¿Cómo Puedo Invertir en Tecnología?

Joaquim Hierro
Conexo Ventures ES
Published in
7 min readOct 28, 2018

Hoy en día la inversión en compañías tecnológicas está de moda, pues los ejemplos recientes de salidas a Bolsa con valoraciones de miles de millones de euros logradas al cabo de pocos años por algunas startups son muy atractivos y tentadores.

Si queremos lanzarnos al mundo de la inversión tecnológica hay varias maneras de hacerlo:

  • Directamente como angel investor.
  • En un club de inversión.
  • A través de un fondo de inversión.

Para el novicio puede parecer que todas esas formas de invertir son equivalentes pero, en buena verdad, no es así pues hay diferencias significativas y posibles consecuencias importantes a nivel de la seguridad y éxito de la inversión, que yo mismo he vivido en mi carrera una evolución en esas distintas fases.

El entorno startup es complejo… ¿Qué hago?

Angel Investor

En los años 80, trabajando como ejecutivo de administración y finanzas en la filial portuguesa de una multinacional francesa (Ciments Français) y siendo profesor de Contabilidad en una Business School de Oporto, empecé a invertir, de forma esporádica, en alguna startup de base tecnológica o con modelo de negocio innovador. Una de mis primeras inversiones fue una pequeña compañía de software que desarrollaba programas de contabilidad y facturación para PYMEs.

En esa época tomaba conocimiento de las oportunidades de inversión a través de algún amigo o algún cliente o proveedor y, normalmente, mi decisión se basaba más en mi intuición sobre el futuro prometedor de la joven empresa que en rigorosos due dilligencedel negocio en que iba a invertir. La opinión de algún amigo más experto en el sector y la confianza que me transmitía el equipo gestor eran suficientes para la toma de la decisión de invertir como en el caso arriba en que yo conocía bien el mercado del software para contabilidad. Pero en otras inversiones en sectores que yo desconocía, al final, el éxito o el fracaso dependieran más de la suerte que de otra cosa.

En todo caso, yo no tenía que dar explicación alguna a terceros sobre mi decisión de invertir ni sobre el éxito o el fracaso de la inversión pero, en algunos casos, reconozco haber invertido a ciegas. Y, como muchos otros inversores en esa época, tuve algún éxito pero también rotundos fracasos que me sirvieron de aprendizaje. Decidi no volver a invertir a solas en un negocio que no conocía en profundidad.

Ron Conway, legendario Angel Investor de Silicon Valley

Club de Inversión

Al final de los años 80, me incorporé a un club de inversión con media docena de amigos, en que cada uno alocaba una parte de capital igual a un vehículo y ahí empezamos a hacer inversiones más estructuradas (y pensadas) en startups y también en empresas cotizadas.

Las decisiones de inversión las tomábamos por unanimidad y las de desinversión por mayoría. En las cotizadas buscábamos small caps infravaloradas (estrategia Value) y desinvertíamos cuando la cotización se acercaba al valor fundamental que calculábamos analizando la información disponible sobre la compañía.

En las startup sí que teníamos que ponernos de acuerdo todos en cuanto al valor de inversión y condiciones de entrada y siempre suscribíamos un acuerdo de socios con los promotores del negocio donde ya contábamos con cláusulas tag-along y una put option por un valor simbólico, que se ejercitaba en el caso de fracaso del negocio y para no tener que vernos involucrados en los largos procesos de concurso de acreedores. Si la compañía iba bien, la salida se hacía al cabo de 5 o 6 años vendiendo al empresario por un valor calculado por una formula de UEC (Union des Experts Contables) basada en el valor de los Fondos Propios acrecida de un valor de goodwill.

A pesar que la decisión de inversión era tomada por unanimidad, hubo un caso de una inversión que hicimos en una compañía industrial del sector del mobiliario de madera cuya decisión se basó, fundamentalmente, en la opinión de uno de los miembros del club de inversores que era un reconocido experto en el sector. Nuestra inversión capital fue fundamental para la obtención de un préstamo bancario de largo plazo y esta financiación era necesaria para hacer el turnaroundde la compañía. Al cabo de 2 años, y en el seguimiento de problemas técnicos en la producción y de la pérdida de un gran contrato con IKEA la compañía entró en concurso de acreedores y perdimos toda la inversión. En el desarrollar del concurso supimos que ese miembro del club era pariente del empresario (lo que nos había ocultado) y tenía un interés directo en la operación. Esto constituyó un grave conflicto de interés que jamás podría haber ocurrido si hubiera invertido de una forma más profesional y estructurada.

Esta manera de invertir era, todavía, una forma muy libre pues solo teníamos que justificar nuestras decisiones entre nosotros pero, al mismo tiempo, una forma muy desprotegida de hacer inversiones.

Mic Williams, miembro del reputado grupo Boston Harbor Angels

Fondo de Inversión

En el año 90, me incorporé dentro del Grupo Amorim (líder mundial de los productos del corcho) en un vehículo de inversión con un capital de 250 M€ que, con algún apalancamiento, llegó a detener participaciones por más de 300 M€. Ese vehículo tenía la forma de sociedad anónima y era poseída por 2 grupos de accionistas: la familia Amorim, mayoritaria, y un sindicato de 3 inversores institucionales liderados por la Compagnie Financiere de Suez.

