La comunidad Clandestina. #ClandestinaRayoActiva

Félix M. González Pérez
clandestina
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5 min readSep 13, 2018

A las cuatro de la tarde del 9 de agosto, en el sitio escogido para el evento Rayo.Cero, en el corazón del Barrio Chino de La Habana, hay un sol inconfesable.

Unos mástiles de madera con telas blancas curiosamente ensambladas en la parte superior, sirven de cubierta a los diferentes proyectos que participarán en la #ZonaRayoActiva, una iniciativa de Arte Continua que ha logrado conquistar los esfuerzos de Bacane, La Marca, la Heladería “Al Pirata”, DJoy de Cuba, el Laboratorio Ibsen, May Reguera y Clandestina.

El solar yermo de la calle Rayo, baldío y abandonado como pocos lugares de La Habana, en pocos minutos va cambiando de rostro. En la entrada, las muchachas de Bacane juntas sus tintas y preparan las condiciones para empezar a serigrafiar. La música de Djoy de Cuba cubre todo el terreno y anuncia sin palabras que algo importante está a punto de suceder. La gente de la Marca espera sentada en una esquina. Tienen pinceles y tintas brillantes, y aunque pintarán también sobre la piel de los participantes, hoy lo harán sin agujas.

En el fondo del solar, una decena de niños esperan en una esquina con sombra, probablemente sin saber lo que viene. A su lado, May Reguera coloca sus equipos de fotografía profesional y empieza a probar los ángulos. Cinco niños, vestidos con kimonos de kung fu, dan volteretas en el aire y se roban toda la atención. Sus vestimentas son de un rojo intenso. El mismo color de la bandera de la Escuela Cubana de Wu Shu que cuelga libre en un árbol al fondo.

Idania del Río, junto al resto de su equipo, está montando un pequeño taller improvisado. El laboratorio de serigrafía sobre tela “Dame tu pulóver”, será sin dudas una de las mayores atracciones del evento. Todo el que traiga una pieza de ropa, volverá a casa con uno de los diseños de Clandestina impregnado en ella. En lo alto de la pared trasera cuelgan unas tendederas para el secado de la tinta. Una pequeña fila de personas se empieza a formar delante de la carpa. Los niños tienen prioridad.

En el centro de la plazoleta se encuentra el símbolo del Tercer Paraíso hecho con tiza. Martica Minipunto y Robertiko Ramos esperan que los participantes rellenen el círculo central del emblema con dibujos de posibles destinos futuros para #ZonaRayoActiva.

Cuando uno entra en la plaza, recibe una edición especial de Cantiere, una publicación de Cittadellarte que pone: “La colaboración, la integración de ideas y esfuerzos de modo conjunto, es superior a la suma de partes o al impulso individual. De ella no puede emerger nada menos que un renacer, y es precisamente eso en lo que consiste la idea de un Tercer Paraíso. #ZonaRayoActiva es el producto de la cooperación entre muchos amigos que confían en el arte como herramienta para redescubrir y regenerar la vida, liberando las fuerzas creativas de todos y todas (…) Les invitamos a Rayo.Cero, evento que acoge a todos los niños, adolescentes y adultos aventureros que, como nosotros, quieren animar y refrescar con nuevas ideas La Habana y su verano 2017”.

Cuando la actividad comienza, el solar se vuelve una locura. El terreno se ha colmado de gente, cubanos y extranjeros de todas las edades. Los niños corretean de un lado a otro sin la certeza de dónde detenerse. La gente de la Marca está haciendo su ejercicio de bodypainting y ya se pueden ver varias personas luciendo sus dibujos en los hombros, las piernas, las pantorrillas en incluso el pecho. Hay también juegos de participación, coreografías, bailes, dibujos, serigrafía, cantos y fotos. La #ZonaRayoActiva es todo un espectáculo.

En las tendederas de Clandestina cuelgan ya varios pulóveres. La gente vino preparada de casa y el que no se enteró a tiempo, no duda en desprenderse de la ropa con que vino para serigrafiarla con un diseño 99% cubano. Idania del Río trajo cuatro pantallas con diseños muy nuevos. Tan recientes que ni siquiera se están vendiendo todavía en la tienda de La Habana Vieja.

Idania del Río imprime uno de sus diseños en un pulóver

Los niños aprovechan la coyuntura y se cuelan descaradamente para imprimir primero. Hay uno que tiene los cuatro diseños en su pulóver blanco y todavía está en la cola. En la tendedera hay blusas, bolsos, t-shirts, pañuelos, abrigos y hasta ropa de bebé.

Quien pasa una vez y se graba la estrella, después quiere ponerse en el pecho “Resistir, Vencer”. Y el que se lleva a casa “el dinosaurio de la wifi” después lo completa con un recuadro limpio e impío que pone en letras minúsculas “clandestina”.

Los pulóveres de la gente, de distintos colores, tamaños y formas, colgados todos juntos detrás del pequeño taller, destilan una belleza insospechada. La misma belleza que emana de todas las cosas sencillas hechas con amor.

Cuando se hace de noche y el cierre se aproxima, la plaza está llena todavía. Junto a Djoy de Cuba, algunos de los asistentes se han puesto a cantar rap y a improvisar. Entre ellos está María Claria, un promotor cultural que a ratos fue el anfitrión del evento.

Idania sigue serigrafiando camisetas para asegurarse de dejar a todos satisfechos. Sin ánimos de exagerar, más de cien personas deben haber pasado por el taller de serigrafía en tela que articuló la tienda de diseño de la Habana Vieja en Rayo.Cero esta tarde.

Esas 100 personas, que son también cien camisetas, bolsos, pulóveres y abrigos, se llevan a casa un pedazo de Cuba, un pedazo de la Habana, un pedazo de diseño cubano que tiene el sello auténtico y vigoroso de Clandestina.

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Félix M. González Pérez
clandestina

Periodista de formación, comunicador por obligación y gamer por vocación. Ha aprendido a soportarlo todo menos el exceso de realidad.