¿Por qué nadie habla de Haití?

Ciudadanía Inteligente
ciudadaniai
Published in
7 min readApr 8, 2019

Abajo versión en portugués.

En las últimas semanas, Haití volvió a ganar espacio en las páginas de los periódicos del mundo. ¿Por qué? porque más de un millón de personas salieron a las calles a protestar contra el gobierno. Activistas de todo el país se movilizaron en las redes sociales y en las calles en respuesta al escándalo de corrupción que involucra al presidente del país, Jovenel Moïse. El tema del momento: las denuncias de irregularidad en el Fondo PetroCaribe. Esta nueva crisis de inestabilidad provocó decenas de muertes, ciudades confinadas y misiones diplomáticas atacadas con armas y violencia. Estas escenas rememoran los periodos de tensiones que ha vivido el país no sólo ahora sino que en los últimos 15 años.

Vamos atrás. El año 2004 representó un momento de inflexión para la historia contemporánea de Haití. Fue ese año el punto más alto de una convulsión social debido a la salida del presidente Jean Bertrand Aristides y el principio de una guerra civil. Todo esto llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a crear la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH). La misión sería liderada por el gobierno brasileño y la Minustah fue recibida inicialmente con entusiasmo por la población haitiana con la promesa de estabilizar, sobre todo, las regiones más violentas del país. En enero de 2010, un terremoto de 7 grados de magnitud mató a 220.000 personas y dejando miles de heridos. Esto consolidó la extensiva presencia de la comunidad internacional en Haití. En una carrera contra el tiempo, 15 países enviaron víveres, tropas y apoyo técnico.

Sin embargo, había ingenuidad en el entusiasmo. En los primeros meses después del terremoto, una epidemia de cólera mató a 5 mil personas y contaminó a 180 mil ¿los culpables? La Minustah. Después de una larga investigación la ONU resolvió que las fallas en las condiciones de saneamiento provenían desde sus campamentos ( Minustah) y contaminaron el mayor río del país. Eso no es todo. En el comienzo del 2011, la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) denunció una serie de casos de abuso de poder, violaciones y asesinatos por parte de miembros de la Minustah

Para el año 2016 continuaban las dificultades en Haití: No sólo fue la gran crisis humanitaria y el creciente desprestigio de la Minustah, sino que también tocó tierra el huracán Mathew, la mayor tormenta caribeña en 9 años y que sacudió al país por completo. Las pésimas condiciones en las que vivía la mayor parte de los haitianos sumadas a un territorio sin bosques, casi el 100% devastados, hizo que el huracán alcanzara a más de un millón de personas. En el segundo semestre de ese año, después de la asistencia a los afectados por el huracán y en medio del proceso electoral en Haití, comenzaron una serie de violentas protestas por acusaciones de fraude electoral. Estos eran los últimos momentos del trabajo de la misión de Minustah después de casi 13 años en Haití.

En abril de 2017, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el fin de la Minustah. Y la crisis humanitaria en el país que desde 2010 se convirtió en un flujo migratorio de haitianos a países de la región principalmente a Brasil, Chile y Argentina. No es coincidencia que estos eran los países que participaron activamente a lo largo de estos 13 años de la Minustah y que no lograron resolver la crisis. La misión fue finalizada en medio de nuevas denuncias: organizaciones de derechos humanos involucradas en actos de violencia contra las mujeres, la introducción del cólera en el país y asesinatos contra estudiantes.

La mayor misión de paz liderada por un país latinoamericano, Brasil, y con intensa participación de países sudamericanos tenía como objetivo, además de llevar la paz, garantizar una silla permanente en el consejo de seguridad de la ONU para Brasil. No logró — ni la paz ni la silla — pero sirvió de trampolín para que los altos generales brasileños pudieran asumir altos cargos en Brasil y para los avances de discursos xenófobos y de medidas inmigratorias restrictivas, como el caso de Chile.

Hoy Haití es la cruel síntesis de las fragilidades que acomete nuestras democracias, sumadas a una relación depredatoria del medio ambiente y una comunidad internacional incapaz de cumplir con sus promesas. Sí, es verdad que su ubicación geográfica, en una línea de falla geológica, hace de este país la nación caribeña más propicia a accidentes naturales. Sin embargo, la acción humana es la gran responsable de sus desastres. La situación de Haití no es de azar o suerte, se trata de falta de responsabilidad. Como latinoamericanos, fuimos parte de lo ocurrido en Haití desde el año 2004, y por eso es nuestra responsabilidad reconstruirlo y crear instrumentos más resilientes para que aprendamos de nuestro errores y no volvamos a repetir las injusticias que vivió el país más pobre de nuestra región. Por qué en momentos de incertidumbre, nos mueve una sola certeza: que juntas y juntos somos más fuertes.

