La materialización de lo intangible: NFTs y el futuro del mundo digital

Esta serie de ensayos pretende explorar los NFTs y reflexionar sobre su potencial, sus deficiencias, vulnerabilidades y lo que nos podrían deparar para el futuro.

Shirley McPhaul
CryptoCurious
Published in
10 min readMar 12, 2021

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Parte I — NFTs 101

En pocas palabras los NFTs (Non-Fungible Tokens) son un tipo de objeto digital habilitado por la tecnología de blockchain que funciona como un certificado de propiedad.

En las últimas semanas la “fiebre” de NFTs se ha estado esparciendo como fuego, tomando al mundo por sorpresa. Esta innovación ha sido destacada en medios como Forbes y el Wall Street Journal, y la utilidad de estos tokens tienen el respaldo de celebridades como Mark Cuban (empresario millonario y dueño de los Dallas Mavericks) y Gary Vee (emprendedor y “social media guru”), sin mencionar que ya actores como Lindsey Lohan e influencers como el Youtuber Logan Paul han lanzado sus propios NFTs.

¿Por qué todo el mundo está hablando sobre NFTs?

El tema de los NFTs ha aparecido en los medios principales las últimas semanas sencillamente porque se han estado vendiendo como pan caliente, generando millones de dólares en ventas. Por ejemplo, la colección de “Top Shot” de la NBA recaudó al rededor de $30 millones en 30 días. La artista Grimes subastó 10 piezas (algunas únicas, otras con centenares de copias) recibiendo casi $6 millones de dólares. Y apenas esta semana el artista digital Beeple subastó su NFT “Everydays — The First 5000 Days” en la prestigiosa subastadora Christie’s por aproximadamente $69.3 millones de dólares, convirtiéndolo en el NFT más valioso hasta el momento.

Screenshot del perfil de “Everydays — The First 5000 Days” en la página web de Christie’s

Otros dos casos notables, y sin lugar a duda extraños para los espectadores ajenos al mundo digital, fueron la creación del NFT de un “print” de “Banksy Morons” original, seguido por su destrucción y la subasta de su NFT. Esta venta generó aproximadamente 230 ETH, el equivalente a casi $400k al momento de la compra.

Screenshot del perfil de “Original Banksy Morons” NFT en OpenSea.

El segundo evento fue la subasta del NFT conmemorativo del “Nyan Cat” un .gif que lleva diez años siendo parte de la memoria cultural del internet. Su creador, Christ Torres lo puso a la venta en la plataforma Foundation en donde se vendió por 300ETH, aproximadamente $600k al momento de la compra.

“Nyan Cat” de Chris Torres

Toda esta atención ha generado un gran interés por los NFTs propagando una ola de emoción al punto que la cadena de comida rápida Taco Bell lanzó su propia colección, al igual que el cantante Ozuna. Todo esto ocurre ante los ojos incrédulos de millones de personas que en su mayoría no pueden comprender cómo alguien pagaría por un objeto digital que podrían mirar de forma gratuita en algúna página web.

Pero sólo hace falta detenerse a mirar lo que los NFTs son y lo que habilitan para comenzar a entender por qué son tan innovadores.

¿Qué hace a los NFTs tan especiales?

Vale la pena recalcar que en estos momentos mucha de la emoción por los NFTs viene del valor que les ha asignado el mercado y es muy posible que sólo unos cuantos conserven su valor a mediano y largo plazo.

Habiendo dicho eso, los usos y el potencial que estos “tokens” representan para el espacio digital podrían cambiar, no sólo la forma en la que compramos y vendemos objetos digitales, pero también la manera en la que los valoramos y percibimos. En particular aquellos objetos que son nativos al mundo digital, entiéndase que son capturados por un dispositivo digital, creados usando software y/o generados a través de CAD (computer aided design) y/ o que sólo pueden existir en el mundo digital, no necesitando una forma “física” para estar “completos”.

Los NFTs en esencia permiten rastrear y verificar la historia de compra de un objeto digital, incluyendo su creador original. Son un certificado de propiedad que se actualiza añadiendo data de forma automática cada vez que el NTF pasa de un dueño a otro. Los NFTs también son programables al momento de la creación, lo que significa que el artista creador puede establecer una regalía por re-venta en sus tokens. Además, los NFTs crean una “escasez artificial”, lo que significa que aunque un archivo digital es replicable infinitas veces, el acuñar un NFT basado en un archivo digital le da identidad, haciendo su historia y procedencia verificable y por lo tanto “auténtica”.

