Algo está pasando, pero no es lo que piensas

Cristina Juesas
Consejos de supervivencia
7 min readOct 19, 2015

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Me liberé de la sociedad, me despojé de las ataduras que tenía y del miedo que me tenía atado al sistema. Y desde entonces he empezado a ver el mundo desde una perspectiva distinta. La perspectiva de que todo está cambiando y de que la mayoría de nosotros aún no nos hemos dado cuenta. Gustavo Tanaka.

Esto es como lo del milenarismo pero en versión artículo, lo que viene siendo caer del guindo de toda la vida, con una serie de razones para dar a entender que este mundo de hoy no es el mismo que el de hace diez años. Bien pensado, el autor del artículo es brasileño. Brasil es un país en plena transformación, quizá tenga que ver con eso. Me pregunto qué fue lo que hizo que Gustavo se despojara de sus ataduras y de su miedo al sistema. ¿Miedo al sistema? Bueno, opciones para salirte del sistema siempre hay, pero para ello son fundamentales dos cosas que no mencionas en el escrito y a las que me referiré más tarde. De momento, vamos punto por punto:

1- El modelo laboral actual es insostenible

Pues no te cuento en España, con casi 5 millones de parados, la mitad de ellos de larga duración y más del 50% de paro juvenil. Pero esto no solo tiene que ver con el modelo de empleo sino con el modelo de crecimiento y con la economía del país. La de España se ha basado en construir y en la especulación. Esto no funciona necesariamente así en el resto del mundo. Hay países que basan su economía en el valor añadido y en el I+D

¿Los ejecutivos de las multinacionales están hasta el gorro y quieren emprender? Ahm, bien. Mi impresión es que esto tiene más que ver con una absurda fiebre emprendedora y a que nos están vendiendo — esa sociedad que tanto miedo da — la moto como campeones para dar salida al paro o a las aspiraciones individuales, pero dile a un fresador que un ejecutivo de una multinacional está estresado, lo mismo le dará la risa, claro. Y de los sabáticos ni hablo, ojalá me pudiera permitir uno yo y aprovechar para viajar un poco, ya que estamos…

Así, en general, trabajar es un horror. Como decía mi abuela, fíjate si es horrible, que te pagan por ello.

2- El modelo emprendedor está cambiando

El modelo está cambiando o más bien es un deseo que el modelo cambie, que no es lo mismo. Si para emprender necesitamos dinero y una vez que lo tenemos ya no somos nuestros propios jefes de nuevo sino que nos quedamos a merced del sistema, emprendiendo solo estamos perpetuando este sistema. En este caso, para salir del sistema, podemos irnos a emprender a una isla desierta o crear un modelo de negocio que no necesite inversión o, incluso, en el que no haga falta dinero y se haga trueque… pero esto ya está inventado. Fue el origen de todo, de hecho.

3- Auge de la colaboración

Ciertamente la colaboración está en auge. Y no tengo nada en contra de que las personas colaboren con otras en cualquier ámbito (incluso que hagan trueque). No tengo claro que la economía colaborativa sea la respuesta global. Al menos que pueda ser la única respuesta.

4- Estamos empezando a entender de qué va esto de internet, por fin

Muchos lo tenemos meridiano desde hace muchos años. Y mientras tanto, seguimos jugando en casa del adversario, le regalamos nuestro contenido a Facebook, a Google… Hasta que lleguen y legislen (como están haciendo en muchos países, y no me refiero a Irán o a Corea) que si convocas una manifestación a través de las redes sociales puedes ir a la cárcel. Que unos pocos atisbemos a comprender internet en su grandeza — que hay tanto por debajo que no me atrevo a decir que lo entiendo del todo — no significa que la mayoría lo vaya a entender jamás. Con esto tampoco quiero que se me malinterprete, no me creo mejor que nadie, quizá un poco más informada y más leída que la media, pero esto tampoco significa nada. Bypasear a los grandes medios y a las grandes corporaciones para lo único que nos sirve, hasta ahora, es para sentirnos peor con el mundo que nos rodea.

Y eso de que no hay televisión… en fin, no hay televisión pero hay otras formas de “control de la masa” que están siendo exploradas a pasos agigantados por los mismos que llevan controlándolas décadas. Vamos, que está todo muy bien y que yo soy de las que me lo creo, pero no, ni tú ni yo veremos cómo internet cambia tanto las cosas, al menos, hacia donde lo estás insinuando.

