Los riesgos de cubrir la pandemia en Ecuador

Isabel González Ramírez
Chicas Poderosas
Published in
5 min readApr 30, 2020

Imágenes de cuerpos envueltos en sábanas y tendidos en el pavimento caliente de la ciudad de Guayaquil comenzaron a circular a través de chats de WhatsApp a inicios de abril. Cientos de personas denunciaban que sus familiares habían fallecido sin recibir atención médica y los cuerpos seguían insepultos, dentro y fuera de sus casas. Estas fotos y videos revelaron el colapso de todos los servicios de salud y sistemas sanitarios en el tercer país más pequeño de América del Sur, bautizado hace más de doscientos ochenta años por geógrafos franceses como “la mitad del mundo”.

Foto intervenida, tomada del twitter de @ronaldcordova

“¿Qué es lo que hace un poema ahora que nos mienten tanto?”, preguntaba el poeta Cristian Avecillas en su muro de Facebook el 9 de abril. “Decirnos la verdad. Que los mayores se mueren buscando un poco de aire y los niños se mueren oliendo esos cadáveres”, se respondió a sí mismo, impotente.

Mientras Ecuador le daba la vuelta al mundo en los titulares de los medios más reconocidos como The Guardian, Deutsche Welle o CNN, lxs periodistas locales comenzaron a tener síntomas de Covid-19 y a engrosar las listas de contagios y decesos. Ante la dificultad de tener datos certeros y a sabiendas de los riesgos que implica ejercer el periodismo en el contexto de una pandemia, desde Chicas Poderosas Ecuador abrimos una encuesta para conocer las Condiciones de periodistas cubriendo Covid-19 en Ecuador.

Para el 12 de abril, la organización Fundamedios ya había contabilizado nueve muertes, 16 contagios y 18 trabajadores de la comunicación en aislamiento. Cifras que, a pesar del subregistro, indican que quienes cumplen con la labor periodística también han hecho parte del personal que enfrenta el riesgo directo de enfermarse y que no recibieron protocolos oportunos ni material de bioseguridad para proteger su salud y su vida.

Una cadena de peligros

foto intervervenida tomada del twitter de @vicenteopi

Diana Romero, periodista de la revista Vistazo desde hace cuatro años, recibió el diagnóstico el 24 de marzo. Durante tres semanas hizo lo único que su cuerpo le permitió hacer: dormir. “Es una enfermedad que te debilita mucho y no te permite hacer nada. No puedes trabajar”, contó en el live “Curarse y continuar”, organizado en la cuenta de Instagram de Chicas Poderosas Ecuador. Tras un mes de recuperación después de haberse contagiado y de pasar una semana en cuarentena, señala que los medios de comunicación en general no tomaron las medidas preventivas desde el principio.

La observación de Romero coincide con la mayoría de respuestas a la pregunta de la encuesta por la dotación de bioseguridad. Los testimonios dan cuenta de que se hizo una única vez o una vez cada semana. Así mismo, otras respuestas evidencian que no todxs lxs periodistas que estuvieron en contacto con personas con Covid-19 realizaron cuarentena y, en varios casos, los días de quienes la hicieron fueron tomados como días libres o con recargo al tiempo de vacaciones.

Al temor por su salud y por no contagiar a sus familias, se suma una evidente preocupación de lxs periodistas por su salud mental. Entre los sentimientos más frecuentes están el estrés, el miedo y la angustia, incentivados usualmente por la idea errónea de que no pueden desconectarse de las noticias, por el exceso de horas de trabajo, la reducción de sueldos o los despidos intempestivos.

Autoconvocarse como (¿única?) estrategia

El 13 de abril, más de veinte organizaciones y medios de comunicación firmamos y enviamos un pronunciamiento al Comité Interinstitucional para la Protección de Periodistas y los Trabajadores de la Comunicación. El texto alertó sobre la falta de condiciones para ejercer el trabajo periodístico y señaló la necesidad de acceso a los test de Covid-19 y servicios de salud integral para quienes están cubriendo la emergencia de forma directa. También advirtió sobre la necesidad de proteger los derechos laborales y de reformular las ruedas de prensa virtuales, ya que se desconocen los criterios de selección de preguntas y la información entregada desatiende la obligación de ser accesible para las audiencias de los pueblos indígenas y las personas con discapacidad auditiva.

Han pasado más de 15 días sin ninguna respuesta oficial de parte del Comité, que fue creado con el propósito de proteger los derechos de lxs trabajadorxs de la comunicación luego del asesinato de tres periodistas en zona de frontera con Colombia en 2018. Lo cierto es que día a día las cifras de contagio y muerte siguen creciendo. Hasta el 21 de abril se contaron 13 periodistas muertos, y se sumaron a las cifras los despidos de más de 100 colegas que no cuentan con otras fuentes de ingresos y en este momento no tienen con qué vivir.

Hemos encontrado coincidencias en los testimonios que evidencian las maneras en que lx periodistas han enfrentado la pandemia en Ecuador.

Sin medidas estatales a la vista que aseguren la salud y la vida de quienes están cubriendo la emergencia en Ecuador, colectivos y organizaciones como Fundamedios, Nos Faltan Tres, Periodistas sin Cadenas y Chicas Poderosas iniciamos una campaña de solidaridad para recaudar fondos que permitan solventar los gastos mínimos de alimentación y medicamentos de quienes están en las peores condiciones en este momento. De antemano sabemos que esta iniciativa no será suficiente para contener las decisiones que terminarán de profundizar las críticas condiciones laborales de la mayoría de periodistas en el país.

Otra iniciativa de Chicas Poderosas Ecuador, gracias al apoyo de VitaActiva, es la activación de un círculo de apoyo emocional para mujeres periodistas que no solo deben enfrentarse a estar enfermas y seguir trabajando, sino a la sobrecarga de las labores de cuidado durante la cuarentena.

La emergencia sanitaria en Ecuador ha desnudado, una vez más, la torpeza del gobierno para informar en situaciones de crisis y su desinterés por garantizar las condiciones para el ejercicio periodístico. Las estadísticas de muerte por Covid-19 en el país están entre las peores del mundo, y es probable que encabecemos la lista de países en los que han fallecido más periodistas como consecuencia del virus.

Hay mucho dolor pero también muchas preguntas: ¿Quién nos representa? ¿Qué salidas hay para una profesión que ha acumulado tanta precarización laboral? ¿Es el momento de incentivar nuevas formas de agremiación?

Los feminismos, que nos han permitido identificar las desigualdades al interior de las redacciones y emprender caminos para equilibrar la balanza en la representación de las mujeres en los medios de comunicación, también pueden darnos pistas para repensar y construir juntas otros escenarios para la organización colectiva y la creación de otros modelos de negocio, modelos feministas, que deben poner en el centro, más que nunca, no solo el mejoramiento de las condiciones laborales sino la sostenibilidad de la vida.

Isabel González Ramírez es periodista feminista y embajadora de Chicas Poderosas en Ecuador.

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Isabel González Ramírez
Chicas Poderosas

Periodista feminista. Mirona intensiva. Cocinera de historias.