Mi gato Cuko: único, irremplazable e indivisible

Vamos a ampliar sobre todos estos temas en futuros ensayos, pero aquí un ejemplo: podríamos tomar esta fotografía de mi gato Cukito y acuñar un NFT. Aunque el archivo “original” se quede en la computadora que subió la imagen y éste sea reproducido infinitas veces, el archivo en el NFT es singularizado. No necesariamente como el “original”, pero sí como su única copia verificable. Esto es comparable a la diferencia entre tener un libro impreso vis á vis su versión fotocopiada: la utilidad es la misma, pero no se puede negar que tener el libro “auténtico” es distinto a tener una fotocopia por múltiples razones, la más importante siendo en términos legales y de derechos de autor, pero también la emoción que nos causa tener un libro nuevo y bonito en nuestras manos.

Este efecto es fascinante: cuando podemos singularizar un objeto digital y diferenciarlo del resto, éste cobra un significado completamente distinto. Deja de ser un simple archivo digital y pasa a convertirse en algo diferente, más parecido a un objeto real que podemos “poseer”. En este sentido, ser dueño del NFT de un objeto digital es equivalente a ser dueño de la forma más “auténtica” de la obra, ya que al ser verificable es la más cercana a su creador.

Por eso es que la venta de obras artísticas de individuos reconocidos han sido el primer caso de uso para los NFTs. Esto es particularmente importante para artistas que sólo producen contenido digital como Beeple. Es más, la casa subastadora Christie’s declaró que con la venta de su NFT, el artista gráfico está entre los tres artistas vivientes más valiosos en el mundo. Esto es sólo posible gracias a los NFTs.

Pero, ¿qué exactamente es un NFTs y cómo obtienen estas características? Para contestar esa pregunta primero tenemos que distinguir objetos fungibles de no fungibles.

Objetos fungibles y no fungibles

Un objeto fungible es uno que puede ser intercambiado por otro del mismo tipo sin importar sus condiciones. Por ejemplo; un billete de $20 impreso hace 20 años atrás vale lo mismo que uno impreso el año pasado, aún cuando la calidad de los materiales es diferente y uno ha sido más usado que el otro. En otras palabras: el valor de los objetos fungibles provienen de lo que representan. Cada objeto individual representa lo mismo y en ese sentido cada unidad es creada “igual” (Las criptomonedas y cualquier otra moneda, son objetos fungibles.). En el contexto del arte digital, el archivo que guarda la información sobre un objeto 3D es idéntico a cualquiera de sus copias, y por lo tanto son igualmente intercambiables.

Los objetos no fungibles, por otra parte, son caracterizados por ser únicos y de identidad verificable. El ejemplo más grande de objetos no fungibles son los que están atados (de forma inequívocamente comprobable) a alguna persona/lugar/momento. Por más copias exactas que existan de la Mona Lisa, la obra original renacentista es sólo una. La jersey con el numero 23 de los Lakers disponible por Amazon no es igual a alguna usada y autografiada por LeBron. Podrán haber miles de gatos negros en el mundo, pero el mío es único e irremplazable (y sin lugar a duda indivisible).

El valor de los objetos no fungibles también depende de su condición y rareza. Un ejemplo son objetos coleccionables, como las cartas de Pokémon. Cualquier coleccionasta sabe que dos cartas idénticas pueden estar valoradas de forma muy distinta dependiendo de su condición y fecha de impresión. Así que un Charizard en “mint condition” no va a valer lo mismo que el Charizard usando para jugar. Igualmente, por cuestión de ofer y demanda, entre menos copias hayan disponibles, más valiosas son.

Base Set Charizard holográfico ($566.29) vs Base Set Charizard holográfico sin sombra ($2032). En un sentido práctico ambas tarjetas son idénticas. Estéticamente la diferencia es mínima. La distinción principal está en su rareza, la tarjeta más rara siendo la más valiosa.

Así es que un objeto no fungible es uno que no es intercambiable por otro objeto estéticamente “idéntico” y que conserva un valor individual, aún cuando hay “copias” circulando. Más aún, los objetos no fungibles tienen alguna historia detrás de ellos que se relaciona con el (o los) individuo que considera al objeto valioso. Pero esa historia sólo es valiosa para aquellos que tienen una relación directa con el objeto o su creador. Por ejemplo, una jersey firmada por LeBron James de los Lakers no significa nada para una persona que no es fanática, pero un fanático “hardcore” se emocionaría de sobre manera si LeBron le pasara su jersey después de un juego, aunque no esté autografiada.