5- Caída del consumo exagerado

Mmmm. Estamos a dos meses de la navidad. En mi ciudad ya han instalado las luces y ya están poniendo anuncios de colonias y juguetes en la televisión. Casi toda la gente que conozco tiene un teléfono de última generación, uno o varios ordenadores, una o varias tablets. ¿Qué es lo que ha caído?

6- Comida orgánica y saludable

¿Lo que no es orgánico no es saludable? A ver, estoy de acuerdo en que muchas de las cosas que comemos han dejado de tener el sabor que tenían hace 30 años, empezando por básicos como la fruta, las verduras, la leche… pero no es menos cierto que los controles de calidad de la industria alimentaria son hoy infinitamente más rigurosos de lo que lo eran y que es improbable que hoy un lote de latas de conservas venga con alguna bacteria, cosa que antes pasaba cada poco. De ahí a que lo que comemos no es saludable va un largo trecho.

Por otro lado, mientras lo orgánico mantenga ese aura y cueste una pasta, no será asequible a la mayoría y el mundo seguirá dividido entre los que pueden permitirse comer guay y los que ni en broma están dispuestos a pagar más de 6€ por media docena de huevos, por muy felices que sean las gallinas que los ponen. Es una cuestión de simple economía doméstica y no todos tenemos a productores a mano.

7- Despertar de la espiritualidad

Aquí ya me he quedado muerta total. O sea, que a menor religiosidad, mayor espiritualidad. Cambiamos opio del pueblo por opio de cuatro gurús. Solo voy a repetir algo que leí hace poco por algún sitio, seguramente en alguna frase motivacional e inspiradora: si meditas, piensas en círculo y no te abres a ideas nuevas. Y no digo más.

8- Movimientos de escolarización en casa

Perfecto. Y antivacunas también. Los movimientos de educación en libertad no son algo nuevo, supongo que habrás oído hablar del experimento Summerhill y de lo que fracasó, y de la elevadísima tasa de suicidios en los chavales que, educados en libertad, salían al mundo real. Una pena, la verdad. La escuela, efectivamente, sirve para algo más que para aprender física, química o historia. La escuela sirve para socializar a los niños. ¿Que se les puede socializar de otras formas alternativas? Fenomenal. ¿A qué coste? ¿Quién se lo puede permitir, no solo económicamente? ¿Y qué será de esos niños cuando crezcan? ¿Serán los líderes del mañana o, por el contrario, serán unos desgraciados en un mundo que no entienden? Insisto en que el experimento ya se hizo y no salió bien.

También estoy de acuerdo, claro, con que en el siglo XXI seguimos con un modelo escolar nacido en la revolución industrial para empleos de la revolución industrial y que debe ser repensado y replanteado por completo, pero de ahí al home-schooling va un trecho largo largo.

Por resumir, al final lo que veo que se está reclamando, más que una revolución, es una desaceleración porque el mundo va muy rápido, tanto, como para que de una forma natural no se ajuste a los cambios en las diferentes sociedades. Y siempre que hablemos de sociedades occidentales, que si nos vamos a oriente… tendremos que fijar las prioridades en otros puntos, claramente. Y de sociedades occidentales ricas. Porque no vive ni piensa igual un obrero de una fábrica cuya mujer está en paro y tiene que preocuparse por llegar a fin de mes y ver cómo se las apaña para vestir o comprar los libros de texto a sus dos hijos, que una ejecutiva consultora en una multinacional, por muy estresada que esté.

Vete a una barriada de la Francia profunda, de la España profunda, del Brasil profundo o del Estados Unidos profundo y háblales de desayunar zumo de pomelo orgánico porque es mucho mejor para su salud, o cuéntales que la hogaza de pan multicereales de 10 euros es mejor que una baguette de 0,45. Vivimos en una sociedad donde hay gente que hace colas en la Apple Store mientras la mayoría las hace en Primark.

El planteamiento, Gustavo, es clasista. Sí. Internet es una herramienta muy potente, pero no porque permita emprender “revoluciones”, sino porque permite acceder a información y a la educación de una forma casi universal y barata. Los movimientos slow son preocupaciones del primer mundo rico, de cuando tienes el resto de necesidades cubiertas y resueltas. El resto del mundo ya vive slow.

Que sí, que como inspiración es maravilloso y soy la primera que me apunto a tratar de cambiar mi entorno, pero dudo mucho que el home-schooling, la meditación o la comida orgánica vayan a facilitar esta revolución que el mundo necesita, francamente. La educación universal y gratuita sí (o el internet universal y gratuito). Mientras eso no exista, seguirá habiendo clases en el mundo.

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Cristina Juesas
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