Actually, estoy creando un distrito de arte en La Habana Vieja

Félix M. González Pérez
clandestina
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3 min readJul 2, 2018
Adán Perugorría en GTG en San Isidro

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La barriada de San Isidro en La Habana Vieja fue una de las “zonas de tolerancia” más famosas de la capital cubana durante la primera mitad del siglo pasado. Y cuando decimos “zona de tolerancia” en realidad usamos un eufemismo bien elaborado para referirnos a uno de los puntos neurálgicos para la prostitución en la Cuba de la primera década del siglo XX. Tanto así, que fue ahí donde vivió y murió Yarini, el más famoso proxeneta cubano de la historia.

Pero con el paso del tiempo y la llegada de la Revolución, los bares y prostíbulos de la zona fueron cediendo su espacio a cientos de viviendas que rápidamente se transformaron en miles, hasta convertir a San Isidro en una de las barriadas más populosas de La Habana. Y así hasta la actualidad.

En medio de este contexto surgió en septiembre de 2016, en un inmueble derruido donde antes había una panadería que abastecía a más de 7000 personas, la Galería Taller Gorría (GTG), un proyecto cultural comunitario ideado por el famoso actor cubano Jorge Perugorría, quien dejó en manos de su hijo Adán la gestión del emprendimiento privado sito en la misma calle San Isidro entre Picota y Compostela, que en solo dos años se ha convertido en uno de los centros culturales más atractivos y novedosos de La Habana Vieja.

San Isidro es una de las zonas menos privilegiadas en el plan de restauración de la Oficina del Historiador de La Habana, por encontrarse en un extremo del Casco Histórico y por no contar con grandes estructuras arquitectónicas con alto valor cultural o histórico. Por eso una de las principales pretensiones del proyecto es atraer la atención de artistas de todo el mundo que se interesen por construir sus estudios en San Isidro, para convertir al barrio en un distrito de arte donde puedan confluir el street art con todo tipo de manifestaciones artísticas.

“La idea es convertir a San Isidro en un SoHo de arte contemporáneo. Que la gente pueda caminar y ver el arte en la calle”, explica Adán.

Un proyecto bastante ambicioso que no acaba ahí. Pues Adán y su padre tienen prevista también la construcción de una sala de teatro, una biblioteca, y otros espacios que conviertan a GTG en un proyecto cultural inclusivo que tenga un impacto positivo en la comunidad vecina.

En la parte superior de la galería actualmente se construyen un restaurante y un hostal que serán curados por artistas noveles que no han tenido la posibilidad de participar en exposiciones.

Y en eso le va la vida a Adán, que tiene poco más de veinte años y aún así tiene la responsabilidad de administrar una galería familiar, de las más prestigiosas y ambiciosas de la ciudad. Otro joven, que como Cimafunk, Claudia Calviño y Cristina Figueroa, está detrás de un proyecto gigantesco y que se siente orgulloso de estar en La Habana.

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Félix M. González Pérez
clandestina

Periodista de formación, comunicador por obligación y gamer por vocación. Ha aprendido a soportarlo todo menos el exceso de realidad.