Screenshot de listado en Ebay de una jersey firmada por LeBron en $19,999.00 (izquierda) vs una nueva en Amazon a la venta por $59.99

Por otra parte, el objeto puede resultar valioso para un no-fanático si su procedencia es verificable, ya sea con una firma auténtica o con un certificado de autenticidad expedido por una agencia con la autoridad para hacerlo. En ese caso, sólo mediante la verificación de autentisidad cobra valor el objeto. Esto es ahora posible en relación a objetos digitales gracias a los NFTs, quienes a su vez le deben estas características a la tecnología del blockchain.

El blockchain, Ethereum, contratos inteligentes y NFTs

En esencia, un “blockchain” es un “libro de cuentas” (ledger en inglés) digital que lleva cuenta de transacciones y puede ser visto como una simple lista o base de datos. Sin embargo, lo que hace que esta tecnología sea verdaderamente especial se puede resumir en tres puntos: Descentralización, transparencia y seguridad.

Descentralización

La forma en la que un blockchain guarda información es distinta a una base de datos regular; la base de datos es una sola “unidad” por lo que toda la información está en un solo lugar. Podemos pensar en la base de datos de una biblioteca, por ejemplo, en donde sólo la institución tiene acceso a la información y son ellos quienes deciden quién puede accederla y cuando. El blockchain, por otro lado, guarda la información en una red, replicando las transacciones en distintos “nodos”. Cada nodo se encarga de verificar que la transacción sea legítima y que nadie esté haciendo trampa. En adición, esto también implica que ninguna única entidad o individuo tiene control absoluto sobre un blockchain público como Ethereum, haciendo al contenido de DAOs (Decentralized Autonomous Organization) inmunes a la censura. Esto nos lleva al segundo punto.

Transparencia

En un blockchain público como Ethereum todos los usuarios tienen acceso a la información que está siendo compartida. Así es que mientras un individuo necesita pedir acceso para entrar a la base de datos de la biblioteca, para ver las transacciones de Ethereum sólo necesitas entrar aquí: https://etherscan.io/ . Esto habilita que cualquier persona puede verificar transacciones, lo cual nos lleva al último punto.

Seguridad

Los blockchains son seguros gracias a que las transacciones están encriptadas, de modo de que son difíciles de descifrar, pero fáciles de verificar (esto también hace que el consumo de energía sea alto. Este es un tema que tocaremos en otro ensayo). Pero en adición a eso las transacciones que ocurren sobre un blockchain no pueden ser borradas. No hay forma de hacerlo, ya que el blockchain sólo crea los registros, no puede editarlos y la única forma de deshacer una transacción es ejecutando una nueva. Esto hace que los blockchains sean resistentes a fraude y corrupción.

Habiendo dicho esto, quisiera hacer un paréntesis para añadir que aunque los blockchains son todo esto y más, no son infalibles a ataques cibernéticos y error humano. Han habido varios incidentes en donde “hackers” se han apropiado de fondos ajenos, además de varias ocasiones en las que algún “bug”, falla en el código de contratos inteligentes o simple “loophole” ha resultado en el robo de fondos. Sin embargo, si consideramos que Ethereum y su ecosistema no comenzó a tomar tracción hasta el año pasado (2020) hay que admitir que el campo sigue siendo muy joven. No está de más pensar que mientras más tiempo transcurra y más personas adopten la tecnología estas vulnerabilidades se van a resolver.

En conclución

El “hype” que los NFTs han capturado las ultimas semanas ha generado ganancias millonarias a través de su compra/venta, pero las posibilidades de que éstos conserven su valor a mediano/largo plazo son bajas. Por otra parte, los NFTs habilitan singularizar objetos digitales al otorgarles una “identidad” verificable en el blockchain, tecnología a la que le deben sus características más importantes. La primera (y probablemente la más importante) es que no son duplicables. Punto. La consecuencia de esto es que un NFT puede estar en un sólo lugar a la vez y por lo tanto sólo tienen un dueño. Segundo, los NFTs viven en completa transparencia mientras estén sobre un blockchain público como Ethereum. Esto quiere decir que un NFT no puede perderse o desaparecer, es completamente rastreable y su historia está para siempre guardada en el blockchain. Tercero, los NFTs son interoperantes, por lo que siempre y cuando estén dentro de un mismo blockchain o ecosistema, un NFT puede tener utilidad a través de varias aplicaciones.

En el próximo episodio…

La segunda parte de este ensayo explorará el potencial que los NFTs representan para las industrias creativas.

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El jueves 18 de Marzo tendremos un Meet-up virtual para conversar sobre estos temas.

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Shirley McPhaul
CryptoCurious

Directora de CryptoCurious Puerto Rico • Speaker • Advocate • Educator • Web3 • Video Games • Diversity & Inclusion