Acelera, acelera, acelera…
Me dijo:
¿Y no hay tiempo para hacer más cosas? Acelera, acelera, acelera … porqué al final bien o mal todos vamos a morir …
Con media sonrisa y con los ojos tirados a pensar en la frase que seguía advirtió,
—quizás suene algo psicópata…
y continuo,
Todos los días tengo que aprender algo, y no me voy a dormir si no lo he hecho. Me pregunto qué aprendí hoy, y si creo no haber aprendido; no puedo dormir, me levanto y no vuelvo a la cama hasta que he aprendido algo. Ahora para que no me tome mucho tiempo abro el diccionario y aprendo una palabra… cuando ya la aprendí, voy a dormir.
Siempre se puede hacer algo más,
me dijo.
El resto de la tarde me quedé pensando en eso. ¿Lo qué aprendí hoy? Hoy agregué una migaja más a mi ciudad. Una construcción, aún no se si filosófica desde la raíz, pero si un punto de atención en la dirección de vida.
Después la conversación fue y vino, nos detuvimos como un relámpago en lo que la felicidad es, yo simplemente dije — lo que no te cause pesar. Tal vez si, tal vez, no. Ahora el foco está en aprender, reaprender, desaprender y aprehender y volver a buscar lo que a cada uno le haga feliz, con esa idea de felicidad que cada uno tenga.
Estos días he aprendido mucho…bajo la premisa: nada se pierde, todo se transforma.