La verdad del Apego mas halla de la crianza

Nicole Whitney Aldea-Martinez
Contingenciasocial
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8 min readOct 20, 2017

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La capacidad de Apego nos enlaza con la Teoría del Apego la cual fue desarrollada por el psicólogo John Bowlby” quien fue un Psicólogo y Psiquiatra especializado en la psicología infanto juvenil.

Pero ¿Qué es el Apego?, el apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres o cuidadores los cuales le proporcionan seguridad física y emocional lo cual le servirá para un buen desarrollo de su personalidad. El apego tiene que desarrollarlo la figura protectora hacia el niño, el Doctor Bowlby afirma:

“La capacidad de resiliencia frente a eventos estresantes que ocurren en el niño es influida por el patrón de apego o el vínculo que los individuos desarrollan durante el primer año de vida con el cuidador, generalmente la madre, aunque puede ser otra persona” ( Apego y pérdida: redescubriendo a John Bowlby).

Lo que quiere decir es que, si el niño en sus primeros años de vida crea un vínculo con una figura protectora estable, el niño durante todo su desarrollo logrará tener mayor resiliencia en situaciones estresantes, lo cual ciertamente le ayudará a generar una mayor autonomía, seguridad y autoestima que le favorecerá por toda su vida.

Cuando el apego no funciona de forma correcta, y el niño desarrolla un vínculo Ambivalente con su cuidador esto desarrollara un niño que tenga un Trastorno de Apego Reactivo lo cual se identifica por tener

“Escasa habilidad para responder emocionalmente y socialmente de manera adecuada” (Rygaard, 2008, pág. 30).

Lo cual nos deriva a un posible Comportamiento Antisocial en la infancia. Este Comportamiento Antisocial ciertamente es el comienzo de una seguidilla de futuros trastornos que desarrollara el niño en su etapa de adultez, este comportamiento Antisocial lo podemos ver:

“En niños que se comportan de forma violenta y oposicionistas, infringen las reglas sociales, presentan comportamientos agresivos, manifestaciones de ira y rabias continuas, no aceptan someterse a las normas y la mayoría tiene problemas escolares en cuanto a la conducta y rendimiento, en si tienen escasas habilidades sociales. Es muy probable que se comporten de manera ofensiva, mientan, roben, se peleen, cometan agresiones sexuales, no muestren consideración hacia los demás y tengan actitudes resentidas. Esto les suele llevar a ser vengativos y a involucrarse en peleas y enfrentamientos que pueden llegar a ser muy peligrosos” (PulevaSalud, 2016).

Lo cual nos lleva al siguiente punto de la empatía

1.1.1. Empatía

La empatía que desarrolla primeramente la figura protectora hacia al niño es la que enseñara el patrón de conducta al niño, es decir que, si la madre y/o padre son capaz de empatizar con las necesidades que tiene el niño y de actuar sobre estas, el niño conocerá esta manera de actuar e imitara esta empatía hacia su entorno.

“Los padres que tienen esta capacidad son capaces de sintonizar con el mundo interno de sus hijos para responder adecuadamente a sus necesidades”. (Barudy, 2016)

La empatía también se enlaza con la manera que tienen los padres de responder a las necesidades del niño, ya que si lo hacen de manera afectiva el stress del niño ciertamente se reducirá, pero vemos que si la respuesta de los padres es poco afectiva o directamente violenta el niño no reducirá su stress si no que más bien la aumentara

1.1.2. Modelos de Crianza

Los modelos de Crianza son las diferentes estructuras de crianza que desarrollan los padres con sus hijos, estas estructuras están compuestas por creencias, valores, normas y reglas en decir por el juicio moral el cual delimita el comportamiento dentro de la estructura familiar.

Los modelos de Crianza influyen en:

“Saber responder a las demandas de cuidados de un hijo o una hija, así como protegerle y educarle son el resultado de complejos procesos de aprendizaje. Estos se realizan de preferencia en la familia de origen, pero también en las redes sociales primarias. Al mismo tiempo que todo esto está influenciado por la cultura y las condiciones sociales de las personas.

Los modelos de crianza se transmiten como fenómenos culturales, de generación en generación. En estos modelos, las formas de percibir y comprender las necesidades de los niños están implícitamente o explícitamente incluidas, así como las respuestas para satisfacer estas necesidades, así como las formas prácticas para protegerles y educarles.

Los déficits en los modelos de crianza, tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo, son indicadores de incompetencia parental y casi siempre están vinculados a experiencias de malos tratos intrafamiliares en la infancia de los padres, así como a experiencias de institucionalización desprovistas de experiencias familiarizantes.

Otro eje fundamental de la prevención de los malos tratos es la promoción de una educación a la Parentalidad bien tratante como eje transversal en el currículum escolar.

