TeléfonoRoto
Contamos lo que pasa
13 min readDec 26, 2015

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GÉNESIS DEL GRUPO Y LA OBRA

Teatro Nephila está conformado por un grupo de artistas de base, con sede en Cali, quienes comparten intereses creativos en las artes escénicas. Creado por Jonathan Gutiérrez, Francisco Sierra, Diana Alvarez y Juan David Vélez en el 2013.

A partir de la obra “Pluma y la tempestad” de Arístides Vargas, el grupo concibe una proyectada trilogía de la cual “Pluma” es la primera parte, dirigida por Jonathan Gutiérrez y con la actuación del equipo fundador; es una obra con énfasis en la presencia expresiva del cuerpo a través de la danza y con una disposición escénica a la italiana, hace una radiografía de una familia nuclear disfuncional, en la que afloran tópicos como: los hijos no deseados, la drogadicción, el alcoholismo, la violencia intrafamiliar, la superficialidad en el vivir, el consumismo y la androginia. La obra propone un final abierto; mientras los padres se pelean, Pluma sale a la calle, abandona el hogar, táctica propicia para dar inicio a la segunda parte: La Vitrina.

DESNUDOS ESTAMOS, A LA DESNUDEZ LLEGAMOS

La Vitrina, retoma al personaje Pluma en un cuerpo femenino, seguimos al personaje andrógino, de género ambiguo tanto con el cuerpo como con el comportamiento. Es política de la propuesta escénica asumir la libertad de género dentro de los acontecimientos en que se participa en la performance. La obra pone su acento en lo que a Pluma sucedió después de haber escapado de la casa de sus padres. Tras dar muchas vueltas llega a manos de un proxeneta que explota su cuerpo, reduciéndolo a valor de uso y a valor de cambio, en medio de un ambiente sórdido y estridente que confronta su forma de ser y de estar en el mundo.

IMAGINARIOS Y RUTAS DE MUNDOS POSIBLES

Desde la estética propuesta, el tiempo real llega a superar el tiempo dramático desafiando el canon, porque la presencia exige un trabajo en proceso que se renueva en laboratorios de creación. Cada vez nos empoderamos más de nuestros cuerpos, ellos dibujan atmósferas, crean puentes, encarnan presencias, reclaman y agencian el goce en todos los cuerpos a partir de poner a prueba los sentidos. En La Vitrina se puede participar de la propuesta escénica con una agradable compañía, o hacer el recorrido en solitario y ser autónomo para tomar decisiones a lo largo de la obra, entonces hay libertad para participar de la propuesta escénica activamente, o para marginarse de ella disfrutando de la atmósfera festiva y continua que propone la obra, a lo largo de la acción en proceso que desarrollan: actores, artistas invitados, colaboradores y público; todos y cada uno de sus integrantes asume la libertad de establecer relaciones diversas durante el tiempo que dure la performance. La experiencia de habitabilidad que propicia Casa Fractal fraguó las iniciativas de inmersión, ellos dieron humana, profesional y creativamente todo de sí para hacer nuestras elecciones artísticas posibles. Participaron desde la colaboración y la confianza a reforzar el ambiente festivo y la atmósfera de burdel en que se sucede La Vitrina.

La obra propone la inmersión del espectador en un espacio no convencional en el que se recrea un burdel con acontecimientos que suceden en tiempo real, tanto de los actores como de los espectadores, nos propusimos trabajar con la arquitectura del espacio, aprovechar lo que emanaba de ella, sin entrar a manipularla con decorados, permitiendo que los muros mostrarán las huellas dejadas por el tiempo y el uso, destacando los rastros de otros ecos con poesía sensorial.

