¿Por qué hacemos lo que hacemos en Clabki?
Un microestudio sobre el problema de las mascotas perdidas basado en posts de redes sociales.
Tener un perro es una de esas cosas maravillosas que te cambian la vida. Desde el primer momento en que los ves te van a robar una sonrisa, la primera de muchas que están por venir a su lado. Con el tiempo aprendemos a sonreír cuando los vemos saltar sobre nosotros, cuando nos lamen toda la cara o cuando de repente, en esa posición juguetona que te hace olvidar cualquier problema, toman cualquiera de tus prendas y la sacuden para “asesinarla” (bueno, a veces sí logran asesinarla). Incluso después de llegar a casa y encontrarla patas arriba, uno aprende a sonreír (después de unos minutos de no sonreír).
Basta que pase un tiempo razonable para que uno se acostumbre a su nuevo compañero. Uno se acostumbra a que sin importar que tan malo o bueno haya sido el día, alguien celebre tu llegada a casa con tanta locura y alegría; uno se acostumbra a que muevan su cola cada vez que te ven; uno se acostumbra a hablarles en diversos tonos de voz; uno se acostumbra a que siempre estén a tu lado cuando podrían estar en cualquier otro lugar de la casa; uno se acostumbra a sacarlos, a verlos correr tras una pelota, o tras un nuevo amigo en el parque; uno se acostumbra a sus horarios de comida; uno se acostumbra a dormir con ellos; e incluso, al final, uno se acostumbra a los pelos en la ropa. Uno se acostumbra a la vida con un perro y por nada del mundo quisiera perder ese amor incondicional que tienen para ofrecer.
Perder una mascota es una experiencia devastadora. Sé de esto porque yo mismo tuve algunos sustos con mis primeros perros y porque uno de los cofundadores del proyecto Clabki vivió una experiencia que no tuvo un final feliz con un perrito llamado Yepeto. Cuando vio que la puerta estaba abierta, Yepeto salió corriendo seguramente para perseguir algo que le llamó la atención y no volvió. Durante varias semanas lo estuvieron buscando alrededor del barrio, se lo recomendaron a los vecinos más cercanos y lo preguntaron en diferentes veterinarias. Alguna vez pensaron que lo habían encontrado al verlo entrar en una casa cercana, pero se trataba de otro perro que sólo se parecía físicamente. Yepeto nunca apareció.
No es lo mismo perder un perro cuando ha envejecido a tu lado y llega el momento de partir, que cuando sabes que anda por ahí deambulando en la calle. Quien ha pasado por esto sabe que basta con que transcurran cinco minutos de haberlo perdido de vista para que la desesperación se empiece a apoderar de uno. Y todo empeora a medida que pasa más tiempo. Durante muchas noches es imposible dormir; te preguntas constantemente si algo malo le pasó, si está aguantando hambre, si está aguantando frío o si alguien lo encontró. Y empiezan a pasar angustiosos días de pegar carteles y de pedirle a todos tus conocidos que por favor compartan su foto en redes sociales. La esperanza de encontrarlo hace que constantemente sigamos cualquier tipo de pista, incluso cuando muchas de estas son falsas. La ilusión de volver a verlo frente a ti moviendo su colita dura para siempre.
“Muchos que han dedicado toda su vida al amor pueden contarnos menos sobre este tema que un niño que perdió ayer a su perro.” Thornton Wilder
Muchas veces pensamos que es imposible que este tipo de cosas nos sucedan por lo precavidos que somos con nuestras mascotas, pero la verdad es que hay muchas situaciones que pueden llevar a que en un momento dado reaccionen de forma inesperada y las perdamos de vista, sobre todo cuando se encuentran en sus primeros años de vida.
El problema de las mascotas perdidas es un problema que se subestima pero que abunda. Es difícil encontrar una persona que no haya vivido o escuchado un caso cercano, o que al menos no haya visto los carteles de terceros que desesperadamente ofrecen recompensas para poder encontrar a sus amigos.
A pesar de que existen algunas estadísticas sobre mascotas perdidas que se usan frecuentemente (como “uno de cada tres perros se pierden a lo largo de su vida”), la verdad es que es difícil encontrar cifras oficiales sobre este problema. Por esta razón en Clabki decidimos usar nuestras habilidades para hacer un pequeño estudio que nos permitiera evaluar la magnitud del problema.
Un pequeño estudio
Hoy en día podemos encontrar mucha información en las redes sociales que está disponible de forma pública y que podemos analizar para obtener información sobre diferentes problemas. Decidimos que el mejor lugar para encontrar información sobre el problema que nos concierne son las páginas de Facebook que se enfocan en la publicación de animales perdidos y encontrados. Dado que hay tantas páginas de este tipo, decidimos escoger la más relevante a nivel nacional: Animalitos Perdidos en Colombia. Esta página tiene más de 43000 seguidores y lleva más de 8 años dedicándose a esta bonita labor, lo cual la convierte en una fuente importantísima de información.
