Gracias 2019

Una reflexión muy personal sobre lo que viví ese año

Es extraño que durante el 2019 haya escrito tan poco. Tengo que enfrentar al porqué casi no he escrito. Y es que razones no me faltaron. Quizá necesitaba el rompecabezas armado, a ver si este post me aclara las cosas. Así que una advertencia: este es un post muy personal, iniciado por la necesidad de entender y reflexionar. Lo comparto con ustedes en agradecimiento a las personas que me acompañaron.

Terminé este 2019 con un crecimiento integral. En el 2018 me sentía fuera de equilibrio en cuanto a salud, bienestar y sin rumbo profesional.

Ahora que lo veo en perspectiva, considero que viví estos momentos importantes (que los separo sólo por orden, pero como en todo, los viví en paralelo).

1. Cambio en estilo de vida: Comencé a preocuparme por mí, a ponerme a mí primero.
2. Aprendizaje: la formación como Profesional Agile Coach, el Taller de Estructuras Liberadoras y la formación como Trainer de Facilitadores Integrales.
3. Feminismo y Revolución: Imposible separar mi coyuntura.

Comenzaré con mi estilo de vida, ya que fue lo primero que sucedió. A mediados de 2018 tuve un quiebre físico. Había tenido meses de cansancio, desmotivación, dolor de rodilla, inflamación, etcétera. Un día en el trabajo, sentí mareos y desmayo. Los análisis revelaron que no tenía nada. Es decir, nada grave. Simplemente era mi cuerpo que gritaba por ayuda. Tras unos meses de búsqueda, encontré el daño que estaba haciendo a mi cuerpo: abuso de ultraprocesados, azúcar, estrés, falta de sueño y ejercicio. Lo que quizá también tú sufres y todos sufrimos. Pero es lo normal, ¿no? Pues yo dejé de aceptarlo así.

Me enorgullece haber dejado atrás prejuicios como “no puedo dejar de comer pan o de tomar cerveza” o “no me importa vivir con la panza inflamada y tomando sal de uvas en la noche”. Este cambio no sólo me puso en el camino de mi bienestar, sino que también me enseñó cómo enfrentarme a mis juicios, cómo ser más amable conmigo misma cuando fallo y a aceptar la ayuda de los demás. Además, si no estoy bien, ¿cómo puedo apoyar a los demás?

Y es precisamente en ese camino de apoyar a los demás en el que años atrás fui consciente de que como Agile Coach puedo convertirme en un impedimento en el crecimiento y evolución de las organizaciones. Hoy sé que son diferentes roles que puedo usar, dependiendo de las expectativas y necesidades del cliente. Así pues, puedo entrenar, mentorear, ser consultora o coach ante las diferentes circunstancias. El aprendizaje que viví en las formaciones como Profesional Agile Coach (PAC), como Facilitador Integral (ToT) y el taller de Estructuras Liberadoras (EL), influyeron en mi evolución en estos roles, sobre todo porque abordan la complejidad y el aprendizaje desde puntos de vista a los que anteriormente no conocía, como el coaching ontológico y la psicología para el desarrollo de habilidades y conciencia de los juicios limitantes. En este año, descubrí personas, teorías y conocimiento que estaban en un mundo paralelo a la agilidad y que lo complementan.

El camino del PAC y ToT no fue fácil. Y más que por la carga de trabajo y estudio (que es administrable), a veces dolía el enfrentarme a mis juicios limitantes y quiebres. Aprendí (y sigo aprendiendo) a pedir ayuda, a relajarme y ¡hasta sentirme afortunada del estrés que me provocaba! Meditación y auto-cuidado se convirtieron en mi roca. Además conocí a gente extraordinaria y ví la generosidad en ellos y en los que ya conocía. Del PAC me clavé en el estoicismo y ahora esa filosofía está moldeando mi vida. Aunque ya había utilizado antes de ir al taller algunas Estructuras Liberadoras, el ver a Mónica León facilitar me hizo reflexionar mucho sobre el arte de la facilitación y sobre todo, como mujer. ¿Qué tiene que ver el género? Se preguntarán. Pues hay una expectativa de mi comportamiento y la forma en la que me relaciono con la gente. Esto da para otro post. Pero de Mónica aprendí que más allá de expectativas (propias y ajenas) como facilitador o como coach, hay una enorme generosidad en buscar el aprendizaje del otro, aunque el otro sienta algún quiebre. Desde entonces, uso las EL casi para cualquier facilitación y cada vez, me sorprendo más de ellas.

El 2019 en Chile no se puede separar de lo que llaman estallido social y que a mí me gusta llamar Revolución. Muchos de los reclamos buscan una igualdad de oportunidades cosa que el feminismo y las feministas en Chile ya veníamos pidiendo y reflexionando. Desde ese feminismo y en mi coyuntura hablé en el AOC Bariloche, con hermosas consecuencias que ya narré acá. En Agilidad hablamos de diversidad, de inclusión, de inteligencia colectiva. Pero seguimos convocando y jugando los mismos. Hablamos de cambio de paradigmas y el lenguaje inclusivo se rechaza. Buscamos feedback honesto y se habla por la espalda. Me hice cargo de ese dolor con risa, por lo que me animé a hacer standup feminista, evento que repetí en el Open Space Recreativo del Ágiles LATAM en Rosario, Argentina. Lo hice animada por el feedback de los efectos del AOC Bariloche, en el que algunas empresas empezaron a tomar acciones para hacer consciencia sobre machismo e igualdad de oportunidades.

Mis amigos y familiares en México veían desde lejos las violaciones a los derechos humanos que se han vivido en Chile y se preocupaban por mí. Yo también me asusté. Pero hoy me siento admiración y orgullo por las chilenas y chilenos que luchan, marchan, se reunen, curan, gritan, trabajan, etcétera buscando un mejor futuro. Me toca muy fuerte por mis amigos chilenos y he tenido grandes conversaciones con todos que me han llegado a tocar en mi papel como agente de cambio.

Por ahora, sólo me queda agradecer a los que me acompañaron ese año. A mi pareja Ricardo, siempre apoyándome y conteniendo. A Cele y Ettiane con sus recomendaciones tan amorosas. A Martín Alaimo, Claudia Toscano y demás coaches y compañeros del PAC con los que crecí y lloré. A los PacMacs por la energía hacia adelante. A mis compañerites de Black Hat con cariño especial a mi comadre Windy. A mis compañeros y coaches de ToT y Plataforma Aurea. A mis papás, hermanas y sobrina que aguantan estar lejos en este mundo convulso. A Clau y Luis y demás amigos con quienes conversar se convierte en una reflexión.