5 Hechizos para una Noche de Luna Nueva.

Para ser bruja hay que practicar actividades propias y hacer oficio.

Selene Isis
Condesas Club
4 min readDec 15, 2020

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Hoy es (o más bien era ayer) Lunes 14 de Diciembre del año 2020. Luna Nueva o Negra. Hace poco una amiga espacial me preguntó que qué se hacía en este tipo de noches. Yo le respondí que cosas propias de Bruja u Hechicera porque se supone que te encuentras en la Cueva con la Anciana que todo lo sabe. O sea, con la mujer anciana que todas llevamos dentro. La Sabia, la Vieja, la “ experienzuda” palabra que me acabo de inventar y que probablemente se diga “ la que tiene experiencia y ha aprendido de ella”. Pero bueno, de hecho propiamente la Hechicera correspondería a la Luna Decreciente… da lo mismo porque llevo varios días que me subo por las paredes: Cachonda perdida como la niña poseída del “Exorcista”.

Mandando fotos sugerentes mi cuatro leads que tengo o he tenido encima de la mesa: el “coffee boy”, el poeta, el empresario y el brasileño fornido.

La verdad, sin mucho éxito, bueno sí…atención, cierta atención pero queda un gran deseo insatisfecho. Y es “gracias” a ese deseo insatisfecho, o profunda frustración que no me ha quedado de otra que levantarme de la cama a la 1:55 de la madrugada para escribir, y ver si así, al fin puedo dormir en paz.

Soy una mujer casada, muy bien casada; con el hombre de mis sueños. No podría haberlo encargado mejor. Supera todas mis expectativas y la verdad, alucino que me aguante, hay que ser muy muy hombre para eso. :)

Pero desde que he cumplido los 40 siento que la sangre hierve en mis venas. Me siento más viva y salvaje que nunca y creo que, el hecho de ser madre y esposa; el hecho de tener que cumplir con mis roles de mujer responsable, educadora y ama de casa; multiplica mis deseos de decadencia y sed del inframundo.

Ya, ¡hasta me asusta lo que puedo llegar a escribir! Pero bueno, es lo que hay, y yo solo quiero dejarlo aquí, sobre un papel blanco, bueno pantalla, pero

prefiero fantasear que es un papel blanco rugoso y con textura deleznable. ..hasta puedo recoger cierta pelusa que desprende al acariciarlo con mis dedos. Suave, que se deja penetrar y surcar por una pluma fina y delicada, sofisticada, con trazo firme y decidido. Esa es mi pluma…¡buena chica!

En fin, quería dejar 3 hechizos para tratar de dibujar mis fantasías que no me dejan dormir, empecemos:

  1. Mi marido disfruta que provoque y seduzca a sus socios y amigos. Le vuelve loco ver cómo se derriten al verme y el respeto que infiero en ellos respecto a él. Un hombre que tiene una mujer como esta no puede ser un hombre; debe ser un Dios.
  2. Mi ex-rollito, la que apenas fue una relación porque lo nuestro apenas duró 1 o 2 meses. Aquí para mí se daría a la perfección el versito de Pablo Neruda: “Qué corto es el amor, y qué largo el olvido”. Ese chico de aspecto desvalido y con un toque de canalla reprimido. Ese chico que dejé en el Puerto. Ya casado y padre. Él, me escribe para decirme, para rogarme que quiere que sea su amante. Y yo le contesto complacida: “Me siento feliz que ya estés casado y seas feliz. Ella, bendita entre todas las mujeres, saca lo mejor de ti. Yo, quiero sacar lo peor de tí. Y eso solo es posible si estás con ella.”
  3. Mi Coffee-Boy, ese que cuando me crucé con él por una calle adoquinada, empezó a caminar en diagonal. Como que cada vez que me veía, empezaba a inclinarse hacia uno u otro lado. Fuerte como él solo. Me desnudaba con la mirada. Me recuerda a mi primer novio, ya le dije, aquél con el que no consumamos. Aquél que me tocó y me exploró por primera vez. Aquél que se enamoró de mí cuando yo era una flor recién nacida, cuando apenas tenía 14 años un lejano verano en Suiza. Deseo que me posea, porque sé que no se atreve. Pero deseo que eso sea un aliciente para justo hacer algo nuevo que puede sanarme a mi y hacerlo crecer a él.
  4. Con mi Poeta me gustaría pasar algún tiempo hablando y riendo, escuchando sus versos y dejarme masajear por sus dulces palabras llenas de poesía. Dejarme fundir en sus brazos poderosos y tiernos. Suplir y sanar un concepto materno decepcionado.

Finalmente no han sido ni 5 ni 3; han sido 4. ¡Que sea lo que sea! Solo traté de cumplir con el deber de poner por escrito estas fantasías retorcidas y estridentes para por lo menos saciar mi sed de sangre y de discordia. Buenas noches, voy a leer para que me dé sueño.

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