Expectativa VS Realidad: Las Reacciones (Inesperadas) de la Familia

Capítulo 1: Mi familia

Empezamos por mi familia porque en orden cronológico, fueron los primeros en enterarse.

Mi tío Juan

La primera persona que se enteró fue mi tío Juan. ¿Por qué? Necesitábamos su consejo sobre si contarle o no a mi mamá, dada su situación de salud. Le mandamos la foto del ultrasonido a su WhatsApp mientras estábamos en una llamada con él. Lo que pasó a continuación fue una avalancha emocional. Pudimos escuchar cómo su voz se quebró, cómo las palabras “felicitaciones” y “qué chingón” se entrelazaban con sollozos de alegría. “Es una gran etapa, se la van a pasar poca madre,” nos aseguró, como augurando que todo sería perfecto.

Mi papá y la historia de sus amigos

Esa noche, dormimos en casa de mi papá. La conversación se centró en seguros médicos y chequeos anuales, un pretexto perfecto para introducir el tema. Cuando le pasé el folder con el ultrasonido, mi papá y su esposa, se emocionaron y lloraron, después nos felicitaron y abrazaron y ya mas tranquilos nos platicaron una historia: Mi papá recordó cómo hace tan solo una semana, sus amigos habían dicho, en tono de broma, que él “nunca sería abuelo” así como ellos porque sus hijos no querían tener hijos. Al conocer la noticia, su risa triunfante resonó como una dulce venganza.

Mi mamá

A mi mamá le dijimos que le traíamos un regalo, pero el regalo era un mameluco y un chupón de bebé. Mi mamá se quedó pasmada. Cayó en el sofá y se quedó allí, con la boca abierta, durante lo que parecieron eternidades. Pero cuando se recuperó, sus lágrimas y felicitaciones fueron igual de intensas.

Otros miembros de la familia

Mi hermana, mi abuelita y mi tío Pepe fueron informados en días posteriores. Las caras de sorpresa se convirtieron en sonrisas, y las sonrisas en abrazos apretados. Comenzaron a llover los típicos consejos: “Duerman todo lo que puedan ahora” y “aprovechen el tiempo mientras puedan”.

Capítulo 2: La familia de Dany

El anuncio dulce

La tensión era palpable mientras nos dirigíamos a la casa de la familia de Dany para la comida del domingo. En la cajuela llevábamos un pastel muy especial, y a pesar de que había mucho tráfico ese día, la anticipación nos hizo olvidar cualquier molestia. “Espero que les guste el postre,” le dije a Dany, ambos sabíamos que no hablábamos solo del pastel.

La gran revelación

Al llegar, saludamos a todos como si fuera un día más, escondiendo las sonrisas nerviosas que traíamos desde que nos enteramos de la noticia. Con todos reunidos en la sala, Dany anunció: “Trajimos un postre que tienen que ver”. Mientras Dany y yo íbamos a buscar el pastel del coche, las expectativas comenzaron a crecer. Al volver, colocamos el pastel en el centro de la mesa, revelando un decorado único: un muñequito embarazado con un cartel que decía “Salimos positivos y no es COVID”.

Emociones desbordadas

Las caras de sorpresa dieron paso a expresiones de júbilo incontenible. Las hermanas de Dany rompieron en lágrimas, entre mezcla de incredulidad y felicidad. Se voltearon a mirarla y exclamaron: “¿No mames, es neta?” Confirmamos con un “sí” emocionado, y el ambiente cambió radicalmente. La sala se llenó de abrazos y exclamaciones emocionadas. “¡Muchas felicidades, qué padre, qué bonita noticia!” Nos decía la mamá de Dany, llorando de alegría.

Una intuición familiar

En un contraste sorprendente con mi familia, que no vio venir la noticia, una de las hermanas de Dany nos miró con ojos brillantes y dijo: “Sabía que no se iban a esperar y que no pasaba de este año”. Esta observación agregó otra capa de emoción al momento; no solo estábamos expandiendo nuestra familia, sino que nuestra decisión parecía haber sido intuida por aquellos que nos conocen mejor.

La sorpresa de su papá

Si bien todos mostraron su emoción casi de inmediato, el papá de Dany se quedó en un estado de shock momentáneo. Le tomó unos minutos procesar la gran noticia. Pero cuando lo hizo, su abrazo fue igualmente caluroso y emocionante, un gesto que valía más que mil palabras.

El efecto residual

El resto de la comida estuvo marcado por una atmósfera de euforia y cariño. Conversaciones sobre nombres de bebés, discusiones sobre quién sería el padrino o madrina, y consejos sobre la paternidad llenaron el aire. Era como si una nueva capa de amor y conexión hubiera cubierto a toda la familia.

Capítulo 3: Los amigos

Los primeros en saber: Jorge, Mauri y Alexis

Jorge, esposo de Nadia, quien fue la primera en saber, se convirtió en el primer amigo en conocer la noticia. Cuando hablé con él, se escuchaba la emoción en su voz y él, al ya ser papá, me dijo “Bienvenido al club”. Mauri, mi mejor amigo que ahora vive en Canadá, se enteró a través de un simple mensaje de texto en el que le compartí una mala noticia y luego la buena noticia. Lo dejé como pato y tardó minutos en saber como reaccionar para al final felicitarnos y mandarnos muchos abrazos. Al día de hoy todavía recibo mensajes suyos de incredulidad diciendo “No manches, vas a ser papá!”. Y Alexis, el último de mis tres mejores, lo supo en persona durante un juego de pádel. A cada uno, le enfaticé que tenían que ser los primeros en saber porque son mis mejores amigos, pilares fundamentales en mi vida.

Las mejores amigas de Dany: Noche de revelación

Para las amigas de Dany, ella quería platicarles en un desayuno o en un café, pero ellas insistían en verse en el antro. Dany, para no querer revelar nada sospechoso, aceptó y fuimos al antro con ellas. Al principio, no se creyeron la noticia, pensando que Dany estaba haciendo una broma para no beber. Les repitió varias veces que no era broma e incluso les mostró el ultrasonido, pero aún así, no lo creían. Fue hasta que Dany les mostró una foto de la prueba de embarazo cuando la incredulidad se transformó en gritos de emoción, abrazos y lágrimas de felicidad. Comenzaron a teorizar sobre el género del bebé y a discutir sobre quién sería la madrina.

Otros amigos: La foto instantánea

Para el resto de mis amigos, organizamos una pequeña reunión en mi casa. Les pedí que se agruparan para una foto con la cámara instantánea. Cuando me pidieron ver la foto, cambié la foto por una anterior que tenía las pruebas de embarazo y un texto “Baby on the Way”. Cuando vieron la foto, la habitación explotó en un caos alegre.

La felicidad es contagiosa

La felicidad es contagiosa. Y, a medida que más personas se enteran, sentimos que nuestra pequeña familia ya está rodeada de amor y expectativas positivas. Todos confían en que seremos buenos padres, y esa confianza nos eleva.

Así que aquí estamos, esperando ansiosamente el final del primer trimestre para hacer el anuncio público. Pero para aquellos que ya lo saben, sus reacciones han sido un hermoso preludio de lo que está por venir.

No se pierdan la próxima semana, donde nos adentraremos en una aventura que todo futuro padre y madre enfrenta en algún momento: encontrar al doctor “Perfecto”. Prepárense para un viaje lleno de decisiones, dilemas y quizás alguna que otra sorpresa.

¡Hasta la próxima semana!

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Eddy Pulido
Crónicas de un biberón: El diario de un papá primerizo

Company builder y futuro papá. Explorando cada momento mágico y desafío de la paternidad en “Crónicas de un Biberón”