Democratizar el acceso a la tecnología para garantizar la inclusión, la experiencia de la provincia de San Luis

Chicas en Tecnología
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6 min readJul 3, 2019

María Paulina Calderón​, ministra de Educación de San Luis, compartió las acciones realizadas por la provincia para cerrar la brecha de género en ciencia y tecnología.

La presentación de la investigación “Un potencial con barreras. La participación de las mujeres en el área de Ciencia y Tecnología en Argentina”, realizada por Chicas en Tecnología junto a INTAL — BID en el Centro Cultural de la Ciencia de CABA, convocó a distintos actores que trabajan para favorecer el acceso de mujeres jóvenes a carreras y profesiones del ámbito científico tecnológico. En este marco, María Paulina Calderón respondió algunas preguntas de Melina Masnatta, directora y co-fundadora de Chicas en Tecnología, durante el panel dedicado al trabajo que se realiza desde el sector público para acercar nuevas oportunidades a las niñas y adolescentes del país.

María Paulina Calderón, ministra de Educación de San Luis, junto a Melina Masnatta, directora y co-fundadora de Chicas en Tecnología, y Carolina Basualdo, secretaria de Equidad de Córdoba, en el Centro Cultural de la Ciencia durante la presentación de la investigación “Un potencial con barreras”.

¿Qué trabajo realizan para que las niñas y mujeres se interesen en conocer las posibilidades de desarrollo en el campo de la ciencia y tecnología?

Una política de Estado fundamental asumida por el gobierno de la provincia de San Luis para garantizar el acceso a la tecnología es la inclusión digital. Desde el año 2000 se implementa la autopista de la información como política que garantiza la conectividad en todos los establecimientos públicos y educativos, también el acceso a WiFi gratuito en nuestros hogares. La política de conectividad se complementa con la entrega de dispositivos electrónicos que permiten democratizar el uso de la tecnología en diferentes sectores de la sociedad. Además de las condiciones de infraestructura necesarias para la implementación de las políticas de inclusión digital, las iniciativas provinciales también apuntan a construir condiciones de competitividad con recursos humanos preparados para que las empresas de desarrollo tecnológico puedan instalarse en San Luis y generar empleo.

Desde el Ministerio de Educación creemos que la tecnología es una herramienta más que propicia para achicar la brecha de género y construir justicia educativa en este sentido. Así, en articulación con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, intentamos acercar diferentes propuestas a las escuelas que sirvan como herramientas tanto para las y los estudiantes como para las y los docentes.

La implementación de esta línea de acción comenzó a desarrollarse con docentes del Nivel Primario de las escuelas rurales, que constituyen casi el 50% del total de escuelas de la provincia. Es decir que la inclusión digital en San Luis no sólo promueve la equidad de género, sino también la construcción de políticas que van desde la periferia al centro, para que todos los actores del sistema educativo puedan sentirse parte de la revolución tecnológica. En nuestra provincia se garantiza el acceso a la tecnología pero también la promoción y planificación de políticas públicas que tiendan a generar recursos humanos competentes, capacitados y con proyección a futuro, vinculando sector público, escuelas, docentes y comunidad. Incluso estas líneas de acción se traducen en beneficios para el sector privado, que se favorecerá con estos perfiles formados según las demandas de los empleos actuales. Si se genera el interés por la tecnología y la programación en las niñas, niños y jóvenes desde la escuela esta puede ser una estrategia para descubrir talentos y que ellas y ellos lo vean como una posibilidad de seguir formándose a futuro y de construir sus proyectos de vida.

Durante el año 2018, en conjunto con la Secretaría de la Juventud y Chicas en Tecnología, implementamos los Clubes de chicas para que alumnas de entre 13 y 16 años pudieran diseñar aplicaciones que resolvieran un problema dentro de la comunidad o de su entorno. Las chicas identificaron una problemática que les parecía necesaria resolver y fueron capacitadas y acompañadas en diferentes encuentros con becarios, mentores, de la Secretaría de la Juventud que formaron equipos interdisciplinarios de programadores, diseñadores digitales, desarrolladores web, animadores 3D. Es decir, en los Clubes pudimos articular la participación de escuelas para acercar a las estudiantes a la tecnología. En noviembre se realizó el cierre de Chicas en Tecnología en una de las escuelas y fue un encuentro en donde las participantes de los diferentes Clubes presentaron sus aplicaciones y explicaron el problema que habían intentado resolver como, por ejemplo, la adopción responsable de perros callejeros, la alimentación saludable, otro grupo creó una alarma eficiente (alarmín) para jóvenes a quienes les costaba levantarse temprano y cumplir horarios, entre otras ideas. Trabajaron temáticas originales y que les preocupan, se notaba el entusiasmo de tener un espacio para pensar estos temas. Los Clubes les permitieron identificar el problema y desarrollar una aplicación para llegar a una solución y aportar desde su lugar de jóvenes. Fue muy motivador e incluso algunas chicas van a seguir estudiando carreras vinculadas a la tecnología.

