El devenir histórico de las élites en el Paraguay

ARCA
CO-Inspiración
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6 min readAug 6, 2020

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Si hiciéramos un plebiscito y preguntáramos si nos gusta el Paraguay que habitamos, responderíamos con un rotundo NO.

Desde ARCA vemos la urgencia de instalar conversaciones integradoras desde las élites; estos niveles de corrupción, de desigualdad social, de baja institucionalidad, nos convocan a revisar el fenómeno de las élites.

Por eso estamos culminando un trabajo de investigación colectivo que ya lleva más de dos años, que se llama “La Segunda Transición”, donde revisamos desde la mirada de la evolución cultural el fenómeno de las élites en el Paraguay y hacemos un par de propuestas.

¿Qué entendemos por élites?

“Cuando hablamos de élite nos referimos al grupo de personas que configura la vanguardia de la sociedad en los ámbitos de los valores, del pensamiento e ideas, económico y político, y que tienen un cierto nivel de poder. Este poder se expresa como capacidad de influir, o como ejercicio de influencias, ya sea a nivel local o global, para propagar, validar, instalar y consolidar ideas, memes o sistemas de vanguardia por distintas vías: la propagación memética, las decisiones económicas, la definición de políticas públicas y la fuerza institucional para hacerlas cumplir”.

Sabemos que se necesitan cambios, pero no cualquier cambio. Se requiere una mirada crítica, un cambio que nos permita dar un salto evolutivo desde un punto de vista cultural, que sea capaz de responder a la complejidad de un contexto cada vez más desafiante.

No podemos analizar nuestro presente si no conocemos nuestro pasado.

Para desarrollar el tema que convocó a la 9na edición de CO-Inspiración: “El devenir histórico de las élites en Paraguay”, tuvimos una entrevista dirigida por el periodista Bernardo Neri Farina a la historiadora e invitada especial, Milda Rivarola.

Bernardo: ¿Tomando el devenir como lo que va a pasar, lo que vendrá y si tomo el concepto de élite como minoría selecta o rectora, en qué escenarios o actividades de nuestro país se observan minorías selectas que son rectoras?

Milda: Una de las características del Paraguay es que nace al estatus de República o Nación con una destrucción de las élites anteriores por motivos políticos, de feudos de poder.

Al Inicio de la República, se puede ver la destrucción de la élite metropolitana, de la élite criolla ligada a la tenencia de la tierra y con la estatización de las órdenes religiosas, de la intelectualidad religiosa.

Durante el Gobierno de los López, se identifica la élite con el gobierno, resucitando algunos patricios o jefes del interior y enviando poca gente como becarios al exterior a formarse en oficios.

Termina la guerra y la élite se conforma con gente que vuelve del exilio, constituyéndose una élite empresarial ganadera, yerbatera y maderera que se constituye en lid económica local.

El llamado período liberal -entre guerras — alcanza un nivel de erudición y conocimiento excepcional. La década del 20, es la época de oro del Paraguay. Son herederos de la generación del 900. La élite gobernante sale de esa lid intelectual.

Bernardo: ¿En qué momento comienza a vaciarse el pensamiento?

A partir de la crisis de pobreza del 50–60 hay una nueva élite que tiene que ver con la riqueza del Estado, a partir del 60–70 el reparto de tierras del Estado y las represas crea una élite económica ligada al Estado y el contrabando.

Bernardo: ¿Se puede hablar de alguna élite que tenga influencia, que se preocupe por el futuro del Paraguay?

Milda: Lo que hay es propaganda. No hay planes ni proyectos. El debate político está desprovisto de pensamiento. Ese es un handicap negativo a la hora de plantear pensar el país desde otro lugar.

Venimos degradándonos de pensamiento, ¿Cómo se puede pensar el devenir de las élites, si no existe pensamiento?, ¿Cómo se puede pensar una visión país? ¿En qué puede sustentarse una visión país de futuro?…

Bernardo: Podemos decir que sin los partidos políticos es imposible hacer democracia, ¿Cuál es la situación de los partidos políticos en el Paraguay? ¿Cuál es su ligazón con la institucionalidad?

