conocimientos. Eso es un avance muy importante en cuanto a la construcción de saberes y a la posibilidad de hacer distintos tipos de análisis sobre el contexto actual.
C.V: Creo que lo que los datos nos proveen a todos, como comunidad y como sociedad, es la posibilidad de ver un fenómeno que está sucediendo, nos dan respuestas y un diagnóstico de lo que ocurre. Los datos no solo sirven para los programas de Chicas en Tecnología, para mejorar nuestra estrategia y seguir cumpliendo nuestra misión como organización, sino también para la comunidad entera. Trabajar con estos datos nos posibilita pensar en políticas a largo plazo, en estrategias institucionales.
¿Qué impacto esperan que tenga esta investigación?
C.V: Me gustaría que las chicas que están por decidir su carrera sepan lo que está pasando porque ellas pueden modificarlo. Muchas de las participantes de los focus group dijeron que estando “adentro” pueden cambiar lo que está ocurriendo. Hay muchas chicas que no se inician en estas carreras porque ignoran que existen o porque hay un estereotipo que señala que estas carreras son para varones. Otro gran impacto es cambiar esta cultura juvenil, difundir estos datos de manera que las chicas adolescentes puedan apropiárselos, entenderlos y decidir poner estas carreras dentro de sus posibilidades.
Y.P: Ambas nos especializamos en el ámbito de la educación y entendemos que parte de estos conocimientos que se generan deberían estar en la agenda de la actualización docente ya que es necesario promover formaciones más equilibradas, sin que demos por sentado que una persona, por ser mujer, no es buena en matemática o no tiene posibilidades de acercarse al mundo científico porque se presupone que tiene que estar orientada a las actividades sensibles. Ahí ya se están generando todas las barreras posibles en momentos muy tempranos de la formación en educación primaria o secundaria.
¿Qué destacarían de “Un potencial con barreras” con respecto a otros trabajos realizados?
C.V: Creo que la investigación está pensada para escuchar distintas voces en diferentes momentos de la trayectoria académica y profesional de una mujer que decide estudiar alguna carrera CTIM. Lo más potente que tiene, más allá de los números y las estadísticas, es que pudimos hacer un recorrido por el contexto que atravesaron las mujeres en el pasado y el que atraviesan en la actualidad, qué sucede en las universidades, qué recorrido hicieron las mujeres que son líderes. Lo más rico de la investigación es la variedad de enfoques y de contextos, hace un recorrido de una mujer que comienza una carrera universitaria en CTIM hasta llegar a ser una profesional líder.
Y.P: Como complemento de eso, la investigación permite mover estructuras. Es una construcción potente para poder re pensar y re evaluar este contexto del que da cuenta. Acá están los datos, hacia el futuro, ¿cómo vamos a utilizarlos? ¿Cómo vamos a transformar el presente que están describiendo?
Menos mitos, más datos La investigación “Un potencial con barreras” se presentó en el Centro Cultural de la Ciencia ante un auditorio completo que siguió los debates generados en los distintos paneles. Del evento participaron referentes de ministerios nacionales, provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires, del sector privado y la sociedad civil. Los asistentes recibieron una guía elaborada por Chicas en Tecnología, con actividades y orientaciones generales, para trabajar la problemática de la brecha de género en CTIM en entornos familiares y educativos.
Más info: https://proyectos.chicasentecnologia.org/masdatos/