La sociedad de la transparencia

Comentario del ensayo de Byung-Chul Han

Antonio Moya
Ciudad Poliédrica
5 min readNov 15, 2015

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Byung-Chul Han está seguro de que el exceso de información es contraproducente. La sociedad de la transparencia es una crítica a la cada vez mayor exigencia de transparencia por parte de la masa ciudadana hacia los poderes y las personas que nos rodean. El filósofo Han descompone el concepto de sociedad de la transparencia en varios sinónimos, que son los que dan título a cada uno de sus capítulos: la sociedad positiva, la sociedad de la exposición, la sociedad de la evidencia, la sociedad porno, la sociedad de la aceleración, la sociedad íntima, la sociedad de la información, la sociedad de la revelación, la sociedad del control. Se trata de un libro conciso en el que casi cada frase, cuidadosamente escrita, sin devaneos ni palabras superfluas, es una sentencia rotunda:

“La sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual.”

“Las cosas se revisten de un valor solamente cuando son vistas.”

“La sociedad de la transparencia es enemiga del placer.”

“La transparencia no es el medio de lo bello.”

“Son obscenas la hiperactividad, la hiperproducción y la hipercomunicación, que se aceleran más allá del fin.”

“La intimidad es la fórmula psicológica de la transparencia.”

La transparencia carece de trascendencia.

“No se aspira a ninguna purificación moral del corazón, sino al provecho máximo, a la atención máxima.”

“La exigencia de transparencia se hace oír precisamente cuando ya no hay ninguna confianza.”

Voy a extraer algunos de los conceptos clave del libro y a posicionarme en relación a ellos. En general, Han es muy crítico con el contexto de sobreinformación que nos rodea actualmente, pues afirma que exigir una total transparencia en casi todos los niveles de la vida contemporánea es contraproducente y contrario a la naturaleza humana. Mi punto de vista es más optimista, pues considero que la sociedad actual dirigida en buena medida por las redes sociales sólo magnifica lo que ya somos, tanto lo mejor como lo peor; que existan las herramientas de comunicación actuales es en cualquier caso positivo y multiplica las posibilidades. No obstante, entiendo que es necesaria una dura crítica como la de Han para no caer en una vorágine de me gustas sin sentido para que repensemos y reorientemos el horizonte en nuestra era de la comunicación.

A lo largo de La sociedad de la transparencia, Han establece una serie de conceptos dicotómicos que van justificando, a veces de manera algo maniquea, sus tesis sobre el peligro que encierra la transparencia total.

INFORMACIÓN VS. INTUICIÓN

Para poder desarrollar la intuición, necesitamos tener lagunas de información; vacíos a los que acogernos que permitan imaginar e inventar. La intuición deriva en pensamiento, mientras que la excesiva información deviene en cálculo. Confiemos en nuestra capacidad intuitiva para ser creativos y colaborar en el progreso del conocimiento humano.

OPINIÓN VS. IDEOLOGÍA

Es necesario tomar partido y tratar de construirse todo un mapa mental ideológico. Los movimientos sociales que proliferan actualmente se apoyan, a menudo, en una serie de opiniones concretas compartidas por un gran número de gente, y muchas veces ocultan algo de pereza a formar un juicio crítico propio de los temas políticos actuales.

EVIDENCIA VS. PLACER

El verdadero placer está relacionado con la seducción y con el juego, mientras que lo evidente se basa en procedimientos prestablecidos que persiguen una satisfacción conocida de antemano. Los seductores van contra lo políticamente correcto; prefieren la ambigüedad y lo desconocido, y no se quitan la máscara mientras puedan evitarlo. Su desenmascaramiento es inesperado, y cuando tiene lugar, puede llegar a emocionar y a generar verdadero placer. Seguir todas las normas es aburrido y no conduce al placer.

IMPERATIVO VS. ASTUCIA

La astucia permite flexibilidad, y no implica necesariamente perfidia, sino que puede esconder toda la bondad de un espíritu profundo. Si se actúa por imperativos, no se puede desarrollar la astucia, y se elimina la personalidad. La astucia es propia de espíritus creativos.

INSTRUMENTO VS. GRACIA

La gracia traza un camino sinuoso antes de alcanzar el fin, mientras que el instrumento persigue un fin sin rodeos. El juego es importante; el interés reside en el proceso. La sociedad finalista actual exige resultados inmediatos a cualquier precio, y no se detiene en los puntos intermedios.

PORNOGRÁFICO VS. ERÓTICO

Lo pornográfico está relacionado con la transparencia de la sociedad positiva, que lo muestra todo rápido y sin rodeos para ver si gusta. Lo erótico conserva la negatividad propia del secreto, la magia de la interrupción. La tensión erótica se genera entre la aparición y la desaparición de las partes.

CÁLCULO VS. PENSAMIENTO

El cálculo es siempre igual y desencadena un proceso de aceleración. Por su parte, el pensamiento requiere más tiempo, se sustenta nuevamente en la negatividad, en el cuestionamiento permanente, en la duda. El cálculo solo puede producir información, mientras que únicamente a través del pensamiento se puede generar conocimiento.

VIVENCIA VS. EXPERIENCIA

Las vivencias son sensaciones producidas por lo ya existente, mientras que las experiencias implican una transformación y tiene consecuencias sobre lo vivido.

ACUMULACIÓN VS. MEMORIA

La acumulación de datos e información es acrítica y no establece prioridades. Es la memoria la que debe poder estratificar la información y descartar lo prescindible.

CONTROL VS. CONFIANZA

La exigencia de transparencia total deriva en un control inhumano sobre los demás. Todos ejercen control sobre todos, y además de forma aparentemente voluntaria y entregada. Ese exceso de control elimina la libertad de actuación, que solo es posible ejercer en un marco de confianza recíproca. La confianza se basa precisamente en la falta de saber.

CONCLUSIÓN

Byung-Chul Han ofrece una visión excesivamente catastrofista del mundo actual, pero imprescindible para conocer en profundidad qué está ocurriendo en nuestra vertiginosa época. Sin insistir demasiado en ello, ya que no existe al final del ensayo ningún apartado de conclusiones, Han sugiere un antídoto sencillo y eficaz que cualquiera de nosotros puede aplicar contra la excesiva demanda de transparencia actual: la confianza. Querer saberlo todo es desconfiar, y por tanto, confiar significa no necesitar saberlo todo sin sentirnos intranquilos ni inseguros. Aprovecho este texto para hacer hincapié en la importancia de la confianza en la sociedad actual. Confiemos, pero confiemos bien, elijamos en quién confiar, esforcémonos por que confíen en nosotros, y deleguemos responsabilidades y la toma de decisiones en las personas adecuadas. Contra la sobreinformación: CONFIANZA.

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Antonio Moya
Ciudad Poliédrica

Architect & Musicien working for social urban innovation