Aprender para enseñar y enseñar para aprender.

Sobre mi experiencia como mentora de la carrera Diseño UX/UI en Acámica allá por 2018.

Sof Andrade
Acámica
Published in
7 min readFeb 11, 2019

--

Cada vez que tengo un viaje corto en avión trato de conseguir la ventanilla para poder mirar hacia afuera. De repente el mundo se ve chiquito y gigante al mismo tiempo. Cambiar de perspectiva –literalmente– ayuda a ver las cosas de un modo distinto y por consecuencia, a pensar distinto.

En diseño esto también pasa. A veces me encuentro tan enfocada en un micro problema, dando tantas vueltas alrededor de algo, que la mejor solución es alejarme por un momento. Hacer un “zoom out” tomando un poco de distancia y volviendo a las raíces del problema. Es una forma de entender y re-entender el problema, de volver a aprender la situación a resolver. En design thinking a este proceso se le llama diverger y converger, y es una parte natural del proceso de diseño.

Volver sobre variables y definiciones es algo que hacemos comúnmente en los proyectos de diseño, ¿pero cuánto re-aprendemos sobre los mismos procesos y herramientas que realizamos cotidianamente? ¿Cuánto volvemos a repasar conceptos que ya incorporamos y usamos en el día a día? Ser mentora en Acámica me dio una oportunidad para repasar mi perspectiva sobre diseño.

Enseñar para volver a aprender

Los primeros encuentros de la carrera se enfocaban en repasar qué es design thinking, UX, UI… conceptos base del diseño de interacción. No son conceptos nuevos para mi: los aprendí hace tiempo y es lo que hago en mi día a día hace ya algunos años. Pero preparar una clase sobre esto obliga a volver hacia atrás y repasarlos.

Design thinking es algo sobre lo que hoy se escucha mucho (quizás demasiado). Buscando un gráfico para ubicar en la presentación para visualizar el concepto en clase pudimos ver que en realidad hay cientos de formas de representarlo. Con más o menos flechas, con diagramas de Venn, con más círculos o con rombos. Analizando estos gráficos, repasando artículos y escrituras de diseño pudimos ver que más allá de todo lo que se hable del término design thinking no deja de ser el proceso consciente de pensar soluciones enfocadas en las personas, a través de un proceso analítico de diseño (zoom in, zoom out, converger, diverger…). El proceso de diseño, cuando partimos de análisis, conocimiento de personas, prototipos y testeos, es design thinking en sí.

Lo “novedoso” es que se trasladó esta metodología para resolver problemas que no eran necesariamente de diseño. Estas cuestiones eran las importantes a transmitir en la clase: romper un poco los mitos que hay sobre estos hashtags tan usados. Y de paso, me ayudó a estar conectada con las raíces y a replantearme significados y nociones que creía ya tenía definidas.

Como cuando se vuelven a ver capítulos de una serie y se descubren segundas capas de significados, o detalles que antes no se habían visto: una vez que pasamos la capa superficial, podemos volver y profundizar en los detalles. Este proceso también ocurre al repasar un tema: es una forma de realmente entender el qué y para qué de lo que queremos enseñar. No es lo mismo leer o escuchar algo que hacer el click y poder conectar variables. Sólo a partir de ahí se puede construir hacia adelante.

Enseñar para sintetizar y generar nuevas miradas

Hay una diferencia entre saber un contenido y saber explicar ese contenido. Este concepto se conoce como transposición didáctica, y es el proceso por el cual se adapta un contenido para presentarlo y explicarlo a quienes lo van a aprender. Entender un tema no alcanza para explicarlo: hay que encontrar las formas, entender el qué y para qué y poder comunicar y visualizar el tema.

Pareciera que existe una brecha muy grande entre los textos de psicología cognitiva, teoría del diseño y la ejecución concreta de las resoluciones. Modelos mentales es uno de estos conceptos que si bien se lee mucho en diseño, no se termina de aplicar o entender en el día a día.

Pero en el día, ¿cómo se entienden? ¿Cómo los explicamos sin profundizar demasiado en psicología cognitiva en la clase? Y por sobre todo: cómo se pueden dar las bases que despierten curiosidad y ganas de aprender más sobre este concepto, sin repetir todo lo que leímos? Allí es cuando el framework pedagógico de Acámica entra en juego: los encuentros están pensados para aprender practicando y haciendo, y enseñamos con un equipo de mentoras técnicas y mentora pedagógica. El desafío entonces no es como hacemos para dar toda esta teoría en una clase, sino cómo despertamos curiosidad sobre el tema, cómo generamos reflexión a partir de la práctica. Repasando los contenidos y ejercicios previos que había armado para talleres, para explicar modelos mentales surgió la idea de directamente hacer un juego estilo Pictionary.