EL DESPEGUE MUEVE FIBRAS, URDE TRAMAS

Durante los meses de Junio y Julio del 2014, se convocó a los actores: Diana Alvarez, Juan David Vélez, Victor Hugo Enriquez y Lucía Amaya para iniciar con el montaje. Se empezó con un trabajo de mesa, analizando la obra, tratando de comprender su sentido profundo en todas las dimensiones: la palabra, el tema, el tiempo, el espacio, el sonido, el cuerpo, las texturas, la interacción. Preocupados por las diversas formas de asumir o de vivir el cuerpo y los roles sociales, desde posturas políticamente correctas o incorrectas, no excluyentes, como la comercialización de cuerpos mediante mecanismos de dominación, pero también una mirada al hedonismo y a la reivindicación de la libertad sexual, queriendo dar una mirada más amplia del ser puta. Fue así como llego el unipersonal: “Sí, soy una puta” de la escritora y activista norteamericana Clementine Caníval. Una vez incorporado este texto, la obra pidió una reescritura a la propuesta de Arístides, Lucía Amaya investigó sobre la prostitución asumida como profesión, observando que la demanda exige un aprendizaje certificado por parte de instituciones que garantizan la calidad del servicio, aval para el intercambio de bienes y servicios, a partir de ello, escribe el texto: “Instrucciones para una puta”. La dirección fue asumida por Jonathan Gutiérrez y Francisco Sierra. Cada actor daba voz y cuerpo a su personaje mediante el uso de la palabra, la postura del cuerpo en la acción y la habitabilidad del espacio. Diana Alvarez: Pluma, Juan David Vélez: El Chulo, Víctor Hugo Enriquez: La Gloria Nacional y Lucía Amaya: La puta.

DIÁLOGO HUMANIZADO

Los primeros encuentros se realizaron donde Víctor Hugo y Juan David, nos familiarizamos con los textos, luego en el teatro La Concha se fue haciendo la exploración escénica, sometiendo al equipo a un trabajo corporal exigente, buscando que los cuerpos adquirieran la energía expresiva que necesitaba la obra. Además es importante destacar que el trabajo físico en colectivo reafirma la cohesión estética, con disciplina, solidaridad y afecto, indispensables en las prácticas escénicas.

A finales de Agosto se produjo un receso debido al viaje de Jonathan a estudiar en La Compañía de Danza Contemporánea de Cuba, en su ausencia y coordinados por Francisco, realizamos trabajo físico y lecturas que nutrieran nuestras inquietudes, con el desayuno de trabajo como ritual, se alimentaba el cuerpo y la mente debatiendo sobre las diferentes formas como se asume el realismo en el teatro, dejando ver el estado del arte en que se hallaban nuestros puntos de vista personales y experienciales sobre la prostitución. Todo un abanico de ideas se iba abriendo en torno al tema, despertábamos interés por visitar juntos burdeles, bares con chicas prepagos, shows de strep tease, la necesidad de ver documentales, películas, leer artículos, ir a fiestas temáticas, etc. Nos sustrajo un buen tiempo un silencio reparador de energías y confrontador de interrogantes estéticos y expresivos. Reanudamos actividades en octubre, Jonathan quiso implementar con nosotros algunos ejercicios aprehendidos por él en Cuba y continuamos con la exploración cuerpo/texto en escena, alternando entre el Teatro La Concha y las casas de Víctor y Juan. El espacio convencional nos permitía explorar en colectivo acerca de nuestras destrezas y resistencias con los cuerpos y nuestra capacidad de estar juntos en interacción desde la confianza y el riesgo con el cuerpo.

TEJIENDO REALIDADES, CREANDO IMÁGENES

Así hicimos acopio del perfeccionamiento técnico de los medios de representación, queriendo apropiarnos del avance en la consecución del “mito del realismo integral”, pensando que la pintura, la literatura, el teatro o el cine podían duplicar la realidad, por tanto nos propusimos también crear una realidad alternativa, una ilusión muchas veces alejada de la realidad efectiva, de la ilusión compartida era posible crear, pusimos en riesgo nuestras propias realidades sirviéndonos de las bondades logradas tras la invención y el desarrollo de los generadores de realidad virtual y cómo dar el paso de lo virtual al mundo real era el meollo del asunto. Poco a poco pensando y creando el artificio que conlleva el síndrome de Alicia a través del espejo, un laberinto de espejos hacía posible el reflejo de la ipsiedad y de la otredad en el intercambio de pensamientos, imágenes y formas de estar presentes en el espacio, penetrando cada ser en una realidad alternativa que parece tener todos los atributos de una realidad objetiva y verdadera. Una mirada multiplicada, polifónica, develada, escudriñadora, penetrante, silente, esquiva, fugaz, dudosa, juguetona, etc., hacía presencia.

La obra se erige entonces como una golosina sensitiva, dispuesta de humor negro y sensualidad, que confronta los sentidos de los participantes, proponemos una visita atrevida, que arriesgue, que altere ritmos, para ser capaces de correr límites y de derrumbar fronteras en cuerpos dóciles, esto es lo que ofrecemos a los clientes-espectadores en La Vitrina.

