Haciendo periodismo de datos en Río
Las participantes de la Primera Mediatón de Chicas Poderosas México fuimos convocadas para postularnos a una beca de 16 días en Río de Janeiro invitadas por Género y Número y Chicas Poderosas, el objetivo era elaborar una pieza periodística de datos con perspectiva de género, guiadas por las directoras de este medio de comunicación brasileño.
Decidí postularme pues yo vivo en Guanajuato, uno de los estados más conservadores de México, donde la violencia contra la mujer es un hecho cotidiano que ha provocado que cada vez más se condenen estas acciones, sin embargo, es insuficiente. Para mi era muy importante aprovechar esta oportunidad, pues lo que aprendiera en Río, me ayudaría realizar mejores trabajos de investigación, y a sacarle jugo a los datos duros que ayuden a visibilizar el problema.
A los pocos días del cierre de la convocatoria, se me informó que había sido seleccionada, junto con Gia Castello residente de Argentina para estar en Río de Janeiro del 9 al 24 de noviembre.
Ambas nos hospedamos en Casa Pública, una casa cultural de periodismo en Brasil, en el que también se encuentran las oficinas de Género y Número. El hecho de haber estado ahí por dos semanas, nos dio la posibilidad de conocer a periodistas brasileños y corresponsales extranjeros que llegan al sitio a recibir talleres, a conversar con otros colegas, entre otras muchas actividades que ahí se realizan. Mi hogar brasileño contribuyó sin duda alguna a hacer esta experiencia mucho más rica, además de que fui espléndidamente recibida por su gerente, Mariana Simöes y su equipo.
El trabajo
Al momento de nuestra llegada, Género y Número estaba trabajando desde distintas perspectivas el tema de la violencia que no mata, principalmente en los hogares. Nos sumamos a este edición primero haciendo una exhaustiva búsqueda de información sobre los organismos responsables de los temas de género, leyes contra violencia, revisión del estatus de feminicidio, presupuestos, estadísticas, que los países latinoamericanos han desarrollado para atender los crímenes contra las mujeres.
Para realizar este trabajo, analizamos un gran cúmulo de información que fuimos depurando, analizando, discutiendo y revisando, para finalmente presentar una especie de radiografía de la región.
A partir de lo que ahí encontramos, decidimos además hacer un mapa-línea del tiempo, en el que mostramos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha responsabilizado a diferentes estados de Latinoamérica y Estados Unidos de violentar derechos de las mujeres, desde 1973. Escribí sobre uno de los casos más emblemáticos, no sólo para mi país, sino para el continente por lo que simbolizó: el Campo Algodonero, el caso llamado así conocido ante la CIDH, por la lucha que libraron las madres de chicas asesinadas en Ciudad Juárez para exigir al gobierno mexicano que se investigaran las muertes de sus hijas y se castigara a los culpables.
Esta maravillosa aventura no sólo me ofreció la posibilidad de conocer un pedacito de Brasil, la amabilidad de su gente, la belleza de sus playas y la riqueza cultural; además, pude ver cómo trabajan un grupo de mujeres periodistas, que decidieron emprender un medio independiente.
Además de haber conocido algunas herramientas para realizar búsquedas de información, análisis de datos y visualización de los mismos, lo que más me impactó, fue el rigor, profesionalismo y sobre todo, entrega con el que María Lutterbach, Natalia Mazzote y Guilliana Bianconi sostienen a Género y Número. Ver como una redacción tan pequeña hace un trabajo tan complejo, ha sido inspirador: para realizar historias periodísticas más potentes, para incorporar a herramientas digitales más elaboradas.
Trabajar con datos para abordar temas tan dolorosos como es la violencia contra las mujeres puede resultar árido, pero mostrar la frialdad de los números ayuda a visualizar la gravedad del problema de manera objetiva y lejos del apasionamiento que estos temas desatan. Las discusiones que se dieron en Género en Número, sobre los enfoques, las historias que se tomaron, las que descartaron, me ayudaron a entender esto y a apreciar desde otro ángulo el periodismo de datos con perspectiva de género.
Me voy profundamente agradecida con Chicas Poderosas, Género y Número y Casa Pública y los patrocinadores, por haberme invitado; me llevo el compromiso de compartir el conocimiento adquirido con más mujeres que quieren marcar la diferencia con su quehacer periodístico. Gracias por tejer esta red que nos ayudará a hacernos más fuertes y ayudar a otras.