Jugando al pictionary en la clase de Diseño UX/UI de

Formamos dos equipos con papeles de colores, preparamos la pizarra para escribir, y teníamos nuestro bowl de palabras preparado para el juego: algunas muy simples y conocidas (manzana, paz), algunas abstractas más difíciles de ilustrar (polo norte, Disney) y otras palabras directamente poco conocidas, específicas o de otro idioma (hygge). Jugamos durante un par de horas, quizás un poco más. El juego era eso, un juego: nos reímos, competimos y hasta hacíamos voz de locutoras. Mientras tanto, separamos aquellas palabras que fueron adivinadas de las que no. Una vez que el juego terminó (tuvimos que dar fin pero podría haber seguido 😅) tomamos las palabras que habían salido y las acomodamos en la mesa de pin pon, las que si por un lado y las no adivinadas por otro. Y empezamos a conversar… ¿qué pasó con estas palabras que adivinamos? ¿y con las que no? Las reflexiones no tardaron en llegar: cuando las palabras referían a conceptos que todos conocemos es más fácil dibujarlas, otras palabras son conocidas por alguien y las dibuja de un modo que cree que se van a entender, pero resulta que no; otras directamente no las conocemos y no sabemos cómo representarlas… ¿Cómo se relaciona esto con diseño? Hay que conocer cómo piensan y qué conocen las personas para las que diseñamos, esto ayuda a interpretar más rápido, sin frustración. Hay que conocer qué cosas saben las personas y cómo las comprenden, ya que eso les permite anticipar. Sorpresa, modelos mentales. Enseñar el concepto de modelos mentales me desafió no solo a tomar otra perspectiva sobre el tema, sino a sintetizar, repasar y pensar formas distintas para hacerlo.

Enseñar para incorporar herramientas

A diseñar se aprende haciendo, practicando. En el día a día aprendemos herramientas para un proyecto por necesidad, que después lo seguimos aplicando y ya. Muchas veces en el ajetreo del ritmo de trabajo no tenemos tiempo de repasar y experimentar con las metodologías que usamos e incluso, no llegamos a aplicar todas las herramientas sobre las que leemos. Esto me pasó con las entrevistas con usuarios. Aprendí a usar (más o menos) una versión de la herramienta, y lo fui aplicando según había tiempo o espacio. La verdad es que no es algo que se aplique mucho en los proyectos, a los clientes les cuesta entender el valor y el tiempo que implica hacer entrevistas (y procesar la información) no suele coincidir con los tiempos de trabajo. Cuando repasé el contenido de la carrera para preparar la clase de entrevistas en Acámica, me encontré con una nueva oportunidad para repasar y profundizar este concepto. Esto me permitió tomarme el tiempo para leer diversos artículos sobre entrevistas, encontrar modos de hacer y de no hacer. Al mismo tiempo, repasando estos conceptos los pude conectar con otros que había visto antes: escucha activa y empatía. De modo que enseñando no sólo repasé cómo hacer entrevistas, sino que también al conectarlo con otras herramientas me permitió entender una forma distinta de hacerlas. Este proceso de conexión entre empatía, escucha activa y entrevistas que surgió armando las clases, fue la semilla para la charla sobre diseño inclusivo que di en el IxDD 2018 Montevideo, y el workshop en el UX Summit’18. Al mismo tiempo fue el framework que usamos para hacer entrevistas de investigación en Acámica. Así que no fue solo preparar una clase y repasar contenido: me llevé una herramienta nueva que aplico en mi día a día de trabajo.

Enseñar para formar nuevas perspectivas

Ser mentora en Acámica allá por 2018 fue como subirme a un avión y mirar todo el proceso de diseño desde más lejos. Y todo era gigante y chiquito a la vez. La nueva perspectiva trae nuevas formas de pensar que no se trasladan sólo al momento de enseñar: me las llevo para mi día a día de trabajo. Enseñar fue una forma de hacer “zoom out” sobre conceptos de diseño que ya conocía, tomando un poco de distancia y volviendo a las raíces. Desde repasar formas de entender design thinking, pensar formas de sintetizar modelos mentales a incorporar nuevas herramientas para el día a día. Todo a partir del ejercicio de repasar, analizar y conectar conceptos. Al final, no fue sólo una oportunidad para enseñar, sino también para aprender.

--

--

Sof Andrade
Acámica

Designer / UX & LXD / Lic. en Diseño de la Comunicación Visual / Data viz lover / 🦄 / hola@sofandrade.com / sofandrade.com