Juana Cortelezzi, geóloga

Nació en 1887 en el seno de una tradicional familia de La Plata. Fue la encarnación del positivismo: curiosa, disciplinada, racional y amante de la naturaleza. ¿Qué sabemos hoy de esta mujer que promovía la participación de las estudiantes en las salidas de campo, viajó por el mundo, fue pasajera del Graf Zeppelin, y –ya retirada– escaló el Aconcagua a lomo de mula?

Científicas de Acá
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7 min readFeb 1, 2022

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Por Paula Bergero para Científicas de Acá

Para comienzos de siglo, el Museo de la Plata ofrecía un amplio abanico de carreras, como dibujo, y profesorados en distintas áreas, que atrajeron a muchas estudiantes mujeres. Una de ellas fue Juana Cortelezzi, quien egresó en 1909 como farmacéutica y profesora de enseñanza secundaria en Ciencias Naturales y Química. A lo largo de su prolífica carrera se desempeñó como científica y docente, y es reconocida como una pionera de la mineralogía.

El área que eligió –la misma que la primera geóloga argentina, Edelmira Mórtola– no parece casual: muchas de las mujeres que se atrevieron a asomarse a la Geología en la Argentina lo hicieron a través del estudio de los minerales. Un campo disciplinar de poca exposición, ya que transcurre puertas adentro, entre laboratorios y vitrinas.

La señorita Cortelezzi

Antes de graduarse, Juana comenzó a dar clases en el Colegio de Señoritas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Siguiendo las ideas del reconocido naturalista Carlos Spegazzini, declarado partidario del trabajo de campo, fue pionera organizando salidas para la recolección de plantas y rocas.

Juana Cortelezzi (sentada) junto a su amiga — también científica- Carolina Etile Spegazzini. Foto de 1909 Fuente: Wikipedia.

“No la llamábamos, con la irreverencia propia de nuestros 15 años hacia las profesoras que habían llegado a los 40, la vieja de Mineralogía, sino que la nombrábamos señorita Cortelezzi, lo que encierra todo un juicio de valoración. En la cátedra era exigente: nos tenía locas”, recuerda su exalumna Elsa Hounie en la semblanza que escribió para el libro 12 personalidades del siglo, una compilación realizada para el centenario de la ciudad de La Plata.

Una familia geológica

Sarah, hermana de Juana, también se dedicó a la Geología. Su hijo Félix Mouzo, que siguió los pasos de su madre y su tía, la recuerda como una mujer curiosa y con iniciativa. “Veo con satisfacción la inquietud de rescatar la memoria de Juana, mujer de fuerte personalidad y marcado sentido de la responsabilidad por el deber, la familia, las actividades académicas, científicas, docentes y toda otra que significara un aporte al progreso”.

Félix, geólogo ya retirado, evoca a Juana como una mujer curiosa y con iniciativa. “En su casa tenía un cuarto de revelado y ampliación de fotos que operaba personalmente”, evoca. Además de “imborrables recuerdos, admiración y cariño”, el geólogo ya retirado conserva “algunas pocas fotografías” de su tía: son las que ilustran esta nota.

Foto de estudio de Juana Cortelezzi. Gentileza de su sobrino Félix Mouzo.

Primera Profesora Titular de la UNLP

En 1920, Juana Cortelezzi comenzó su carrera como docente universitaria y en 1933 obtuvo el cargo de Profesora Titular en la cátedra de Mineralogía y Geología del Museo. Fue la primera mujer en ganar esta posición en toda la UNLP.

Según relata Susana García, especialista en historia de las ciencias, en su artículo sobre mujeres, ciencias y empleo en la Argentina, Walter Schiller, jefe del departamento “insistió en el nombramiento como Profesora Titular de Cortelezzi, a quien consideraba la más apta de los cuatro postulantes, sumado a su actuación como jefa de trabajos prácticos en esa materia y a que conocía como nadie las colecciones del departamento. El resto de los miembros de la comisión del concurso votó a favor de esta candidata argumentando sus antecedentes docentes, su tarea en el ordenamiento de las colecciones y su preparación en mineralogía y ´por ser una egresada de esta Universidad de La Plata, que puede ponerse como ejemplo de dedicación y entusiasmo´” (Fuente). Hasta entonces la ciencia había estado liderada por investigadores extranjeros, pero a medida que se graduaban nuevos profesionales, las autoridades consideraron necesario incorporarlos y abrirles posibilidades de crecimiento académico.

Imagen del II Congreso nacional de Historia de la Geología. Acto en el Museo de La Plata (1934) Juana Cortelezzi es la mujer sentada a la derecha en la foto.

Debe ser cierto lo de la curiosidad y la iniciativa que menciona su sobrino, porque a partir de ese momento Juana Cortelezzi ocupó múltiples puestos y desplegó una gran cantidad de actividades. Por ejemplo, “realizó varias estadías de investigación en la Universidad de Heidelberg, algo poco frecuente entre las naturalistas de la época”, según cuenta García.

Ordenar, modernizar, simplificar

En 1934, la geóloga fue designada rectora del Colegio de Señoritas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), actualmente Liceo Víctor Mercante. Durante su gestión, innovó en la enseñanza, y la educación física y artística. Revitalizó la biblioteca, adquirió una importante colección de rocas, impulsó certámenes literarios y creó el Centro de Alumnas.