Milda: Los partidos están en tren de desaparecer con las funciones que tenían hace siglo y medio, esto es mundial. Son grandes empresas clientelares que intercambian cargos por favores. De tal modo que no pueden ir a una elección sin tener millones de dólares para incentivar a los votantes. No hay doctrina detrás.

La fuente de poder no es el conocimiento.

Se desprestigió tanto el servidor público que la secretaría de Estado se ha vaciado de pensamiento.

Hay una cuestión de que el trabajo en el aparato del Estado se volvió poco atractivo en términos de honorabilidad, no hay quien salga limpio, se perdió el interés.

Bernardo: ¿Se puede hablar de una élite narco?

Esto tiene que ver con la descentralización de la constituyente del 92. Se fueron apropiando de los mecanismos del Estado. Aparece una feudalización del poder. Pueden derrocar un gobierno si quieren.

Bernardo: El poder narco vs la necesidad de institucionalidad .¿Cómo se conjuga eso con una sociedad que quiere cambiar?

Milda: El territorio hoy está fragmentado en poderes. La gran expansión territorial, la deforestación acelerada, tiene que ver con territorios con otras formas de poder, convivencia, lengua, etc. Seguimos pensando que el Paraguay es uno y ya no es.

“De una forma u otra pareciera que siempre hablamos de un Estado que sólo sirve de manera instrumental a las distintas élites, pero: ¿Qué las unifica? ¿Qué sector es el que tiene el poder de ponerle límites y aunarlos a todos esos fragmentos hoy en día? ¿O solo es una junta de negocios?” Comentario de un participante.

Bernardo: ¿En este momento, hay un poder institucional?

Milda: Existe un Estado que no puede controlar la propiedad del territorio. Que no puede cobrar impuestos y que en momentos de crisis tiene que salir a mendigar ayuda. Así de ausente de soberanía es el Estado paraguayo.

Ser ciudadano significa saberse portadores y dueños de derechos y obligaciones…

Para romper las relaciones de la corrupción con el poder político se necesita fiscales y jueces valientes…Se precisa un Poder Judicial fuerte.

Nuestra relación con el Estado es exigirle el cumplimiento de las leyes, que proporcione los bienes y servicios que está obligado a garantizar. Que esto suceda supone una revolución de mentalidades.

Un participante: ¿Cómo accionar para hacer ese cambio cultural, una revolución de conciencia?¿Dónde podemos encontrar esas “Nuevas Palancas Culturales para el cambio”?

Milda: Hay dos fenómenos que pueden ser interesantes: el retorno de los migrantes y la gente que vuelve de los programas de BECAL que están creando redes. Saben cómo es vivir en un estado de derechos. Tienen que traer preguntas. Pueden traer vientos de esperanza.

Un participante: Hay un fenómeno históricamente distinto en Paraguay. Es el período más largo de libertades públicas en un marco de democracia; ¿De qué manera consideran que este elemento pueda haber generado un germen de clase media que pueda ser un actor “diferente”?

Una clave es sobre la autonomía económica de las élites intelectuales para pensar y los mecanismos para difundir lo que piensan.

Cómo siempre, en Co-Inspiración, salimos con más preguntas que respuestas:

¿Cuáles podrían ser los nuevos espacios donde se genere la intelectualidad en el país? Más aún, teniendo en cuenta la desconexión casi total de la academia y el poder.

¿Qué de lo que tenemos / conocemos / hacemos, personas, organizaciones, grupos, cultura, puede ser parte de algún tipo de construcción de visión país?

¿Con qué contamos para este desafío histórico?

¿Cómo salimos de este atrapamiento, con lo que tenemos y no con lo que deberíamos tener?, ¿Qué es lo que tenemos ahora y que nos sirve para lo que necesitamos?

¿En este nuevo mundo que está apareciendo, ¿Cuál son los nuevos liderazgos que necesitamos, la nueva élite que necesitamos?

Si, como a nosotros, te interesa explorar estos temas, sumate a la comunidad.

La facilitación gráfica fue realizada por Laura Baez @La_Cartográfica

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Necesitamos movilizar un cambio cultural a gran escala que nos permita abordar los desafíos más importantes de América Latina.