La coyuntura

La coyuntura, esa cosa que une dos huesos, y también esa cosa que tenemos que mirar para no perdernos las características del momento, pero que tampoco puede ser el árbol que nos tape el bosque. Sin embargo, es un árbol que no podemos dejar de mirar, de trepar, de tocar, de estudiar, ya que es parte del bosque, y es la parte que define al presente y lo hace ser cómo es.

Pero tampoco podemos ver sólo la coyuntura e ignorar al bosque. Esto pasa tanto como lo otro y es igual de peligroso, ya que nos quedamos sólo en lo coyuntural, y cuando esto queda en el pasado, podemos darnos cuenta que sólo era eso, algo coyuntural.

Escribiendo estas lineas me di cuenta de la connotación de esta frase “algo coyuntural”. Personalmente me sonó siempre a algo del momento, que pasaría y quedaría en el pasado sin demasiada pena ni gloria. Esta interpretación dejaba entrever que detrás de lo coyuntural siempre hay algo más, y que ese algo más es lo importante.

Sin duda hay algo más. Ahora bien, como decía al principio, “lo coyuntural” si le sacamos tanto la carga negativa como lo contrario, se vuelve algo muy importante. Es la forma concreta que toma eso de fondo en el momento. Son las características especificas del fenómeno en el presente. Es la nueva cara de algo viejo. Es la reinvención de lo olvidado. Es la nueva materialización de lo desaparecido.

Quizás sea otra forma de pensar el tema de la Forma y el Contenido. Posiblemente esto no sea exacto, pero el dilema creo es similar. No podemos mirar una cosa sin ver la otra. No podemos terminar de comprender una sin la otra. No podemos justificar el olvido de una de las partes. Si lo olvidamos, es un error a corregir, y si manifiestamente elegimos ignorarla, estaremos en terreno resbaladizo.

Resbalarse no siempre está mal. Hay veces en que es necesario y no queda otra, pero sin dudas son pocas las personas que conscientemente buscan resbalarse. O dicho de otra manera, hay muchas que buscan caminar con seguridad, apoyando firmemente el pie antes de dar otro paso. Desentrañar la coyuntura puede ser ese apoyo firme, ese interés por la forma, para así poder dar otro paso firme con el contenido.

Como dije al comienzo, también puede ser una resbalada sin fin, una patinada a la nada, un choque contra la pared. Y si así fuere, nos serviría como posibilidad de superación, ya que aunque no queramos, la coyuntura está ahí al frente nuestro.