Berta Elena Vidal de Battini: lengua y cultura

Una elegante mujer de pelo recogido cruza el patio de una escuela primaria porteña una mañana otoñal de la década de 1940. Cuando advierten su presencia, niñes de guardapolvo blanco corren hacia ella creyendo que es Evita quien está visitando la escuela. Al acercarse, les niñes advierten con asombro que es una inspectora. Mejor dicho: la primera mujer en alcanzar, en la Ciudad de Buenos Aires, el cargo de inspectora técnica seccional del Consejo Nacional de Educación.

¿Imaginaría ella que, mucho tiempo después, llegaría a ser la tercera mujer en ocupar un sillón como académica de número en la Academia Argentina de Letras? Docente, inspectora, investigadora, académica, escritora, lingüista: múltiples facetas conviven en su historia. Ella es Berta Elena Vidal de Battini.

Berta Elena Vidal de Battini nació en el seno de una familia humilde el 10 de julio de 1900 en la ciudad de Mercedes, San Luis. Allí realizó la primaria y la secundaria en la Escuela Normal de Maestras “Paula Domínguez de Bazán”, y a los 18 años obtuvo el título de maestra normal. Muy joven viajó a Buenos Aires a continuar sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Mientras cursaba la carrera de Letras, ejercía la docencia como maestra de escuela primaria. En 1923 obtuvo el título de profesora en Letras.

A lo largo de esos años, Berta retornaría en los veranos, una y otra vez, a su querida San Luis. Pionera y de vanguardia, en esos viajes comenzó a recopilar relatos orales de distintas comunidades de la provincia. Anotador en mano, se dirigía a los más recónditos lugares para escuchar a sus ancianes, sus grandes narradores. A los 25 años publicó Los mitos sanluiseños, una antología en la que reescribió los relatos que había recopilado.

Berta combinó enseñanza e investigación, y ejerció la docencia en los distintos niveles del sistema educativo. Además de dar clases de Castellano en escuelas secundarias y de ser docente en las cátedras de Filología hispánica, Español de América y Folklore argentino en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, también fue Encargada de la Sección Habla Regional del Consejo Nacional de Educación.

En 1936, como integrante del Instituto de Filología de la UBA, uno de los centros filológicos y lingüísticos más importantes en Hispanoamérica en ese entonces, Berta realizó su tesis doctoral acerca del habla rural de San Luis. Bajo la dirección nada más y nada menos que de los filólogos Ángel Rosenblat y Amado Alonso — hoy el Instituto lleva el nombre del segundo — recopiló, entre otras, características fonéticas, morfológicas y sintácticas del habla rural de su provincia. Postuló, así, que subsistían huellas de las lenguas indígenas locales en el vocabulario y la entonación del español de la región. Este minucioso trabajo de recopilación y análisis fue publicado en 1949 bajo el nombre de El habla rural de San Luis. Este fue el último volumen de la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana que publicaba el Instituto, y Amado Alonso se refirió a él como «la perla de nuestra biblioteca».

¿Sabría Berta en ese momento que Los mitos sanluiseños y El habla rural de San Luis serían una primera prueba para lo que vendría después? ¿Vislumbraba que esas primeras experiencias de trabajo de campo, de viajes a lugares alejados de su provincia y el minucioso detalle de sus notas lingüísticas serían solo un ensayo del proyecto dialectológico tal vez más importante de la historia argentina? Lo supiera o no, lo cierto es que estas dos primeras obras eran la antesala de lo que sería el arduo trabajo que daría como fruto sus dos grandes obras maestras y monumentales: El español de la argentina y Cuentos y leyendas populares de la Argentina.

Berta, la dialectóloga

Mi centro de investigación ha sido siempre la escuela, y el maestro mi primer asesor. En ella y desde ella, me he puesto en contacto con los grupos de hablantes que he observado, comenzando por los niños, para llegar hasta los más ancianos, dilucidando las particularidades idiomáticas de los diversos niveles culturales y las distintas generaciones sociales. [1]

Reconociendo la amplia trayectoria de Berta tanto en educación como en investigación, en 1945 el Consejo Nacional de Educación le hizo un encargo muy especial para mejorar la enseñanza de la lengua en la escuela: “el estudio de nuestra lengua nacional”. Inició en ese momento una tarea titánica que vería la luz por primera vez 10 años más tarde y en su versión definitiva recién en 1964. En El español de la argentina, Berta recopiló y estudió, con fines didácticos, las distintas variedades de español habladas en el país.

