Innovemos en Navidad, pero no olvidemos nuestras tradiciones

Jose Molina
cremat
Published in
3 min readDec 31, 2016

En la cocina debemos arriesgarnos e innovar de vez en cuando, pero nunca olvidarnos de nuestro pasado y nuestras tradiciones.

Ya tenía yo ganas de escribir esta entrada, pero los polvorones, el cava, el turrón y el pavo no me lo han permitido hacer antes.

Os cuento: Cada año, con la llegada de la Navidad intento aportar un granito de creatividad a las cenas y comidas navideñas de mi familia con poco éxito. Por un motivo u otro mis padres, abuelas, primos y mis tíos se siguen aferrando a lo tradicional, a las recetas de toda la vida. Para mi resultaba algo frustrante hasta que comprendí porque era tan importante mantener las tradiciones.

En casa de mi tía abuela, en Navidad se come puchero Navideño. Un caldo a base de verduras y carcasas de pollo de corral que se cuece a fuego lento durante horas desde primera hora de la mañana hasta la hora de la comida y con un sabor y potencia que ni os quiero contar. Pero esto solo es el entrante.

A continuación llega el desfile de platos hasta arriba de garbanzos, chorizo, blanquet, butifarra, ternera cocida, pollo de corral, tocino, morro… Para finalizar y por si algún valiente todavía se queda con hambre vienen los turrones y la pilota, un dulce tradicional de origen árabe que lleva generaciones en mi familia y del que pronto os daré la receta.

Parte del cocido Navideño antes de ser servido

Después de esta grandiosa comilona anual, por fin llegué a la siguiente conclusión: Nos gusta lo clásico en la comida, porque nos une a nuestros orígenes, a la familia y a nuestras tradiciones más ancestrales.

Me viene entonces a la mente esa escena de Ratatouille (mi peli favorita de Disney) en la que el severo y elitista Anton Ego es transportado directo a su infancia al probar el Ratatouille (el plato que precisamente le da nombre a la película) que el ratoncito Rémy prepara con gran cariño con la ayuda de su amigo Lingüini.

Es entonces cuando asocio esta escena de Ratatouille con la comida de Navidad de mi familia y por consiguiente de las comidas de familia de todo el mundo. Cada plato, cada ingrediente, cada bocado, nos transporta al pasado, nos hace recordar y nos despierta una serie de emociones.

Y precisamente esa es una de las cosas que más me fascinan de la gastronomía; Su capacidad de transmitir emociones, haciéndonos conectar con nuestros recuerdos con tan solo un bocado.

Crear, innovar y experimentar es necesario para evolucionar gastronómicamente, pero nunca debemos perder de vista nuestras tradiciones y vínculo con el pasado.

De aquí a un año volveré a sentarme en la mesa de mi tía abuela Maricarmen y ahí estará su puchero Navideño para recordármelo.

¡Feliz 2017 amig@s!

--

--

Jose Molina
cremat
Editor for

Disfruto comiendo y bebiendo y escribo sobre ello en medium.com/cremat | Filmmaker, photographer & content creator para blixt.tv