SE AUGURAN BUENOS TIEMPOS

Octubre fue propicio para proseguir con la exploración en el Teatro La Concha. Hicimos encuentros en lugares atípicos para el trabajo creativo, más cotidianos para el diario vivir por la proximidad a Bellas Artes y la comodidad del encuentro como el Centro Comercial Centenario para hacer ajustes dramatúrgicos al texto, en esas tarde soleadas no faltó el helado para refrescar las neuronas. A principios de Noviembre Víctor Hugo se retira del trabajo y Lisímaco Núñez asume su papel. Lisi desde un comienzo fue la primera opción para Jonathan pero una vez le vio en “Ensayo General” con Fernando Vidal, lo sintió muy amanerado, por ello, abandonó la idea de integrarlo al equipo, la volvió a retomar después de verlo actuar en el “Destape del gordo” con Danilo Tenorio. Al vincularlo a la obra la dirección tenía un reto: lograr que dejara el estereotipo del actor, en tanto kinesis, proxemia y voz, que el registro vocal fuera lo más natural posible, trabajo que se conquistó satisfactoriamente. La escena del Diputado-Lisímaco se ensayó siempre en la habitación real del actor, tal como se hizo con Víctor Hugo en un comienzo, tanta fue la dosis de impregnación real que el edredón de la cama del actor fue a vestir la cama del personaje en el burdel: La Vitrina. Entre fines de Noviembre y principios de Diciembre llegamos a Casa Fractal, la meta era estrenar a mediados de Noviembre pero reflexionamos sobre lo ambicioso que resultaba y lo apresurados que íbamos, después de hablar un buen rato, decidimos parar, darnos un descanso y retomar en Febrero del 2015. Aun así, Casa Fractal nos dejó el espacio a nuestra disposición, nos sorprendíamos de las múltiples facetas que le íbamos conociendo, habitando los espacios de manera diversa, esa virtud se hacía cada vez más fascinante para nuestras aspiraciones de arte underground. Jonathan y Francisco visualizan el lugar donde iban a ir cada una de las escenas, a partir de esa distribución cada uno apropia el espacio y mediante un trabajo en proceso edifica su acción.

DESTINO HUACHO, PERU

Los primeros días de Enero nos fuimos de gira a Perú, por tierra, fue un viaje importante para el grupo, fuimos invitados con Pluma y con Fritzl Agonista: obra de Francisco y Lucía que se adhería a Teatro Nephila, al Festival El Tren 2015, Cuarto Encuentro Latinoamericano de Teatro “Recuperando el Norte”. Lisímaco no nos acompañó, pero además estuvo con nosotros Jaime Manrique de Casa Fractal y Teléfono roto y Luz Elena Dávila la novia de Juan David Vélez, quien más adelante entró a colaborar como puta en la performance de La Vitrina.

Al retornar a Cali, nos juntamos los viajeros y los amigos cercanos, candidatos a hacer sinergia en La Vitrina a mirar las fotos del recorrido, sus paisajes, su gente y de nuestro deambular por el sur, fue el primer acercamiento del grupo donde se alientan los ánimos para fijar la firme convicción de volver a retomar el montaje después de la dosis corpórea lograda en la gira, vestidos de energía renovada, compartiendo una buena mesa servida, avivamos la fuerza creadora hacia el montaje.

FOMENTANDO COLMENAS

Nos tomamos la casa en Marzo, ensayábamos casi todos los días o hacíamos tareas afines a la obra, habitamos el espacio como huéspedes, salíamos a medianoche o a la madrugada y a veces nos quedábamos allí, fueron verdaderos vínculos fraternos, profesionales y humanos como equipo. Los residentes de Casa Fractal, a partir de allí, empezaron a interactuar más con nuestro trabajo, a ver nuestros ensayos, cuadro a cuadro… daban sus opiniones, tomaban fotos, compartíamos un refresco, los alimentos, puntos de vista, risas, amistad… nos vincularon a su forma de operar y de ver las economías solidarias, fomentaban redes de colaboración e intercambio, nos unimos en abrazo solidario y creativo. Para aforar el espacio, echamos mano de muebles, objetos y vestuarios de nuestras propias casas, de las de algunos familiares o amigos y todo lo que Casa Fractal puso a nuestra disposición.

