¿De Dónde Nacen los Fanatismos?
Momentos de Cambio; momentos de Miedo
Cuando dejo a los niños en la escuela, me siento en el café de enfrente de casa a leer el periódico sin teléfono; sin distracciones. Hace días que me quería sentar a escribir sobre este tema que obviamente a todos nos preocupa; el auge de los fanatismos en la política. Sin embargo nadie habla de las últimas causas, antropológicas o psicológicas, o simplemente humanas, que nos están conduciendo a esta situación.
Preguntémonos. Parémonos a reflexionar:
¿De dónde nacen los fanatismos? ¿Por qué nacen en nuestros corazones la necesidad de aferrarnos a una ideología de manera radical?
Quedó muy grabada en mi mente una definición que me dio un psicólogo:
“El Fanatismo Nace de la Inseguridad.”
Estamos pasando por unos momentos de cambio brutales. Con la entrada en la Era Digital se está transformando todos los ámbitos de la humanidad.
Empezando por la Economía, el tejido empresarial. En la era del capitalismo, se construían las empresas para crecer a escala. Con estructuras fijas. Ahora, todo reside en la capacidad de adaptación al cambio. En la flexibilidad.
Buscar estructuras fijas, es un efecto de la inseguridad, se busca la seguridad con estructuras “irromplibles”. Pero la naturaleza, no funciona así. Aunque creamos que dominamos la naturaleza, que la “subyugamos”, es solo un espejismo.
No se trata de “dominar”, explotar la naturaleza sino de aprender de ella, de observar, contemplarla y ver cómo del caos aparente, selecciona, con un criterio misterioso lo que se abre camino en la vida, lo que tiene que morir, y lo que tiene que cambiar, mutar, transformar…para abrir paso a algo nuevo diferente de lo que también tenemos que aprender.
La Era Digital, con la “hiperconectividad” que nos ha brindado, nos ha mostrado lo vulnerables que somos ante la tecnología. La amenaza que constituye obviamente a nuestra sabiduría como seres humanos. Pero la “culpa” no es de la Tecnología, nosotros, cada uno, desde nuestra libertad personal e individual, somos responsables.
Todos, me atrevo a decir, o casi todos, hemos experimentado lo que es la adicción al teléfono, a las redes sociales. Lo que es el apego al entretenimiento en vez de buscar la sabiduría.
Víctimas de las notificaciones, vamos perdiendo la capacidad de concentración, de “focalizar” nuestra atención. Incapaces de sentarnos a leer un periódico o un libro sin perder de vista el teléfono. Nos hemos convertido en títeres de unas máquinas.
No hace falta ciencia ficción para ver cómo las máquinas y los robots dominan a los seres humanos. Ya lo estamos viviendo. Ahora mismo. Al caminar por la calle, todos embelesados ante una pantallita…
Hablemos de las causas verdaderas ¿de dónde nace el fanatismo?. Comprendámonos a nosotros mismos, como seres humanos. Es natural que sintamos miedo ante momentos de cambio, de crisis, de transformación. No sabemos, no tenemos control del futuro. Pero en realidad ¡nunca lo tuvimos! Solo que ahora se nos está haciendo más obvio. Durante generaciones hemos construido enormes y sofisticadas estructuras para crearnos la falsa ilusión de que teníamos todo bajo control. ¿Cuál es la respuesta a esta situación?
Crecer hacia dentro. Es la única manera.
El miedo nace de la inseguridad. Para trabajar la “inseguridad” hay que crecer hacia dentro. Alimentar nuestra fortaleza interior. ¿Cómo se hace eso? Se trata de alimentar nuestra autoestima, de abrazar a nuestro niño interior. Cuando nos radicalizamos es porque nos sentimos amenazados cuando alguien piensa diferente, como un bebé asustado ante lo desconocido.
Si en mi corazón, en mi interior, estoy en paz conmigo misma. Si me amo a mi misma. Nadie puede perturbar esa quietud. En cambio, si me siento insegura, vulnerable…entonces es cuando me siento amenazada y atacada, y es entonces cuando nace y se desarrolla el fanatismo.
Hemos de trabajar hacia dentro. Hemos de tratar de escribir, de expresar nuestros sentimientos honestos, del miedo al cambio. Cuando expresamos los sentimientos nos liberamos del peso que nos causan. Pero no solo a través de redes sociales…Me gustaría que iniciáramos una campaña: “Leer 1 hora al día con Música Clásica sin Teléfonos”
Leer y Escribir sin distracciones (sin celular) acompañados de música clásica por 1 hora al día para promover un movimiento y un proceso de sanción, de liberación. Son “terapias” que nos permiten conocernos y comprendernos a nosotros mismos. Y nutre nuestra autoestima intelectual.
Al mismo tiempo propongo otra campaña: “Meditar media hora al día.” Yo recomiendo para empezar la “Meditación para sanarse de Louis Hay”, es hipnótica y trabaja sobre el subconsciente. Orientada precisamente a sanar nuestras heridas interiores que son lo que hacen que nos “auto-saboteemos”. Es desde dentro, desde nuestro niño/a interior donde nacen los miedos y en consecuencia los fanatismos.
Yo desde mi club promuevo 3 tipos de actividades que son lo que me han ayudado en este proceso de “tomar poder” sobre mi propia vida:
- Danza (canalizar la feminidad y el erotismo a través del baile)
- Leer y escribir (y actividades culturales para comprendernos y en consecuencia poder aceptarnos a nosotras mismas)
- Meditar (conectar con nuestro sentido de trascendencia, vernos dentro del “Big Picture” de nuestra existencia en medio del Universo)
Con estas tres bases, se puede arrancar un verdadero proceso que nos sane, que nos haga evitar caer en errores que ya han cometido nuestros antepasados.
Yo no soy ni psicóloga, ni antropóloga, ni especialista en política, ni nada. Yo soy una madre, una mujer “ama de casa” con un proyecto personal y social: Empoderar a Señoras a través de mi Club Condesas.
