La importancia de la tecnología en la sociedad y la educación
El mundo en el que vivimos es eminentemente tecnológico, con progresos y avances cada vez más claros, pero…¿cómo afecta esto en las nuevas generaciones, su educación y la sociedad en general?
La tecnología en nuestra sociedad
Es una realidad innegable que la tecnología se ha impuesto de una manera autoritaria en nuestras vidas y, como parece que va a ser, su crecimiento y evolución se antojan imparables. Los teléfonos móviles ya no son teléfonos como tal, son pequeños ordenadores con una cantidad de recursos que hace no mucho parecía imposible que cupieran en la palma de una mano. Escuchar música, leer un libro, consultar la agenda, llamar por teléfono o buscar una dirección son algunos de los ejemplos más claros de lo que podemos hacer en un día con un pequeño dispositivo de bolsillo, sin necesidad de cargar con reproductores de música, libros físicos, cuadernos, guías telefónicas o mapas.
Pero es también una realidad la preocupación de la sociedad con este tipo de tecnologías, sobre todo en las generaciones más jóvenes, que por otra parte, empiezan cada vez a una edad más temprana a utilizar este tipo de dispositivos y tecnologías de una manera muy habitual y con gran destreza en su mayoría.
Por tanto, se puede apreciar un panorama discrepante con respecto a la opinión acerca de si la tecnología incipiente es o no una buena compañera de viaje, o si esta tecnología debería restringirse a ciertas edades. Sí, a edades en las que una persona pueda estar más desarrollada, física y sobre todo mentalmente.
Doctor Piñeres (médico especialista): “Lo usual es que mientras comen, usan aparatos tecnológicos, por lo que el cerebro no se concentra en el proceso digestivo y no genera la sensación de saciedad”.
Organización Mundial de la Salud: “En España, se calcula que entre un 6 y un 9 por ciento de los usuarios habituales de Internet podría haber desarrollado algún comportamiento adictivo”.
Lo que nos llega desde los medios
Así es, como se puede apreciar, hay muchos organismos, instituciones y personalidades que opinan que la tecnología es peligrosa, que puede generar trastornos de todo tipo y crear adicciones, pero, ¿es esta una forma de tratar el tema adecuadamente? La respuesta para mí es simple: NO.
Ésta es una sociedad “sobreinformada”, y esto tiene implicaciones positivas y negativas: lo bueno es que rápidamente podemos saber desde varias fuentes lo que está pasando en la otra punta del mundo sin ningún esfuerzo; lo malo es que cualquiera puede crear una voz de alarma generalizada sobre un tema polémico como es este. Pues bien, todos estos comentarios, a mi parecer, son voces alarmistas sobre algo más complicado que lo que nos llega por radio, prensa o televisión, y que se ha simplificado a que "hace daño", "crea adicción" o "genera trastornos".
No es la tecnología lo que crea obesidad o trastornos mentales, es el ser humano, con su terrible hábito de exceso de las cosas, el que provoca tales alteraciones. Da igual en el siglo que estemos, siempre ha habido algo que las personas han utilizado para dejar de lado sus obligaciones o tareas, y hoy por hoy, es la tecnología plasmada sobre todo en ordenadores, smartphones o tabletas. Podía ser el deporte, la moda, la música, la televisión...pero ninguno hasta ahora ofrecía las posibilidades que sí nos ofrecen los nuevos dispositivos e Internet.
Repercusión positiva de la tecnología en la sociedad
Es tal el número de ventajas que se pueden obtener, que deberíamos cambiar nuestro modo de ver las cosas. Por supuesto, hay que tener un uso controlado, como anteriormente hemos comentado, de todas estas tecnologías, pero, con el uso adecuado podemos ser capaces de generar un conocimiento y un desarrollo lógico en la persona jamás visto.
Y no sólo en las personas adultas, sino también en los pequeños, siempre desde el control y desde la educación de unos padres atentos, pero haciendo ver que las posibilidades de Internet son buenas para su crecimiento intelectual y que, a través de juegos educativos (gamificación), pueden aprender igual o mejor que delante de un libro lleno de textos en muchos casos indescifrables para sus edades y que no hacen más que alimentar un modelo de educación obsoleto (prusiano) que seguimos sosteniendo generación tras generación aunque, de un manera evidente, ni nosotros ni nuestros hijos somos ni seremos iguales que nuestros abuelos, en gran medida por el contexto social en el que nos desarrollamos.
La tecnología en la educación y las nuevas generaciones
Es importante recalcar lo dicho en la última frase del párrafo anterior con respecto al modelo obsoleto que seguimos manteniendo en nuestras escuelas. Y es que, igual que generaciones atrás, se hace aprender a golpe de memorizar textos y fórmulas larguísimas y, en muchos casos, cuyo origen no se enseña, y esto genera una frustración evidente en alumnos que puedan tener un déficit de atención o, que de alguna manera, no se está estimulando de una forma adecuada, lo que nos conduce al más que conocido en fracaso escolar en nuestro país.
¿Cómo cambiar esto? A través del razonamiento y la lógica. Hace 100 años, nadie tenía acceso a tanta información de una manera tan rápida y directa, y por eso que era importante memorizar; ahora los servidores hacen todo ese trabajo por nosotros, y podemos centrarnos en estudiar otras cosas menos evidentes a los ojos, a través de desarrollos lógicos, matemáticos, basados en proyectos reales y que enseñen el mundo real a través de asignaturas interrelacionadas, para que, por fin, un chico pueda razonar de dónde vienen las fórmulas matemáticas de los libros, e incluso pueda generar algo novedoso a partir de ellas.
La tecnología es, por tanto, una buena puerta de acceso a toda esta información y contenido, que puede, en cuestión de segundos, ahorrar horas de estudio memorizado; y fomentar la ciencia como pensamiento lógico y humano a través de razonamientos que hagan realmente desarrollar la mente del estudiante.
Este es un tema candente e importante que no se debe descuidar, y en el que he dejado de una manera espero suficientemente clara mi postura: la tecnología, como casi todos los avances de la humanidad, es muy buena compañera y una gran aliada en muchos aspectos de la vida si se sabe usar con inteligencia y mesura.