Y ESTO ES LA VITRINA

Mediante este esquema se viven los momentos en La Vitrina:

1. Antejardín / Arribo, antesala. Recepción de la audiencia. Se abre La Vitrina.

2. Fiesta e instalaciones / Ingreso, recorrido por las instalaciones dispuestas por el espacio con los personajes. Ambiente festivo.

3. Iniciación pluma / Pluma es acogida en el burdel, se le explicitan las reglas de juego.

4. Fiesta / Interacción por el burdel, performance musical.

5. Sí, soy una puta / Habitación con múltiples espejos. Reafirmación en el oficio.

6. Instrucciones para una puta / Intimidad entre mujeres, consejos para ser profesional.

7. Habitación / Pluma se prueba como profesional. Muerte del diputado.

8. Fiesta y epílogo / Después de una set musical y show erótico se habla con el público.

El Domingo, 8 de Marzo, a las 7 p.m, se hizo la obra por primera vez, probando todos los lenguajes, a manera de pre-estreno con público amigo invitado. Superada la prueba con público, nos lanzamos a programar la temporada de estreno. Decidimos hacer una función el Jueves a las 7:30 pm, y doble función los Viernes y Sábados, a las 7 y a las 9:30 pm, con una duración aproximada de dos horas y foro al final de la segunda función, cada función tuvo una duración aproximada de dos horas. En Casa Fractal se hicieron once funciones, se acentuaron los ensayos en la casa dos semanas antes del preestreno y durante las dos siguientes semanas en que se realizaron las presentaciones prácticamente vivimos con La Vitrina en Casa Fractal, fue nuestro albergue. Se dispuso minuciosamente lo que iría en cada espacio y la cantidad de participantes espectadores que podíamos recibir cómodamente: veinticinco; se realizó un ensayo a manera de laboratorio creativo continuo durante dos semanas para mantener la obra siempre en proceso de transformación en el ejercicio de habitar la casa, que funcionara como un site specific. La casa es un espacio multifuncional concebido para albergar proyectos y permitir en la habitabilidad el desarrollo de iniciativas culturales, La Vitrina recibió el apoyo incondicional humano de Casa Fractal, en la necesidad de crear una inmersión del público en el ambiente.

EPÍLOGO SONORO. RITUAL DEL SILENCIO

La obra se alista para la apertura con el clásico ritual de concentración colectiva donde se ultiman detalles en torno a la dirección, recepción y performance, cerrándolo con el clásico grito: MIERDA! MIERDA! MIERDA! Después de él entrábamos en el silencio profundo que delimita las responsabilidades individuales. El final también era asaltado por el silencio, hacía presencia después de un abrupto corte decidido por la dirección a la performance sonora del Dj, realizada por el artista visual: Carlos Gómez. A partir de allí es el público quien refunda el diálogo con la irrupción de su palabra acerca de su convivio en La Vitrina. Se da un intercambio con el público con su puesta en palabra de sensaciones provocadas, puntos de vista, experiencias, apetencias, divergencias, gestos y/o silencios. Como epílogo siempre queda la sensación que hacemos una obra viva, en constante construcción, compartimos el presente: actores-personajes y clientes-espectadores y nos despedimos entre risas y aplausos.

La fuerza de lo sonoro teje sutilmente los cuadros en la realidad itinerante de los citados para el convivio. Los beats sonoros determinan los cambios, crean ambientes festivos, incluyentes, propician el flujo, enfatizan la presencia, multiplican el intercambio en las comunicaciones abiertas que se agencian.

La búsqueda permanente tras la conquista de lograr la inmersión de los asistentes se vuelve una necesidad que inquieta e involucra a todo el equipo. Desde que La Vitrina se abre, la forma como es abordado el cliente espectador, anuncia el estilo convivial que está proponiendo la obra. Intentamos descolocar al espectador con una dosis de provocación a sus sentidos. El mayor reto consistió en involucrar al público desde lo creativo, consiguiendo que fuese uno más del engranaje que integraba cada noche el burdel y que su participación hiciera única e irrepetible la experiencia.

Próximas funciones:

Sábado 26, domingo 27 y 29 de Diciembre / 2015
Horario: 9:00 p.m. / Valor: $30.000
Info y reservas: 317 464 7870

Trailer de la obra:

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