Arriba versión español

Porque ninguém fala sobre o Haiti?

Nas últimas semanas, o Haiti voltou a ganhar as páginas dos jornais do mundo depois que mais de 1 milhão de pessoas foram às ruas protestar. Ativistas estão se mobilizando nas redes e nas ruas em resposta a um escandâlo de corrupção envolvendo o presidente haitiano, Jovenel Moïse. A questão do momento são as denúncias de irregularidade no Fundo PetroCaribe. Em meio a essa nova crise de instabilidade dezenas de hatianos já foram mortos, cidades foram confinadas e missões diplomáticas sofreram ataques. As cenas rememoram os periódos de tensões vividos pelo país nos últimos 15 anos.

O ano de 2004 representou um momento de inflexão para história contemporanea Haitiana; marcando o ponto mais alto de uma convulsão social que gerou à saída do presidente Jean Bertrand Aristides e um princípio de guerra civil levou o Conselho de Segurança da ONU a criar a Missão das Nações Unidas para Estabilização do Haiti (Minustah). Liderada pelo governo brasileiro a Minustah foi recebida inicialmente com entusiamo pela popuplação haitiana com a promessa de estabilizar, sobretudo, as regiões mais violentas do país. Em janeiro de 2010, um terremoto de maganitude 7 devastou o país, matou 220 mil pessoas e deixou milhares de feridos e consolidou a extensiva presença da comunidade internacional no Haiti. Com entusiasmo, em uma corrida contra o tempo, 15 países enviaram mantimentos, tropas ou apoio técnico.

Havia ingenuidade no entusiasmo. Ainda nos primeiros meses após o terremoto uma epidemia de cólera matou 5 mil pessoas e contaminou 180 mil pessoas, os culpados? A Minustah. Após uma longa investigação a ONU apontou que as falhas nas condições de sanemeanto de parte de seus acampamentos contaminaram o maior rio do país. Ainda sobre os efeitos da cólera, no início de 2011, a Rede Nacional de Defesa dos Direitos Humanos (RNDDH) denunciou uma série de casos de abuso de poder, estupros e assasinatos por parte de membros da Minustah.

Com a crise humanitária mais que instalada e o crescente desprestigio da Minustah, em 2016 foi a vez do furacão Mathew, maior tempestade caribenha em 9 anos, abalar o país. As péssimas condições que ainda viviam a maior parte dos haitianos somadas a um território sem florestas, quase que 100% devastadas, fez com que o furacão atingisse mais de 1 milhão de pessoas. Ainda no segundo semestre de 2016, após a assistência aos atingidos pelo furacão e no meio do processo eleitoral no Haiti uma série de prostestos voltaram a tomar as ruas por acusação de fraude eleitral. Eram os últimos momentos Minustah depois de quase 13 anos no Haiti.

Em abril de 2017, o Conselho de Segurança das Nações Unidas aprovou o fim da Minustah. E a crise humanitária no país que desde 2010 se converteu em um fluxo migratório de haitianos para países da região como Brasil, Chile e Argentina, que não por concidência participaram ao longo destes 13 anos da Minustah, não foi resolvida. A missão foi finalizada em meio a novas denúncias de organizações de direitos humanos que apontavam para o seu legado devastador envolvendo atos de violência contra as mulheres, introdução da coléra no páis e assasinato de estudantes.

A maior missão de paz liderada por um país latino americano, o Brasil, e com intensa participação de países sul americanos tinha como objetivo, além de levar a paz, garantir uma cadeira permanente no conselho de segurança da ONU para o Brasil. Não conseguiu — nem a paz e nem a cadeira — mas serviu de trampolim para os generais brasileiros assumirem altos cargos no Brasil e para o avanços de de discursos xenofobos e de medidas imigratórias restritivas, como no Chile.

O Haiti de hoje é a cruel síntese das fragilidades que acometem as nossas democracias, somadas a uma relação predatória do meio ambiente e uma comunidade internacional incapaz de cumprir suas promessas. Se é verdade que a sua localização geográfica, em uma linha de falha geológica, faz do Haiti a nação caribenha mais propícia a acidentes naturais, sem dúvidas é a nociva ação humana responsável por sua larga escala. A questão do Haiti não é de azar ou sorte é de responsabilidade. Como latino americanos, sabemos e fomos parte do que aconteceu desde 2004, cabe também a nós rerguer o Haiti e criar instrumentos mais resilientes para quando o pior estar por vir.

--

--

Ciudadanía Inteligente
ciudadaniai

Latin American NGO using technology and innovation to transform democracies. Based in Chile and Brazil, we work to fight inequalities in our entire region.