Cómo comunicar sobre aborto: una conversación con Ana Correa

El 28 de septiembre conversamos con Ana Correa, abogada, periodista y también autora de “Somos Belén”, un libro que cuenta la historia -real- de una joven encarcelada por abortar en la provincia de Tucumán, Argentina. Tuvimos esta charla a través de Instagram Live, en el marco del Día de Acción Global por un aborto legal y seguro, porque nos parece necesario compartir con nuestra comunidad algunas herramientas para hacer una cobertura sobre aborto más responsable y humana.

Para incluir en la conversación a la equipa detrás de la Investigación Federal sobre derechos sexuales y reproductivos que está haciendo nuestro capítulo en Argentina; la coordinadora de este proyecto y embajadora poderosa Nicole Martin, fue la encargada de hacerle llegar las preguntas a Ana, durante la transmisión.

Aquí puedes ver la conversación completa y este es el resumen a través de un hilo en Twitter. Finalmente Ana nos compartió estos cuatro puntos a manera de conclusión:

1) Mantener en agenda la necesidad de tener aborto legal como un derecho de las mujeres y personas gestantes.

Las redes sociales son una herramienta fundamental para visibilizar los temas que los medios no tratan o lo hacen mal. Necesitamos explicar que negarle el derecho al aborto legal a una niña, mujer, persona gestante, es violar sus derechos humanos. La salud sexual y reproductiva es un servicio esencial, aún en pandemia.

2) Trabajar en red: comunicadoras, abogadas y profesionales de la salud.

La comunicación de los casos de abortos es muy compleja porque se trata de situaciones en el que la demanda pública puede perjudicar a la persona a quién queremos ayudar. Entra en juego la legalidad, la acción de grupos antiderechos, y el transcurso del tiempo es un factor decisivo para poder garantizar correctamente el derecho. Por eso, es importante que comunicadoras, abogades y profesionales de la salud a favor de los derechos reproductivos tengan una comunicación fluida para decidir qué es lo mejor para cada caso.

3) No difundir datos personales sin consentimiento.

Lamentablemente el aborto es aún ilegal en la mayoría de los países de la región. Exponer a quien necesita acceder a la práctica o a quién ha sido víctima de la clandestinidad o la negación del derecho, le puede traer consecuencias gravosas. Aunque un caso esté circulando en las redes, siempre es mejor chequear con alguien que tenga contacto con la persona involucrada, para evaluar qué se puede y qué conviene comunicar.

4) Tratar de sumar apoyos, no excluir.

No toda persona religioso es anti-aborto y no todo hombre desprecia las causas feministas. No podemos dar por sentado que alguien afecto a una religión piensa igual que la cúpula religiosa que repudia al aborto. Las creencias personales no deberían intervenir en cuestiones de salud pública, y hay más personas que lo entienden así de las que a veces suponemos. Por otro lado, la violencia patriarcal afecta incluso a las masculinidades por eso el aborto no es un tema que solo interese a las mujeres y otras personas gestantes, sino a toda la ciudadanía, porque es una cuestión de derechos humanos.