¿Cómo diseñar una experiencia educativa digital?

Acámica
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6 min readJun 3, 2020

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Qué evitar y qué intentar

Por Lara Purita — Learning Content Coordinator

Hacia octubre del año pasado me sumé a Acámica para formar parte de un equipo con un desafío complejo pero apasionante: rediseñar cuatro carreras tecnológicas y proyectarlas para que impactaran al año siguiente sobre más de 2000 estudiantes de 27 países distintos.

Desarrollo Web Full-Stack, Front End Avanzado en React, Data Science, y Diseño UX/UI. Teníamos en frente nuestro la oportunidad de repensar una experiencia integral de aprendizaje para disciplinas en pleno auge, con industrias pujantes y ansiosas por emplear nuevos talentos, pero en un escenario de perfiles faltantes. ¿Por dónde empezar? ¿Cómo construir una propuesta de valor que no se limitara al terreno de quienes ya son autodidactas y techies empedernidos?

Sumamos Directores/as a las carreras, referentes con honorables trayectorias en las disciplinas específicas. Revisamos los currículos, los reordenamos, y actualizamos las propuestas. Trabajamos junto con colaboradores/as, expertos/as, estudiantes y graduados/as para identificar puntos de mejora. Nos embarcamos en la creación de nuevos formatos para visualizar conceptos y dinámicas para desafiar y desarrollar habilidades digitales. Pero quizás lo más importante, es lo que aprendimos acerca de lo que es mejor evitar y de lo que vale la pena intentar. Acá van lo que consideramos tres malas y buenas ideas a la hora de pensar la educación digital.

¡Ni lo intentes!

1. Replicar la experiencia presencial. ¿Por qué abrazarte a una misma lógica cuando estás explorando las posibilidades de un nuevo entorno? No tiene ningún sentido avanzar con formatos remotos como si las pantallas no estuvieran entre nosotros. Eso no solamente consigue fastidiarnos y alejarnos, sino que además supone un desperdicio absoluto de lo que tenemos como posibilidad. La educación digital no consiste en digitalizar, sino en diseñar modalidades nuevas con las oportunidades que las tecnologías ofrecen.

En Acámica creamos entornos digitales enriquecidos para el aprendizaje. Como verás, se han convertido en uno de nuestros ¡eureka!

2. Limitar la experiencia al radio de la clase. Es clave repensar la relación con el tiempo y el espacio. Está claro que los aprendizajes no se reducen al rato en que una clase se imparte, y menos todavía cuando se trata de formación en tecnología: un universo en el que todo está reformulándose y superándose constantemente. Las herramientas que aprendes hoy no necesariamente son las que vas a necesitar mañana. Por eso es clave que la clase sea un trampolín que te permita hacer pie, pero la propuesta integral tiene que desbordarla, para motivar y darle un marco al desarrollo de una autonomía creciente que te permita ir dando también tus propios saltos, tomando tus propias decisiones, haciendo tus propios descubrimientos. ¿Sólo? ¡Nunca!

En Acámica el grupo con el que te encuentras en las clases dos veces por semana es un nodo, una pequeña expresión de lo que en el ecosistema digital sucede todo el tiempo: personas que se conectan desde distintos lugares del mundo para crear juntos, resolver problemas y empujar un poco más allá los límites de lo imposible.

3. Usar las clases como conferencias. ¿Qué sentido tiene la simultaneidad si la mayoría de los participantes van a estar muteados la mayor parte del tiempo? ¡Para eso existen infinitos tutoriales de Youtube! La educación digital nos enfrenta cara a cara con la exigencia de buscar nuevos sentidos al encuentro, que supere las representaciones tradicionales de un “sabio” que explica frente a un grupo que toma nota.