Por otra parte, las intervenciones educativas para facilitar en los padres y madres que presentan indicadores de riesgo y/o que viven en contextos de riesgos, el aprendizaje de modelos de Parentalidad respetuosos y eficaces es también una forma de prevenir los malos tratos infantiles”. (Barudy, 2016)

Finalmente, los modelos de crianza son traspasados de generación en generación ya que son aprendidos por los hijos y luego puestos en práctica.

1.1.3. Capacidad Social o capacidad de participar en redes sociales y comunitarias

La Capacidad social tiene que ver con las habilidades que tienen las familias para vincularse socialmente con su entorno, si una familia tiene cercanía y participación en redes sociales o comunitarias su desarrollo como sistema será retroalimentado positivamente o negativamente por estas redes, lo cual ciertamente incidirá en el desarrollo de sus hijos.

En cuanto a la capacidad de participar en redes sociales podemos decir que es la:

“Capacidad de pedir, aportar y recibir ayuda de sus redes familiares y sociales, incluyendo las redes institucionales y profesionales que tienen como mandato promover la salud y el bienestar infantil. La Parentalidad es también el resultado de una práctica social, por lo tanto, las instituciones sanitarias, los jardines infantiles, las instituciones sociales de protección, tienen que conformar redes de apoyos visibles y confiables para apoyar la Parentalidad en las familias. La Parentalidad bien tratante como un fenómeno general, es en este sentido un indicador de la jerarquía que un Estado realiza en la atribución de recursos para promover y apoyar la vida familiar” (Barudy, 2016).

Por otro lado, dentro de los estilos de crianza ya mencionado existen diferentes tipos de paternidad en la cual nos centraremos en el tipo de Parentalidad Desprendida o Negligente que es una disfunción dentro de las habilidades. La cual se caracteriza por ser padres ni exigentes, ni flexibles, los cuales no se implican mayormente en la crianza de sus hijos. Estos padres se desentienden de sus responsabilidades parentales y se presenta como padres fríos y controladores, generalmente se apartan de las acciones que le comprometan con las responsabilidades y no establecen límites. Estos padres desprendidos tienden a omitir las emociones de sus hijos y las opiniones de estos, pero aun así entregan las necesidades básicas como la alimentación, vivienda y vestimenta

En cuanto a las otras funciones podemos centrarnos en la función educativa la cual se caracteriza por 4 aspectos que inciden en el desarrollo de los niños, son estos aspectos de los cuales nace la línea base teórica.

La función Educativa determina:

“El tipo de acceso a su mundo social y, por lo tanto, sus posibilidades de pertenecer a uno u otro tejido social. La integración de normas, reglas, leyes y tabúes que permiten el respeto de la integridad de las personas, incluyendo la de los propios niños en las dinámicas sociales, es uno de los éxitos de una parentalidad competente. La educación de un niño depende de los procesos relacionales, especialmente del tipo de vinculación emocional entre padres e hijos. Así pues, los niños aprenden a ser educados con y para alguien, siempre y cuando se sientan queridos y bien tratados”. (Ger, 2016, pág. 31)

· El afecto: cuando está presente refleja un modelo educativo nutritivo y bien tratante.

· La comunicación: los padres tienen que comunicarse con sus hijos en un ambiente de escucha mutua, respeto y empatía, pero manteniendo una jerarquía de competencias.

· El apoyo en los procesos de desarrollo y las exigencias de la madurez: los padres competentes estimulan y apoyan a sus hijos, y además les plantean retos para estimular sus logros, proporcionándoles reconocimiento y gratificación.

· El control: Los niños necesitan a los adultos para poder desarrollar una inteligencia emocional y relacional, es decir, para poder controlar sus emociones, impulsos y deseos. La adquisición de auto control es posible si antes se ha experimentado un control externo regulador como el que hacen unos padres competentes, los cuales están atentos a las necesidades de sus hijos y les facilitan en cada oportunidad límites y normas a la vez que crean espacios de conversación y reflexión sobre sus vivencias emocionales, las formas de controlar sus emociones, así como las formas adaptativas y adecuadas de comportarse. Estos padres ante el incumpliendo de las normas promueven procesos de reflexión para ayudar a sus hijos a integrar la responsabilidad de sus actos y aprender de los propios errores, ayudándoles a repararlos. (Ger, 2016, pág. 31)

Fuente: Extracto de mi Tesis de Trabajo Social Proyecto Social “Familia Unida”

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Nicoles es Australiana-Chilena y Asistente Social, Diplomada en Gestión Moderna de Bienestares.

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Nicole Whitney Aldea-Martinez
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Trabajadora Social; Hablemos, analicemos y conozcamos un poco la sociedad en la cual vivimos y quizás a todos nos falta un poco de humanidad y empatia