Juana Cortelezzi con docentes del Liceo de Señoritas (traje gris). Gentileza de su sobrino Félix Mouzo.

Su lema era ordenar, modernizar y simplificar. “El uniforme de ejercicios físicos tenía un bombachón que bajaba de la rodilla, una blusa manga larga y encima una pollera tableada que cubría pesadamente el bombachón. El nuevo uniforme era una remera con un short hasta la mitad del muslo, como si fuera hoy”, narra Elsa Hounie en su artículo.

La vuelta al mundo

Gracias al vínculo que generó durante sus estadías en Alemania, en 1936 Juana fue designada Embajadora de la UNLP para asistir a los actos por los 550 años de la fundación de la Universidad de Heidelberg. A pesar de la inquietud que este dato pueda generar, el testimonio de Elsa Haunie es claro: “Juanita Cortelezzi tenía una cabal rectitud en sus miras; de modo que su viaje por la Alemania nazi, así como por los EE.UU., no generaron dudas ni tocaron su prestigio.”

Además de interiorizarse en los modernos métodos de enseñanza alemanes y asistir a congresos, fue invitada a los Juegos Olímpicos que se celebraban en Berlín. Fue así pasajera del dirigible Graf Zeppelin, una nave que medía más de dos cuadras y podía transportar 50 personas alrededor del mundo, y que sobrevoló el estadio minutos antes de la aparición de Hitler en el estadio de Berlín, en un alarde del poderío germano.

No asustaban a Juana Cortelezzi las alturas ni la falta de confort, por cierto: ya retirada de su vida académica se sumaría a una expedición científica de más de un mes de ascenso en mula al Aconcagua, dirigida por el andinista Hans Link y de la que participaron una decena de docentes del Museo de La Plata.

Juana Cortelezzi, de vestido negro con mangas de encaje. Gentileza de su sobrino Félix Mouzo.

Juana y las visitadoras

Durante su gestión en el Colegio de Señoritas, en 1938, se creó la Escuela de Visitadoras de Higiene Social, que dependía de la Facultad de Medicina pero funcionaba en el edificio del secundario, con la idea de que las egresadas fuesen estimuladas a continuar la carrera de Visitadoras.

En 1939, Juana reununció a su cargo de Profesora Titular en la UNLP, y en 1941 asumió la presidencia de la Comisión Protectora del Preventorio para niños tuberculosos. Allí, junto a un grupo de profesoras –según cuenta el historiador Néstor Arrúa en su artículo sobre el rol de los higienistas y visitadoras platenses frente a la tuberculosis–, se ocupaba de la recolección de fondos, de la instrucción escolar de los infantes internados y también de la tutela de los egresados.

Ahora que sí nos ven

Cortelezzi reivindicaba el rol de las salidas de campo en la enseñanza, y la idea de extender esta práctica a las jóvenes estudiantes fue revolucionaria para su época.

Portada del artículo de Elsa Hounie sobre Juana Cortelezzi en el libro 12 Personalidades del Siglo, editado con motivo del Centenario de la Ciudad de La Plata en 1982.

Sin embargo, más de cien años después, las estudiantes de Geología aún padecen desigualdad de género durante la experiencia de campo. Tanto que, en 2019, decidieron empapelar la Facultad exponiendo los dichos misóginos de sus docentes. “En los viajes de campaña tenemos que escuchar comentarios desubicados por parte de profesores. Por ejemplo, que no llevaban mujeres al campo hasta que se dieron cuenta de que era divertido, o que pidan los varones hagan las calicatas (perforaciones del suelo) y las mujeres solo tomen nota”, relata Carolina Rodríguez, alumna en la UNLP. Empoderadas, las alumnas reclamaron políticas de género. “Impulsamos la creación de una Mesa Interclaustro de Género que realizó ya varios talleres de formación para las cátedras que realizan viajes”, agrega Carolina.

Si el legado de Cortelezzi hubiese estado más presente entre sus colegas, quizá las jóvenes que se acercan a la Geología hubiesen encontrado un camino algo más llano. Sin embargo, quienes conocieron a Juana, más que sus múltiples logros, rescatan su interior. Como concluye Hounie: “Para redondear la idea de las huellas que dejó esta mujer excepcional, nos referiremos a su carácter: Juanita Cortelezzi era recta. Su sola mirada penetrante y seria hacía saber que tenía un alma sin dobleces y que transmitía con sinceridad su verdadero pensamiento.”

Referencias

Hounie, Elsa. Las huellas de la Dra. Juanita Cortelezzi. En 12 personalidades del Siglo. Sociedad Argentina de escritores — La Plata. Ediciones Almafuerte. 1982 (La Plata, Argentina).

García, Susana Valeria (2003). “El Museo de La Plata y la divulgación científica en el marco de la extensión universitaria [1906–1930]”.

Riccardi, Alberto C. Las investigaciones geológicas del Museo de La Plata desde la época del centenario a la del sesquicentenario: 1906–1966 2016, Número Especial: “La Historia de la Geología en el Bicentenario de la Argentina”

Ametrano, S. , de Barrio, R. Historia de la mineralogía en la Universidad Nacional de la Plata (2006).

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