¡Y sí! En Acámica decidimos llamarlos “encuentros” en lugar de “clases”: los encuentros son un capítulo, que se combina con otros dentro de la experiencia de aprendizaje digital. Nos gusta pensarlos también como “manantiales”, ese espacio-tiempo alrededor del cual seres diversos se reúnen para compartir un rato en el que algo que los convoca porque les es común: ¡la circulación del conocimiento, la curiosidad, la búsqueda! Los encuentros son nuestros areneros (sandboxes): espacios para hacer con otros, probar, equivocarse, pensar y construir colectivamente.

Photo by Isaac Smith on Unsplash

Nuestros ¡eureka!

1. Poner a los y las estudiantes en el centro. ¿Cómo se aprende mejor en entornos digitales? ¿Cuántas formas hay de aprender? ¿Qué mueve a una persona que opta por esta modalidad? ¿Qué necesita? ¿Qué la frena? A la hora de rediseñar las carreras entendimos que no había manera de que las mejores decisiones se tomaran a puertas cerradas. Incorporar las voces de estudiantes de Acámica y de otras academias tecnológicas fue fundamental para empatizar con las formas en que transitan sus trayectorias. Nos abocamos a construir nuevas estrategias que convirtieran los dolores en alivios y las expectativas en realidades que se tejen con acciones. Generamos canales para mantenernos conectados, porque sus perspectivas son fundamentales para dar luz sobre lo que creamos: grupos de slack, entrevistas, encuestas y retrospectivas compartidas. La navegabilidad de la experiencia de aprendizaje es una meta permanente y hay algo que ya no estamos dispuestos a perder de vista: los estudiantes son nuestra brújula.

2. Diseñar entornos enriquecidos. En estos meses creamos una nueva plataforma interactiva, que les permite a quienes se están formando en Acámica, dos grandes cosas. Por un lado, tangibilizar su trayectoria: visualizar en qué tramo de la carrera están, cuáles son los hitos o logros alcanzados a cada momento y qué es lo que tienen por delante. Por el otro, la plataforma concentra todas las herramientas y recursos que van a necesitar para aprender: las bitácoras, el trello, el canal de slack y el espacio de videollamadas para los encuentros. ¡Sobre ellos te contaremos en el próximo post!

3. Crear Sprints de aprendizaje. Identificamos que es mucho más fácil mantenerte al día y alcanzar los objetivos si la trayectoria se organiza en ciclos breves de tiempo. Por eso, diseñamos carreras que se ordenan en Bloques de dos meses.

Pero entendimos, además, que no era suficiente con establecer tramos separados por entregas de proyectos y evaluaciones. Contábamos con un estudio acerca de nuestras audiencias: las personas estaban eligiendo Acámica porque buscaban transformar sus vidas. Algunas querían acceder a su primer trabajo en tecnología, otras estaban reconvirtiendo sus perfiles y buscaban desarrollar nuevas competencias para acceder a mejores oportunidades de desarrollo profesional. De esto nos convencimos: había que hacer de las carreras una experiencia orientada a recuperar el presente y proyectarlo hacia el futuro.

Decidimos, entonces, desplazarnos desde las representaciones escolarizantes hacia las del mundo del trabajo. Entrevistamos a profesionales de la industria: desde expertos con años de experiencia hasta juniors que habían empezado hacía pocos meses. ¿Cómo es su día a día? ¿qué prácticas ordenan su trabajo? ¿tienen propósitos comunes? ¿tienen rituales? ¿tienen códigos y costumbres? En absolutamente todas las sesiones las referencias al Agilismo y las ceremonias de Scrum dijeron presente. Los ciclos de Sprint se convirtieron en nuestro principal ¡Eureka! Sobre ellos, te contamos en este post.

Está claro que las experiencias educativas digitales aún tienen mucho por delante. ¿Cuántos límites por cruzar? ¿Cuántos por recrear? ¿Cuánto por probar? Aprender conectados, la metodología que desarrollamos en Acámica entre fines de 2019 y principios de 2020 es la expresión de la búsqueda que todavía está viva. Al fin y al cabo, como dice Víctor Papanek, “lo único importante del diseño es cómo se relaciona con la gente.”

¿Tienes dudas? Escribirnos por Instagram o Twitter y te ayudamos :)

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