Sin computadoras y sin tecnología de punta, Berta se puso al hombro esta descomunal tarea. Realizó más de 150 viajes a lo largo y ancho de todo el país, anduvo en autos y trenes, pero también realizó largos trechos a pie y montada a lomo de burro o caballo. En estos viajes, financiados en una primera etapa por el Consejo Nacional de Educación y la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y, posteriormente, por el CONICET, paró en la casa de maestres, directives y supervisores que la ayudaron a entrar en contacto con distintos informantes clave y lugareñes. Así recorrió casi todo el territorio nacional.

Berta trabajó con cuestionarios, pero también con entrevistas a locales. Allí habló tanto con adultes y ancianes como con niñes, con personas analfabetas pero también con personas letradas de las distintas regiones del país. Fue recopilando las características del español argentino en el marco de conversaciones cotidianas así como de narraciones orales, elemento clave para su otra gran obra. Berta identificó cinco regiones lingüísticas en función de una serie de rasgos fonológicos — Litoral, Noroeste, Guaranítica, Centro, Cuyo — y dividió la región Literal en tres subregiones — Rioplatense, Pampásica y Patagónica.

Berta no se propuso elaborar un libro que fuera la base de la lengua que debía enseñarse, sino que realizó una descripción minuciosa de la riqueza y diversidad lingüística y cultural de Argentina. Buscaba acercar a les maestres un conocimiento lingüístico que les permitiera valorar la variedad lingüística de sus estudiantes. Así, usos como haiga o trujo no son erróneos sino legítimos en la lengua familiar. Sin embargo, la preocupación de Berta residía en el acceso de todes les niñes a la lengua culta, es decir, la lengua que se promueve en el ámbito de la escuela. Sin privilegiar la variedad estándar de una región lingüística por sobre las otras, quería que les maestres pudieran garantizarles a sus estudiantes el acceso a la norma estándar, no para corregir variedades ‘erróneas’ sino con el fin de ampliar su horizonte lingüístico. Esto les permitiría comunicarse con todes les hispanohablantes y también acercarse a la literatura, tanto nacional como latinoamericana y española.

En este arduo trabajo, Berta elaboró un importante fichero del español de la Argentina, que incluye más de 30.000 fichas y folios que fueron posteriormente donados a la Universidad Nacional de San Juan.

Berta, la Pierre Grimal argentina

La escuela primaria en la Argentina está ampliamente difundida y sus maestros fueron mis mejores colaboradores, insustituibles en los parajes inhóspitos. Ellos hicieron posible mi permanencia en esos lugares y mi entendimiento inmediato con los pobladores dispersos. [2]

En paralelo a la investigación que le había encargado el Consejo Nacional de Educación, Berta recolectó el mayor corpus de cuentos y leyendas de la Argentina, desarrollando una labor que puede considerarse análoga a la de los hermanos Grimm en Europa. Primero de modo manuscrito y, luego, por medio de grabaciones en cintas magnetofónicas, buscó replicar lo más fielmente posible las voces de sus narradores, cuyos relatos Berta estaba acostumbrada a escuchar desde su infancia en su propio hogar, y, por lo tanto, en muchos casos conocía de primera mano.

Mientras recorría todo el país para la elaboración de su descripción sobre el habla argentina, Berta compilaba mitos, leyendas y relatos de todos los lugares que visitaba. En sus anotaciones, dejaba constancia de las palabras exactas que los informantes empleaban, y de sus tonos y modismos. Estas narraciones se publicaron en diez volúmenes bajo el título de Cuentos y leyendas populares de la Argentina. Los primeros tres tomos vieron la luz en 1980. El décimo y último tomo, publicado de manera póstuma, reúne relatos de personajes populares y también cuentos en quechua y guaraní, con su traducción al español.

