La hora de los pastores

Tomás Richards
Chicas
Published in
4 min readJun 12, 2020

The Midnight Gospel es una serie animada de Netflix dirigida por Pendleton Ward, el inventor de Hora de aventura. Sus ocho episodios siguen los viajes de Clancy Gilroy a través de un simulador de multiversos que tiene, básicamente, forma de vulva. Al introducir la cabeza en esa vagina primigenia pero electrónica, el personaje se desplaza a un mundo previamente elegido en un menú. Esos viajes, documentados con minucia por Clancy para su “spacecast”, suceden en un entorno psicodélico y de corte apocalíptico que se ubica entre el universo de la web, un espacio interior ballardiano y el espacio exterior tal como lo imaginó el siglo XX. En rigor, las aventuras de Clancy se desarrollan en dos planos. Por un lado corre el diálogo, que se produce siempre con un personaje distinto y abarca temas filosóficos y espirituales; y, por el otro lado, la imagen va narrando un itinerario en el que esos mismos personajes se desplazan procurando alcanzar un objetivo en un escenario siempre cambiante y plagado de obstáculos. En el primer capítulo Clancy entrevista al presidente acerca de técnicas de meditación mientras éste les dispara desde el techo de la Casa Blanca a zombis que protestan pidiendo la legalización de la marihuana. El tono de la conversación es siempre el de una conversación íntima, mientras que las imágenes y los colores son violentos, estridentes y escatológicos.

El concepto de la serie parece haber nacido en algún momento de 2013, mientras Ward hacía su famoso programa para Cartoon Network. En esa época Ward vivía agobiado por el stress y se topó con The Duncan Trussell Family Hour, un podcast de entrevistas en torno a filosofía trascendental, espiritualidad, magia, yoga, meditación y un largo etcétera por el estilo, que hoy ya ronda los 400 capítulos. Su conductor, Duncan Trussell, entró por esa misma época a trabajar en Hora de aventura y se hizo amigote de Ward. Adaptar su podcast en formato de dibujo animado fue una idea natural. “La idea embrionaria era imaginar una versión de Indiana Jones y reemplazar el diálogo con conversaciones de podcast”, explicó Trussell.

El proyecto se dilató por años hasta concretarse en The Midnight Gospel. Tenía sus dificultades. “Estamos tomando estas dos polaridades que probablemente no deberían reunirse y uniéndolas”, dijo Trussell, “y eso probablemente producirá momentos divertidos y luego, a medida que avanza el espectáculo, te das cuenta de que produce algunos momentos conmovedores y también genera muchos desafíos. Es decir, si no tenés cuidado al reunir la animación y los podcasts juntos, entonces el podcast puede convertirse accidentalmente en la música de fondo”.

El resultado final de este experimento narrativo es, en cierto modo, antagónico al de otra serie animada, Rick & Morty, en la que el ritmo y el argumento son siempre muy veloces y cambiantes. En The Midnight Gospel el tono es más reflexivo y pausado, crítico. Si esas diferentes formas de trabajar el ritmo que tienen las dos series implican alguna clase de discurso acerca de nuestra época, sin duda es acerca de nuestra percepción del tiempo. En ese plano, Rick & Morty es un reflejo más fiel de la temporalidad contemporánea, mientras que la nueva serie de Netflix reviste cierta actitud de protesta o de inconformismo frente a esa idea de la aceleración del siglo actual. El ritmo de los acontecimientos físicos se desacompasa paulatinamente del ritmo de los acontecimientos metafísicos, a tal punto que se vuelve imposible saber qué atañe al ser y qué al tiempo. El tiempo está extrañado. Allí reside cuestionamiento de la serie, una crítica que va in crescendo capítulo a capítulo. Al final de todo Clancy se pregunta: ¿Estoy muerto? La música de fondo le hace eco a su conciencia: I am not alive but I never died.

--

--