Parasite: ¿Quiénes son los verdaderos parásitos en el mundo?

“C uál es tu plan?”, le dice Chung-sook a su esposo Kim Ki-taek cuando se corta la señal gratis de Wifi en su reducido hogar ubicado en el subsuelo de un edificio. Urge la conexión pues del Whatsapp y YouTube depende el trabajo de una familia en la que aún ninguno de sus miembros ha terminado la escuela. Resuelto el problema, el padre meditará súbitamente sobre la conveniencia de sacrificar un poco los ojos y pulmones de todos para aprovechar los residuos de la fumigación pública que acaba inundando el lugar por la única ventana en su ajustado espacio en el que conviven con cucarachas. La asfixia e invisibilidad finalmente perjudicarán el encargo de cajas de la empresa de pizza para la que toda la desventurada familia Kim trabaja doblándolas. (Si has leído hasta acá pero eres de las personas que destesta arruniarse una película por haber leído una pinche reseña que te lo cuenta todo… pues no te preocupes, este no es el lugar, pero de todas formas te recomiendo querido lector dos caminos. Si realmente tienes planificada en tu agenda ver esta película, vela primero y acá nos vemos después para debatirla. Si estas dudando pero te intriga, entonces adelante y realmente espero te anime a decidirte por verla! ;) )

La familia Kim

La vida en apuros de los Kim parece estar a punto de cambiar cuando al joven Ki-woo, el destino le pone delante suyo la oportunidad de ser el maestro de inglés de la hija mayor de la renombrada familia Park. Esa será la llave de oro con la que poco a poco los cuatro miembros de la familia Kim se irán infiltrando astutamente en la mansión Park, desdoblándose en finos alter-egos acorde a los delicados requisitos que una familia de clase como los Park, esperan de la gente de su confianza y eso incluye a quienes les sirven.

El Plan ha funcionado y el éxito a la nueva vida parece asegurado. El plácido sonido de una extensa lluvia que se escucha en el jardín acompaña las risas y finas bebidas que disfruta la familia Kim aprovechando la ausencia de los Park. La celebración será interrumpida por el timbre de la gran casa y minutos después bajo la misma intensa lluvia eso sueños parecen irse diluyendo de la misma forma que su pequeño departamento del subsuelo se inunda de forma inevitable volviéndolos a la realidad de dónde vienen, y finalmente arrastrándolos vertiginósamente a una mucho más dura.

El asenso y desenso de gradas son parte del juego de imagenes que describen la vida de los Park y de los Kim

A través del lente del director Bong Joon-ho, Parasite nos retrata el (des)afortunado encuentro de dos familias ubicadas a 180º verticales de la sociedad. En el exquisito lenguaje con el que el cine coreano dialoga con su audiencia, esta comedia oscura nos conduce a una introspección a nuestra especie mientras nos lleva en medio de una perfecta fotografía que encuadra detalles que hacen al fondo de la ascendente y calmada vida de los Park en contraste al apresurado y asfixiante mundo de los Kim.

La historia se desenvuelve en Seúl, capital de Corea del Sur y residencia de más de 10 millones de habitantes. Si bien es hoy la 11va del mundo y con una inequidad social menor a varios otros países incluso de Europa (1), grandes grupos de su población quedan arrinconados a vivir según sus limitaciones económicas. Como otras mega-ciudades, el número de gente abunda y el espacio se achica. Las periferias no se expenden sólo a los costados sino hacia abajo. El sótano, o banjiha que es el término usado en Corea para describir el espacio en el que vive la familia Kim, es uno de los muchos construidos debajo de los edificios en la década de los 70s como refugio provisional a la amenaza del entonces naciente programa de misiles de Corea del Norte. Con el tiempo serían la respuesta barata para personas que no pueden pagar el costo promedio de alquiler, como aquellos menores de 35 años a los que absorbe hasta un 50% de sus ingresos (2), o los ancianos (cuya expectativa de vida aumentó pero paradojicamente) que según la OECD, un 48% de la población sur-coreana mayor a 65 años se encuentra en los rangos de pobreza (3). Pero más allá de Corea del Sur, la creciente inequidad global va atrapando cada vez más pobres donde según un estudio de Oxfam, familias como los Park pasan al selecto club de 2 mil familias con similar riqueza a la de 4 600 millones de personas donde estan los Kim (4).

