La perspectiva general en Paraguay

Elisa Bentancur
CO-Inspiración
Published in
5 min readMar 26, 2021

¿Cómo pasamos de actuar como archipiélagos a actuar como constelaciones?

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Entre la abdicación y el liderazgo

Luego de varios meses desde ARCA volvemos a promover el espacio de Co-inspiración, en esta edición con la presencia de Vladimir Velázquez Moreira, miembro de la comunidad desde sus inicios, quien nos trajo un tema significativo y estuvo a cargo de la provocación, contribuyendo con una conversación necesaria.

Te invitamos a escuchar este podcast resumen:

“Si hablamos de élite, de liderazgos, de vanguardia, un rasgo distintivo es que son grupos que piensan el país, que hacen parte de la sociedad; entre la abdicación y el liderazgo tiene que ver con una inquietud personal. Estoy observando con preocupación la expansión de una perspectiva particularista en desmedro de una perspectiva general que cruza sectores, es transversal. Este hecho tiene varias implicancias, ninguna alentadora”

La perspectiva particularista tiene las siguientes implicancias para el Paraguay:

  • Reproduce a escala ampliada la fragmentación, el corporativismo, el sectorialismo, que se piensan desde abordajes lineales, apostando por proyectos específicos sin colaboración entre sí mismos. Genera archipiélagos, no constelaciones; influyendo en el abordaje de temas complejos y multidimensionales que exigen perspectivas de actuaciones diferentes como las ciudad, el territorio, los fenómenos ambientales; temas que vienen acumulando medidas desacertadas por el modo en que los abordamos.
  • Profundización del pensamiento dicotómico, binario que tiene que ver con oposiciones de pares. Lo general vs lo particular. Lo abstracto vs lo concreto. Lo macro vs lo micro. El diálogo vs la acción. Lo estructural vs lo coyuntural. La planificación vs la operación. Este pensamiento binario tiene varios efectos: reproduce el ecosistema de la cultura autoritaria, niega el pluralismo, refuerza las resistencias al diálogo, la dificultad de construir acuerdos y nos despoja del pensamiento relacional. Esa manera de pensar las cosas que es la puerta para el pensamiento complejo. No se trata de optar por uno de los pares, sino de pensar las relaciones y cómo se constituyen mutuamente. Se trata de entender la relación y de cómo se constituyen mutuamente. Escindir es riesgoso porque desconecta lo inmediato de las causas de fondo. Profundiza esta tendencia a desatender los síntomas, desatender las causas: se desaprovechan y desvanecen las oportunidades porque no existen circuitos que favorezcan la articulación. Favorece la atrofia hegemónica. Tiene que ver con la baja capacidad de liderar procesos de cambio, de construir ascendencia, movilizar conocimiento, generar musculatura, formular relatos movilizadores, visualizar caminos estratégicos. Genera un problema aún mayor: EL PAÍS NO PENSADO. Se piensa poco o se piensa mal.
  • Obstruye el tratamiento efectivo de las transversalidades. Pese a décadas de movimientos nacionales e internacionales, los connotados temas transversales siguen siendo retóricos: ambiente, cultura, derechos de la niñez y adolescencia, de las mujeres, de las personas de la tercera edad, las condiciones de los migrantes, etc… Son temas que están en la agenda formal y no en la agenda concreta. En ninguno de estos temas Paraguay presenta una evaluación positiva, poniendo en cuestión la noción del desarrollo. Si hacemos una evaluación integrada, comparativa, de como en 3 décadas abordamos estas transversalidades, qué cambios tenemos que adoptar, que tenemos que descartar? La prolífica producción de leyes y planes no encuentra correlatos en la ejecución. No hay debate sobre el proyecto país. La banalización de la planificación y de la norma, sin ejecución, es una de las peores perversiones del proceso de democratización. Ante un nuevo problema, lo primero que proponemos es la promulgación de una nueva ley como solución. El fetiche de la ley viene a encubrir algunos patrones culturales que debemos revisar.
  • Evocado y contradicho enfoque de sistemas. Esfuerzos importantes no lograron aún modificar paradigmas y prácticas, arrastrando falencias estructurales, en términos de desempaño que en el contexto de la pandemia son alarmantes. No logrando instalar la promoción y prevención como estrategia prioritaria. Prima el actuar cuando el problema ya sucedió. Tampoco estos sistemas han podido promover una gestión basada en la división del trabajo, el principio de subsidiaridad, la articulación, la colaboración.
  • Escamotea el sentido democratizador que siempre ha tenido la explosión, la emergencia de las diferencias. Esto permitió la emergencia de subjetividades que estaban negadas, invisibilizadas, sumergidas: mujeres, indígenas, personas con discapacidad, culturas urbanas, afro-descendientes, culturas campesinas, etc. Este escamoteo sucede porque no hemos logrado superar ese proyecto primigenio de identidad nacional homogénea y homogeneizante, que excluía la pluralidad que históricamente constituía todos los cuerpos sociales. La historia oficial sigue siendo la historia oficial, persisten la desigualdades sociales y las situaciones de exclusión pese a los derechos adquiridos. Encapsula las individualidades: generando el empobrecimiento de la esfera pública que no aprovecha el potencial y las posibilidades que la diferencia trae. Las fuerzas del tradicionalismo conservador se combina con un fenómeno contemporáneo que es la expansión de movimientos fundamentalistas.
  • La pandemia ha subrayado una desigualdad de época, dividiéndonos entre estados organizados y previsores y estados desorganizados y no previsores.

Paraguay está en una encrucijada: en 30 años no hemos constituido un Estado social de derecho, no hemos consolidado la República ni el régimen democrático. Por el contrario fortalecimos un Estado clientelar, un Estado patrimonialista.

¿Comprendemos la incapacidad estructural de nuestro Estado para cumplir con las demandas que legal y socialmente le requerimos y le exige la nueva época histórica?¿Quiénes están pensando el país, efectivamente? ¿Quienes están construyendo capacidad para situar los conflictos particulares en un cuadro general? ¿Cómo hacerlo en una sociedad estallada en fragmentos?

Estas preguntas y la provocación de Vladimir llevó al grupo a profundas reflexiones y al intercambio de ideas en el que la riqueza se instaló en la necesidad de seguir planteando preguntas que nos permitan construir las respuestas colectivamente, como parte de nuestra responsabilidad histórica.

¿Este estado que hemos construido en la práctica, tiene las condiciones para hacer lo que tiene que hacer? ¿Puede responder a las funciones a las que está llamado por ley? ¿Tiene condiciones para responder al desafío? ¿Cuál es el sentido y los roles de los liderazgos? Existe una gran dificultad para priorizar temas desde una visión más pragmática. Si tuviéramos que priorizar cuál sería ese gran tema?

Se está pensando poco la esfera pública, donde construir un nosotros desde nuevas perspectivas, mechado con procesos de construcción de hegemonía con sentido común compartido.

Hannah Arendt nos dice que el poder surge entre los hombres cuando actúan juntos y desaparece cuando se dispersan.

@La_Cartografica

Vladimir Velázquez Moreira: Investigador y promotor. Estudió comunicación y antropología. Colabora con procesos de planificación y evaluación de políticas públicas en ámbitos sociales, culturales y urbanos. Asesora dinámicas de diálogo social, participación ciudadana, incidencia y seguimiento a los ODS.

Gracias a los más de 50 participantes en esta edición.

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Redacción del blog: Elisa Betancur

Edición del podcast: Maurizio Duarte @mauridu

Facilitación gráfica: Laura Baez @La_Cartográfica

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