Logró recopilar más de 3000 versiones de diversos relatos poniendo en evidencia no solo los motivos comunes que recorrían, como la mismísima Berta, todo el territorio nacional, sino también, los matices y diferencias de cada lugar. Con esta recopilación, se proponía no solo resguardar la tradición oral que veía apagarse ante la llegada de nuevos entretenimientos como la radio o la televisión, sino también generar un material para las escuelas. En palabras de Berta: “A los ya consagrados derechos del niño debe agregarse otro: el derecho a oír narrar los cuentos populares de su país”[3].

Y vaya si lo intentó. Un cuento tradicional de Mendoza recopilado por Berta, como “El sapo y el avestruz”, no solo fue reescrito por escritoras actualmente consagradas en el ámbito de la literatura infantil y juvenil sino que también fue llevado al formato audiovisual en los Cuentos para no dormirse de Canal Encuentro, en los que una abuela le cuenta a su nieto, mientras se refugian de una tormenta nocturna, relatos de tiempos inmemoriales.

Berta, la escritora

Para quienes nos topamos con Berta y sus investigaciones en lingüística y folklore en la universidad, es poco lo que nos llega de su faceta de escritora y poeta, amiga de Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou y Alfonsina Storni. Cerca de la fecha en la que publicaba Los mitos sanluiseños, aquella recopilación en la que reelabora con su prosa y palabras los relatos de su San Luis natal, Berta Elena también publicó su primer libro de poesía: Alas.

Varios años más tarde, publicó Agua serrana y en 1937, sus dos últimos libros de poesía Tierra puntana y Campo y soledad. También escribió poemas en la revista Ideas y colaboró en el periódico mensual Croquis. Aunque después de los 37 años no volvió a publicar obra poética, Berta, a quien le gustaba que la llamaran por su nombre completo por ser un endecasílabo, es conocida también como una pionera en la tarea de plasmar en palabras los paisajes puntanos, su gente y sus costumbres.

Berta Elena Vidal de Battini

Berta Elena Vidal de Battini fue una, pero su obra es tan grande y tan diversa, que a veces nos hace dudar. ¿Fue una o fue varias? Berta fue, sin lugar a dudas, la maestra y la preocupación pedagógica que tiñó todas sus obras, fue también la investigadora y la puntana orgullosa que siempre volvía a su provincia, en cuerpo pero también en obra. Berta fue la viajera argentina que en más de 150 viajes, a lo largo de más de treinta años, recorrió desde la Puna hasta Tierra del Fuego, y que no quiso dejar afuera ni siquiera esos lugares a los que siempre lamentó no haber podido llegar. Así, en 1982 publicó en el diario La Nación un artículo titulado “El léxico español de las Malvinas”, tal vez el único rincón de la Argentina que Berta no llegó a conocer en persona pero del que pudo registrar el uso de palabras en español por parte de malvineres radicades en la Patagonia.

Por esos años, en tanto jefa de la sección Folklore y Dialectología del Instituto de Ciencias Antropológicas de la UBA, Berta conformó un equipo de trabajo cuyos integrantes eran graduades de Antropología y de Letras. Una integrante de aquel equipo, Leonor Acuña, señaló: “Trabajé con Berta Elena Vidal de Battini desde abril de 1977 hasta su fallecimiento en mayo de 1984. Conocerla, leerla y compartir el trabajo con ella fue sin duda la experiencia más importante de mi vida en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Era docente no solamente de lingüística sino también de honestidad intelectual e institucional.”[4]

Berta no solo sigue siendo una referente ineludible en los estudios dialectológicos y folklóricos en Argentina y América Latina sino que fue, sin lugar a dudas y ante todo, una persona cálida y amable, generosa y atenta, que supo inspirar la confianza de argentines de todas las regiones. Pudo así combinar la calidez y la escucha atenta para que personas muy diversas hablaran con ella, con la técnica y el saber necesarios para realizar un análisis extremadamente pormenorizado de las variedades lingüísticas del país y también una inmensa curiosidad para atender y dar valor no solo a esas voces, sino también a sus relatos. Berta fue muchas y fue una, e indiscutiblemente, fue única.

