Carta a mi yo de 1997

molinos
Consejos de supervivencia
4 min readOct 16, 2015

Hola Moli:

Sí, es a ti. No mires hacia atrás, ya sé que no te identificas con ese nombre pero, aunque no te lo creas, dentro de unos años la mayor parte de la gente que te conoce te llamará así. No preguntes, es una larga historia. Al principio será raro pero luego te acostumbrarás, tampoco es tan extraño, muy poca gente te llama ahora por tu nombre. Siempre es con el apellido.

Te escribo desde el futuro para decirte unas cuantas cosas, la mayoría inútiles pero a lo mejor te sirven.

Primero de todo, Saca Pecho. Y no, no hablo metafóricamente, no se trata de que te comas el mundo y estés orgullosa de ti, que también. Saca pecho físicamente. Deja de caminar con los hombros como si llevaras unas bolas de plomo colgando y los nudillos te rozaran el suelo, y saca pecho. Lúcelo y no te preocupes por nada. (Bueno, cuando te quedes embarazada lo mismo es un pelín excesivo, la naturaleza es así de cabrona. Llorarás desconsoladamente por ello, pero luego se te pasará y lucirás canalillo. Empieza ya).

Cómprate un bikini YA. No esperes a los 27 para ponerte el primero.

Sí, ese tío con el que te encuentras de vez en cuando, lleva camisas de cuadros y al que todos llaman por un mote ridículo tiene algo contigo. No está claro si él lo sabe o no, pero lo tiene. Y sí, será con el que te cases. Confía en tu instinto.

Ese por el que estás sufriendo y del que crees que no te desamorarás nunca es un cabrón con pintas. Déjate de “tengo un pálpito”. El pálpito de “seguro que vuelve cuando yo ya pase” será verdad, pero cuando ocurra ya estarás a años luz.

No seas tan impulsiva. Intenta morderte la lengua de vez en cuando; o mejor, todo el tiempo que puedas. Vas a intentar controlarlo más adelante y lo conseguirás a duras penas y en contadas ocasiones. Es una putada y no lleva, casi nunca, a nada bueno. No lo sabes todo ni lo sabrás nunca.

¿Te acuerdas cuando te decían “a ver si se te pasa este pavón protestón que tienes”? Pues no se te va pasar. Tendrás 42 y serás una protesta con patas, un gremlin gruñón, y te hostilizarás con todo el planeta. Dirás unas palabrotas increíbles y soñaras con bazokas. Lo siento, no he conseguido desembarazarme del pavo.

Por lo que más quieras, y esto debería escribírtelo en una carta como Doc a Marty, cuando tengas 37 no vayas, bajo ningún concepto, a un concierto de Burning en Reciclaje. NO VAYAS. No preguntes. Hazme caso. NO VAYAS.

Una perla de sabiduría suprema: da igual que un hombre no sea especialmente inteligente, ni lo quieras para ser el padre de tus hijos, ni para vivir con él, ni para nada serio… el físico y el atractivo a veces son más que suficiente. Cuando estrenen una película que se llama 300, VE al cine, varias veces. Disfruta de tu epifanía.

Tienes los pies preciosos. Usa sandalias ya. No esperes a los 28.

No tienes los brazos gordos. Ponte tirantes.

Esto no te lo vas a creer pero con el tío de la camisa de cuadros y que va en bici a la escuela de montes vas a tener una hija con ojos azules. Por lo visto eso que te llevan diciendo toda la vida de que los ojos azules saltan una generación, es verdad. Tardarás 4 meses en creértelo una vez que nazca. Y después seguirás mirándola todos los días pensando que lo mismo le cambian.

Otra cosa importante. Intenta no decir “Ni de coña haré esto”. No puedo explicarte el mecanismo, pero cada vez que en tu vida digas “ni de coña”, te acabarás encontrando haciendo eso de lo que renegabas. Di “cáspita, preferiría que no”… lo mismo funciona. ¿No te lo crees? Pues tengo pruebas, ahora mismo no comes piña y te parece asquerosa: “ni de coña como piña”… con 42 años desayunarás piña. Las buenas noticias son que sigues pensando que la gente que la echa a la pizza no es de fiar.

Desconfía. Desconfía mucho y sobre todo, por lo que más quieras, el día que creas que puedes confiar del todo, completamente, en alguien… no se lo digas. Muérdete la lengua y no se lo digas. No es verdad, no puedes confiar en él. Cuando abras la boca para decir “no me das miedo”, dile “es mi parada, me bajo. Mejor no volvemos a vernos”. Hazme caso.

¿Me dejo algo importante? Un par de cosas, estás a punto de llegar a Madrid de vuelta de tu viaje de celebración de fin de carrera. Has conseguido aprobar numismática y paleografía, y ante ti se abre el futuro. Tengo malas noticias: en mes y medio el futuro te va a dar una leche que te va cambiar la vida.

No te preocupes, estarás bien. Muy bien.

PD: 20 años después tendrás fotos exactamente igual que esta pero con más canas. Iguales no. Estarás, estaréis más guapos.

PD: sigues sin probar los higos.

Originally published at www.cosasqmepasan.com.

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