Oda a los muebles de baño con patas, de toda la vida
La verdad es que el mundo se está volviendo loco. La falta de personalidad en los cuartos de baño debería estar penada. Y es que no es normal que por falta de asesoramiento o por intentar ir de modernos, le demos cada vez más la espalda a los muebles de baño con patas de toda la vida.
Esos muebles que encontrábamos en cualquier casa y que ahora, parecen no tener lugar en ninguna. Ni en la más sencilla. Bien, esto ocurre porque nos han hecho creer que todo el mobiliario sin patas es más práctico y cómodo. Vale, quizás es cierto. Pero lo que no nos dicen es que resta personalidad y encanto al cuarto de baño. Cómo oís. Un cuarto de baño con todo el mobiliario sostenido… no es un cuarto de baño.
El lavabo, el toallero o la mampara de la ducha, son elementos que deben estar fijados porque no nos queda otra, la verdad. Pero los accesorios del baño, los complementos o los estantes, no. Y aquí es donde aparece mi devoción por los muebles de baño con patas. Se trata del único mobiliario de baño que podremos mover y distribuir a nuestro antojo.
¿Por qué esta obsesión por los muebles de baño con patas?
Sus patas nos permiten sostener con mayor seguridad la encimera o cualquier elemento que queramos ponerle en su superficie. No agujerean la pared y además, acostumbran a ser más baratos. Pero ahora viene mi parte favorita. Si os encontráis en una de esas muchas semanas tan ajetreadas que no paráis por casa, no tendréis que preocuparos por la limpieza del baño ya que sus patas esconderá a la perfección nuestra especial enemistad con la escoba… por algún tiempo, claro.
Ahora enserio. Si sois personas un poco creativas — en cuanto a la decoración del hogar se refiere — y os gusta cambiar y renovar constantemente el estilo y la distribución del lavabo, los muebles de baño con patas son la mejor opción. Y sino, tranquilos. Siempre lo podéis hacer simplemente por llevar la contraria a los uniformes baños de los demás…