Parque Forestal Rubén Darío: el verdadero nombre olvidado

Benjamín Contalba
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3 min readNov 13, 2018

En el parque Forestal, un monumento a la memoria descansa bajo la sombra de gigantes árboles. En la placa dice: Rubén Darío, homenaje al inmortal poeta nicaragüense. Así, casi al borde del empalme entre Ismael Valdés y calle Monjitas, “Narcizo”, la obra del escultor chileno Raúl Vargas, rememora desde 1945, el paso del poeta nicaragüense por Chile, cuyo nombre bautiza hoy, al parque de la Municipalidad de Santiago.

Por Benjamín Contalba

Romántico y silente, el hombre de bronce se contempla a sí mismo reflejado en el agua. Sostiene una flauta de Pan, dios griego de la música, la danza y los bosques. Detrás, un muro vertical de piedra, bajo la figura de una lira en relieve, lleva escrito un cuarteto de Darío:

“Por eso, ser sincero es ser potente

de desnuda que está brilla la estrella

El agua dice el alma de la fuente

en la voz de cristal que fluye de ella”

Rubén Darío, fue conocido como “El Príncipe de la Lengua Castellana”. Su talento afloraba desde pequeño. Ya con 13 años, publicaba por primera vez en el diario nicaragüense de la ciudad de Rivas, El Termómetro. En tintes de una elegía, su primera prosa pública titulada, “Una lágrima”, lo posicionó de a poco en el mundo literario hasta alcanzar la fama de “poeta niño”.

Fue la misma suerte que posicionó a Rubén Darío en tierras chilenas. Huyendo de infortunio en el amor y aconsejado por amistades, vivió en Chile una de las etapas más importantes de su vida literaria. “Amor sensual, amor de tierra caliente, amor de primera juventud, amor de poeta y de hiperestésico, de imaginativo”, resume en su autobiografía, su estancia de tres años por la capital.

“Sus obras marcaron un antes y un después en la literatura. Es conocido como el máximo representante del modernismo literario de lengua española”, dice Hugo Bello, doctor en literatura de la Universidad Alberto Hurtado. “Parte de sus libros más reconocidos, “Azul” y “Abrojos”, los escribió en Chile para describir con su particular estilo, como fue convivir con la elite chilena, sus amistades y las cosas que lo conquistaron acá”, dice Bello.

Rubén Darío tuvo amistades con el prematuramente fallecido poeta Pedro Balmaceda Toro, hijo del Presidente José Manuel Balmaceda, que conoció mientras trabajó en el diario “La Época”. Tuvo la oportunidad de trabajar en el medio “El Heraldo”, en el que pudo publicar obras como “Abrojos”, “Azul”, “Rimas”, entre otros.

Algunas memorias bajo la lupa de Rubén Darío

En febrero de 2016, se celebró el centenario de la muerte de Rubén Darío junto a autoridades chilenas y representantes nicaragüenses. El mismo año, la Biblioteca Nacional de Chile, donó 680 piezas originales de una importante colección de borradores, poemas, ensayos y cartas del poeta a políticos y otros escritores.

Para el músico y compositor nacional, Nano Stern, el monumento de Rubén Darío simboliza un espacio de encuentro personal que reflejó en la canción “Voz de cristal” en su EP “Santiago”. “Siempre que puedo me detengo en esa plaza llena de transeúntes libres. Siempre hay alguien contemplando la memoria de Darío. A mi en lo personal, me cautiva mucho su prosa y quise transmitir algo de su magia en esta canción”, dice Stern.

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