¿Cuáles son los principales desafíos con los que se encuentran a la hora de diseñar e implementar estas iniciativas?

En cuanto a desafíos, considero que todavía hay mucho trabajo que realizar a nivel institucional en las escuelas, para que se animen a generar espacios más abiertos a este tipo de iniciativas como los Clubes de Chicas en Tecnología. Es bastante desafiante también acercar la tecnología y todas sus potencialidades a las y los docentes, pensando que se trata de un grupo muy heterogéneo que va desde directoras/es con más de 20 años en servicio como así también jóvenes recién egresadas/os que tienen otra facilidad para implementar herramientas tecnológicas en el aula. No es una cuestión netamente vinculada a la edad porque la innovación es más bien una cuestión de actitud y voluntad, pero para proyectar y planificar políticas educativas en esta línea se deben considerar todas las variables que hacen al sistema, sobre todo pensando en las y los alumnos que hoy están en nuestras escuelas y han sido socializados en este mundo tecnológico.

A partir de este año nuestro diseño curricular para la educación primaria contempla la educación tecnológica como uno de los ejes más importantes, es un avance porque implica reconocer que todas y todos los estudiantes y docentes de San Luis deben incorporar estos conocimientos desde los niveles básicos de la enseñanza. Sin embargo, el principal desafío sigue siendo generar instancias superadoras más allá de las formalidades propias del sistema, por ejemplo, incentivando la creación permanente de Clubes de Chicas en Tecnología en las instituciones.

¿Cuáles son las estrategias y aprendizajes que pueden compartir para inspirar a otros sectores a partir de sus experiencias?

En mi opinión, todas las estrategias que se construyan desde la participación activa de quienes están involucrados generan un interés diferente, una motivación más cercana. En el caso de los Clubes, la posibilidad de que las chicas pudiesen elegir la problemática y pensar alternativas para solucionarlas les dio un rol protagonista que tenemos que recuperar, ya sea para generar espacios más horizontales en las escuelas y en el sector público en general, como así también en esta búsqueda de alternativas que se orienten a disminuir las desigualdades de género en particular.

Las escuelas como cajas de resonancia de lo que sucede socialmente deben ser espacios que permitan deconstruir estereotipos. Hay un potencial enorme en la articulación entre tecnología, escuelas, jóvenes y mujeres. La escuela debe hacerse eco de esta coyuntura y potenciar iniciativas que rompan barreras y mitos. ¿Por qué los principales líderes del mundo de la tecnología siguen siendo varones? Porque desde los Estados aún nos falta mucho por hacer en este recorrido, reconociendo que tenemos un rol fundamental para generar las condiciones de oportunidad que permitan a las niñas y jóvenes posicionarse al mismo nivel y con la misma seguridad. Allí debemos apuntar, a que se sientan seguras, confiadas y acompañadas.

El camino recorrido

La articulación de las propuestas creadas por Chicas en Tecnología con el sector público permite que mujeres adolescentes de distintos puntos del país participen de programas en los que pueden desarrollar su interés por carreras CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemática) o idear sus propios emprendimientos tecnológicos. Durante 2018 la provincia de San Luis fue un actor central en esta tarea ya que trabajó junto a la ONG para que se realizaran 6 Clubes de Chicas en Tecnología, de los que participaron 135 jóvenes. Para esto, becarios y representantes de la Secretaría de Juventud y del Ministerio de Educación de San Luis participaron de una jornada de formación en la metodología CET y luego ocuparon los roles de referentes y facilitadores durante el transcurso de los Clubes. Al finalizar el programa las participantes habían desarrollado 13 aplicaciones con impacto social.

Más info: https://proyectos.chicasentecnologia.org/masdatos

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Buscamos cerrar la brecha de género en tecnología: inspiramos, motivamos, formamos y acompañamos a la próxima generación de mujeres líderes.