La Búsqueda de la Felicidad en lo Cotidiano
Sabes cuando estas caminando de vuelta a casa por la noche, hace un poco de frío agradable, te llega un olor de alguna casa en la que están haciendo la cena y el cielo es de un azul oscuro pero tras los tejados y los arboles de la calle queda una especie de halo de una luz azul más brillante. O cuando sales a la terraza otra noche con una chaqueta, se ve la Luna y te llega un olor fresco quizás de alguna flor cercana.
En estos momentos es como que absolutamente todo encaja y no necesitas nada más porque en ese momento eres tremendamente feliz. Creo que deben haber cientos de estos momentos por cada ser humano del planeta.
Yo a estos momentos los llamo Esencias, porque me encantaría poder meterlos en un frasco y volver a ellos siempre que quisiera.
La verdad es que las Esencias no las puedes forzar, simplemente aparecen. Y no hablo de un atardecer de película en una playa paradisíaca. Hablo de momentos y situaciones bastante comunes pero que, por alguna razón, hacen que todos tus sentidos estén en sintonía.
A veces me pasa cuando salgo a la terraza de mi casa por la noche, sopla algo de brisa fresca y veo las casas de los vecinos iluminadas. En ese momento no me quiero ir de ahí y la mayoría de las veces simplemente me quedo allí de pie, al menos mientras dure la Esencia. No me quiero ir. ¿Porque iba a querer cuando he llegado a ese estado de felicidad? Así que… allí me quedo hasta que el momento va perdiendo intensidad y entonces siento que ya me puedo ir.