Investigación: Laura Ramírez y María de los Ángeles Chimenti — RELIF

La Red de Lingüistas en Formación (RELIF) consiste en un espacio de organización e investigación en Argentina que nuclea a estudiantes de grado, ayudantes de segunda y de primera, licenciades, profesores, doctorandes e investigadores del lenguaje en formación. En marco de este trabajo, durante 2020 llevamos a cabo una votación abierta para definir un día de les lingüistas en Argentina. La votación finalizó en diciembre de ese año y dio como ganadora la opción del nacimiento de Berta Elena Vidal de Battini, el 10 de julio, como día para visibilizar y dar a conocer la profesión de quienes nos dedicamos al estudio del lenguaje. En marzo de 2021 el proyecto de ley fue presentado por Eugenia Catalfamo, senadora nacional de San Luis, en la comisión Cultura y Educación del Senado de la Nación Argentina.

Agradecemos a Leonor Acuña por su atenta lectura y comentarios sobre el primer borrador del texto.

También podés leer sobre más #CientíficasDeAcá en nuestro libro:

Fuentes

Acuña, L. (2013). La lengua popular. Las investigaciones de Berta Elena Vidal de Battini. Bicentenario. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación, 38–45. Disponible en: http://www.unq.edu.ar/advf/documentos/522e10c340ea6.pdf

Acuña, L. (2013). El español de la Argentina de Vidal de Battini: sobre los estándares regionales y la influencia de las lenguas indígenas. En Marisa Censabella Cristina Messineo (Eds.) Lenguas indígenas de América del Sur II. Morfosintaxis y contacto de lenguas. Mendoza: Editorial FFyL-UNCuyo y SAL, 147–169. Disponible en: http://ffyl1.uncu.edu.ar/IMG/pdf/Censabella_y_Messineo_eds_2013.pdf#page=147

Arrieta, M. (5 de abril de 2016). Obra poética de Berta Elena Vidal de Battini. Agencia de noticias San Luis. Disponible en: http://agenciasanluis.com/notas/2016/04/05/obra-poetica-de-berta-elena-vidal-de-battini/

Blache, M. & Dupey, A. M. (2007). Itinerarios de los estudios folklóricos en la Argentina. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología, 32, 299–318. Disponible en: http://www.saantropologia.com.ar/wp-content/uploads/2015/01/Relaciones%2032/12%20Blache-Dupey.pdf

Gatica de Montiveros, M. D. (1986). Pequeña historia de las letras puntanas. Imp. Oficial. Disponible en: http://bpd.sanluis.gov.ar:8383/greenstone3/sites/localsite/collect/literatu/index/assoc/HASH27af.dir/doc.pdf

Kovacci, O. (2000). Berta Vidal de Battini y sus estudios de la lengua y el folklore. Boletín de la Academia Argentina de Letras, 65(257), 327–344. Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/s3/BVMC_OBRAS/027/5a3/ba8/2b2/11d/fac/c70/021/85c/e60/64/mimes/0275a3ba-82b2-11df-acc7-002185ce6064_19.html

Malanca de Rodríguez Rojas, A. (1995). Homenaje. Berta Elena Vidal de Battini (1900–1984). Boletín de la Academia Argentina de Letras, 59(231–232), 121–154. Disponible en:https://www.letras.edu.ar/wwwisis/indice/Boletin%201994%20-%20231-232.pdf

Vidal de Battini, B. E. (2005). Cuentos y leyendas populares de la Argentina. Tomo I. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Vidal de Battini, B. E. (1964). El español de la Argentina. Buenos Aires: Consejo Nacional de Educación.

[1] Vidal de Battini, B. E. (1964). El español de la Argentina. Buenos Aires: Consejo Nacional de Educación, 18.

[2] Vidal de Battini, B. E. (2005). Cuentos y leyendas populares de la Argentina. Tomo I. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 14.

[3] Vidal de Battini, B. E. (2005). Cuentos y leyendas populares de la Argentina. Tomo I. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 18.

[4] Acuña, L. (2013). El español de Argentina de Vidal de Battini: sobre los estándares regionales y la influencia de las lenguas indígenas. En Marisa Censabella Cristina Messineo (Eds.) Lenguas indígenas de América del Sur II. Morfosintaxis y contacto de lenguas. Mendoza: Editorial FFyL-UNCuyo y SAL, 147–169.

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