Las aspiraciones de estas familias no solo se ven restringidas por falta de trabajo, cuyo acceso además hoy en día puede estar también condicionado a otros servicios básicos como el acceder a un smarthphone y una señal de Wifi, ni por las reales opciones de acceder a una educación superior que solo asegura la opción de ser uno más en la competencia entre el ejército de jóvenes profesionales. Sino además porque su precaria forma de vida, que ya se monta sobre una casa de naipes, está cada vez más condicionada a los fenómenos climáticos extremos, la contaminación y epidemias favorecidas por bajas condiciones de salubridad pública.

El hacinamiento de familias enteras en pequeños espacios trae consigo una serie de efectos a la salud. El aire siempre contenido y la continua humedad afectará la fortaleza de los pulmones que los hará más susceptibles a otras enfermedades. La pérdida de viviendas por inundaciones cada vez más duras y frecuentes, y el desplazamiento de cientos de familias albergadas en provisorios espacios son también otra noticia común en casi todos los países, pero es desproporcional en países del Asia (5). Las grandes cantidades de insecticida inundando viviendas y calles, es una imagen conocida en los países con Dengue. Esta enfermedad ha alcanzado en 2019 la escala de las más grandes epidemias registradas en varios países de Latinoamérica (6) y el Asia (7). Su propagación está favorecida por lugares con mucha basura y donde el agua es almacenada precariamente.

Aún peor hoy cuando el número de casos de Coronavirus en Corea del Sur es el segundo más alarmante después de China (8), familias como los Kim serán las más vulnerables por la suma de todo lo anterior. ¿Cuántos tienen información de lo que pasa?, ¿cuántos pueden comprarse el jabón y el alcohol en gel suficiente?, ¿tienen al menos el agua limpia y caliente para usarlos? ¿Pueden permitirse el tener todo un ambiente aislado en la casa para un solo miembro enfermo?, ¿que tan saludable es su alimentación?

“Parásito/a:

1. adj. Dicho de un organismo animal o vegetal: Que vive a costa de otro de distinta especie, alimentándose de él y depauperándolo sin llegar a matarlo.

3. adj. Dicho de una persona: Que vive a costa ajena.”

El principal parásito del mundo es nuestra especie. Pero no somos toda la humanidad. No son los millones de las familias Kim quienes aparentemente sobreviven a costa de chuparles la sangre azul a sus huéspedes. En realidad, somos aquellos cuyos privilegios están basados en el consumo cada vez más acelerado de la explotación del trabajo de otras personas, de una inequitativa distribución de los espacios y medios seguros/dignos, de los recursos naturales sobre los que viven y de la contaminación que les dejamos después de malgastarlos en placeres efímeros. Somos los mismos a los que como parásitos vamos a un nuevo mall a ver esta película o la compramos pirata para verla en una TV plasma comiendo basura bien etiquetada como la caja de pizza trabajada por los Kim. Somos los mismos que al igual que los Park hacemos el, a veces disimulado y a veces no, acto de abrir la ventanilla del vehículo porque las sensibles narices comienzan a juzgar el olor a “sótano” de los Kim sin pensar el porqué. Somos pecadores hipócritas, cómplices del capitalismo de ser la eternamente aspirante clase media atrapada en la selfie del ultraconsumismo que permite al de arriba pararse más arriba hundiendo más al de más abajo sin pararnos a pensar qué condiciones de vida y posibilidades de sobrevivencia tienen las familias que día a día estiran el cuello para no ahogarse mientras flotan en un mar de creciente mierda que les llueve desde arriba. Y atrapados con el sueño de llegar un día a ser un Park tampoco nos detenemos a pensar que, al ritmo con el que contribuimos a infectar este mundo, las gradas de la realidad se harán cada vez más altas y terminaremos todos despertando tratando de contener el desborde de nuestra propia, si!, mierda.

“S abes que tipo de plan nuca falla?. Ningún plan.” dice resignado Kim Ki-taek a sus hijos, mientras mira al infinito echado en un catre de campaña en el refugio donde comparten el espacio con cientos de otras familias desplazadas por la inundación. “Si haces un plan, la vida nunca funciona así. Sin un plan, nada puede salir mal…”. Para la gente del “sótano”, el sueño del largo plazo contrasta con su realidad de primero sobrevivir la mañana y luego pensar en la noche.

Si eres alguien que, por ahora aún puede planificar más que eso, considerate un parásito seriamente afortunado.

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Cruz Fuentes
Distopías, Poder y Política en “35mm”

Forzadamente apocalíptico, tristemente conciente y felizmente latino