Las decisiones de inversión y desinversión se tomaban en el Consejo de Administración de la sociedad por mayoría simple, habiendo un conjunto de decisiones, donde se incluyan los posibles conflictos de interés (como, por ejemplo, adquisiciones de activos pertenecientes a alguno de los socios), que obligatoriamente tenían que ser tomadas por mayoría cualificada, o sea, con el voto favorable de los accionistas inversores institucionales.

Con ese vehículo invertimos en varias compañías, como capital desarrollo, y también en importantes startups tecnológicas como fue el caso de TeleCel, hoy integrada en Vodafone Portugal.

Esta forma de inversión era mucho más profesional y las decisiones tenían que obedecer a la Ley de Sociedades y al Acuerdo de Socios donde se protegían los derechos de los minoritarios. Estos vehículos de inversión cerrados (normalmente SICAVs familiares) no están abiertos a otros inversores, como si están los Fondos FCR.

Antonio Rios Amorim, CEO del Grupo Amorim

Fondos de Venture Capital

A partir de 1996 empecé mi actividad de inversión como profesional de sociedades gestoras de FCR — Fondos de capital riesgo. Inicialmente, en Portugal y a partir del 2004 en España.

Los FCR al estar obligatoriamente registrados en la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) tienen que cumplir unas normas muy estrictas de Compliance, Reporting y otras obligaciones legales que, con los años, se han venido incrementando como es el caso del cumplimiento de las normas anti-blanqueo de capitales y de la calificación de inversores entre minoristas y profesionales.

Al ser patrimonios autónomos sin personalidad jurídica, los FCR tienen que tener una sociedad gestora que gestiona los activos en nombre de los inversores, a través de una sociedad gestora también registrada en la CNMV. Como cualquier otra sociedad, la sociedad gestora tiene un órgano ejecutivo que es su CA — Consejo de Administración que es quien tiene que tomar todas las decisiones sobre el patrimonio del Fondo. Normalmente, las decisiones de inversión y desinversión del Fondo (y apenas estas) son delegadas por el CA en un Comité de Inversiones que integra miembros del CA y, eventualmente, profesionales de la inversión independientes.

Además de la Asamblea de Participes del Fondo donde están representados todos los inversores y que es el órgano que aprueba las cuentas del Fondo y, en última instancia, puede cambiar la sociedad gestora del Fondo si una gran mayoría de los partícipes estuvieran disconformes con la gestión, existe un órgano delegado de la Asamblea que es el Comité de Supervisión del Fondo y que está constituido por los principales inversores así como algunos profesionales independientes de gran experiencia y reputación en Capital Riesgo.

Este Comité tiene, entre otras funciones, la de dirimir eventuales conflictos de interés que puedan surgir entre inversores o entre inversores y la sociedad gestora. Como ejemplo de eventuales conflictos a dirimir pueden estar:

  • El de algún inversor en mora ante las llamadas de capital.
  • Transacción de participada con algún inversor del Fondo.
  • Transacción de participada con otro Fondo gestionada por la misma sociedad gestora.
  • Participación de capital o financiación en participadas por parte de miembro del equipo gestor del Fondo o de la sociedad gestora.
  • Cualquier tipo de contrato de asesoramiento con participadas por parte de miembro del equipo gestor del Fondo o de la sociedad gestora.

Esto no significa que no se puedan hacer las transacciones o contratos enumerados arriba, apenas que tienen que ser muy claras, transparentes, conocidas y expresamente aceptadas por los inversores a través del Comité de Supervisión.

En conclusión, las inversiones que hago ahora a través de Fondos FCR (donde estoy gestionando el dinero de otros y también el mío), por su complejidad y por todos los controles y reglas que tenemos que respetar ante el conjunto de inversores (enmarcado por el Reglamento de Gestión de los Fondos y la Ley de Capital Riesgo), la CNMV, el SEPBLAC y Banco de España, tienen mucho más seguridad (garantizada por la obligación de compliancey transparencia), que las inversiones que yo hacía, en el pasado, como Angel Investor o en mi Club de Inversión, pero tal como en esa época, para mí, sigue siendo una actividad igualmente fascinante y que me tiene muy ilusionado.

Peter Thiel, brillante gestor de Founders Fund en Silicon Valley

Finalmente, como recomendación a un inversor que quiera invertir en tecnología le diría que a menos que posea mucha experiencia directa en el sector y le pueda dedicar una parte sustancial de su tiempo a la selección y seguimiento de las inversiones, es preferible hacerlo a través de algún Fondo de Venture Capital con un experto equipo de inversión y una reputada sociedad gestora que directamente o a través de algún club de amigos.

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Joaquim Hierro
Conexo Ventures ES

Managing Partner of GED and Conexo Ventures, ex-Manager of Portugal Ventures, ex-Manager of Amorim Investments Group