Con ayuda de una herramienta ofrecida por Facebook recorrimos las publicaciones hechas hasta ahora en la página, y pensamos en una estrategia para clasificarlas y extraer información importante. Gracias a la consistencia de la mayoría de las publicaciones fue posible clasificarlas en 5 categorías: encontrados, perdidos, robados, final feliz y final triste.
La clasificación de cada publicación fue hecha por medio de un programa que desarrollamos para buscar palabras y frases clave dentro del contenido. Así, por ejemplo, era posible determinar que las publicaciones que contenían textos como “perdido perro criollo…” o “se busca gata…” eran publicaciones de dueños buscando a sus mascotas. De igual manera identificamos quiénes publicaban animalitos vistos en las calles o felices reencuentros con su familia.
También encontramos algunas publicaciones que no pudimos clasificar. Estas publicaciones en su mayoría contienen información de tipo administrativo o palabras mal escritas que no permiten su identificación (por ejemplo, “encotnrado” en vez de “encontrado”). En la siguiente imagen mostramos cómo resultó esa clasificación para el año 2016.
Hay 2 cosas importantes a destacar de la anterior gráfica. La primera es que hubo más de 1700 publicaciones de dueños buscando a su mascota en el año 2016; y la segunda es que la proporción de finales felices es muy baja. Cabe destacar que estas cifras sólo consideran las publicaciones de la página Animalitos Perdidos en Colombia, una de las muchas páginas de Facebook que se enfocan en el reporte de mascotas perdidas.
Otro dato que estábamos interesados en conocer es si existe una época del año durante la cual el número de publicaciones sea mayor. Para eso decidimos contar el número de mascotas reportadas como encontradas o perdidas durante cada mes de ese mismo año.
En la gráfica anterior podemos notar que hay un aumento drástico en el número de publicaciones hechas durante el mes de diciembre. Esto confirma, como se ha mostrado muchas veces, que durante esta época las festividades navideñas (que incluyen celebraciones con pólvora, visitas de personas “extrañas” y otros sonidos estresantes para los animalitos) contribuyen en gran medida al aumento de mascotas perdidas.
Analizando los textos de las publicaciones nos dimos cuenta que también era posible determinar cuántas publicaciones eran hechas referenciando gatitos y cuántas referenciando perritos.
Podemos ver claramente que el porcentaje de publicaciones referenciando perritos es mucho mayor que el de publicaciones referenciando gatitos. Aunque es difícil sacar una conclusión a partir de estos datos, una hipótesis es que tal vez los gatitos están menos expuestos a este problema porque suelen estar menos tiempo fuera de sus hogares.
Conclusión
A pesar de que éstas siguen sin ser cifras oficiales, reflejan muy bien la gravedad del problema con casos de la vida real. Estos números son preocupantes y tan sólo son el resultado de analizar las publicaciones de una de las muchas páginas de Facebook que se dedican a realizar publicaciones de mascotas perdidas. No se tienen en cuenta casos que pueden estar publicados en otras páginas o de personas que ni siquiera tienen la posibilidad de publicar por este medio. Son muchas las mascotas que se pierden en el transcurso de un año y seguramente muchas las familias que tienen que atravesar por un momento difícil debido a esto.
1170 publicaciones se han registrado en menos de tres meses del 2017, cuyo objetivo es devolver una mascota a su hogar.
620 de éstas han sido realizadas por dueños que buscan desesperadamente a sus mascotas y el resto corresponde a personas que reportan a una mascota sola en la calle.
¡Queremos ayudar!
No hay nada que nos haga más felices que saber que podemos usar nuestros conocimientos y habilidades para aportar en la solución de un problema al que muchos se enfrentan. Junto con mi compañero de trabajo queríamos usar nuestra experiencia en el desarrollo de tecnología para construir una solución que ayudara a evitar el dolor que puede sentir una familia cuando pierde a su mascota. Además, queríamos que esta solución reforzara una filosofía en la que creemos mucho: que reunir y aprovechar las pequeñas contribuciones hechas por diferentes individuos, es la mejor estrategia para resolver un problema que todos tenemos en común.
Este es el objetivo de Clabki. Un proyecto que busca construir una gran comunidad en donde cada miembro puede aportar en la búsqueda de mascotas perdidas con tan sólo instalar una aplicación y seguir con su vida cotidiana. Un proyecto que busca reunir al mayor número de personas con una idea en común:
“No queremos más mascotas lejos de su hogar”
Tengo una idea
Uno de los sueños que tenemos en Clabki es que los miembros de la comunidad que estamos construyendo tengan una participación activa. Por eso te invitamos a contactarnos en caso de que tengas una idea sobre estudios, contenidos o trabajos que podamos realizar usando tecnología con el fin de ayudar a que hayan menos mascotas perdidas y que siga creciendo nuestra comunidad. ¿Alguna idea? Puedes escribirnos a cualquiera de nuestras redes sociales (facebook, twitter o instagram) o hacerlo mediante el formulario que tenemos disponible aquí. ¡Bienvenido a Clabki!
