“Es que tengo otro novio”

Ricardo
Crónica de una vida improvisada.
2 min readJan 11, 2015

Mi novia tiene otro novio y yo tengo otra novia.

La primer novia es linda, atenta. Presta atención cuando le hablo y me contesta con dulzura.

La primer novia es bonita, se viste bien cuando salimos y se preocupa por su peinado.

La primer novia quiere conocerme; me pregunta de mi pasado, de mi presente. Sin juzgar, me escucha atentamente.

La primer novia sabe cuando responder a mis besos y cuando es mejor tomarnos las cosas con calma.

Quiero mucho a la primer novia.

La otra novia es increíble, no dejo de pensar en ella. La otra novia es la mejor novia que alguien puede desear. Me quiere como nadie me ha querido.

Me conoce, me entiende. No me juzga, pero me llama la atención cuando es necesario.

La otra novia es muy bella, no solo físicamente — porque si es muy bella — sino también en alma, en esencia.

La otra novia conoce mis defectos, los tolera y me ayuda a mejorar cada día.

La otra novia entiende que no todos los días son buenos, que despertar con el pie izquierdo no significa que la dejé de querer, sino que necesito su compañía.

Amo a la otra novia.

Mi novia también tiene otro novio.

Aún no lo conozco, espero que sea un tipo genial. Debe serlo. Seguramente es más atento, más romántico.

El otro novio debe conocerla mejor; sus manías y sus fortalezas. La apoya en momentos difíciles y celebra con ella sus triunfos.

El otro novio seguro conoce a su familia y lo aman. Debe ser caballeroso y acomedido. Seguro hasta lava los trastes cuando lo invitan a comer.

Espero que mi novia ame al otro novio, se ve que lo merece.

Mi novia tiene otro novio y yo tengo otra novia.

Es ella y soy yo.

La otra novia es simplemente mi novia luego de vivir todas las aventuras que planeamos juntos. Luego de conocernos, entendernos. De querernos.

La otra novia es mi novia después de cumplir ese viaje a Guanajuato, y después de aquella noche acampando a la luz de las estrellas.

La otra novia es mi novia luego de conocer a su familia, que me presenta como aquel que le roba el aliento y la visita en sueños.

Y el otro novio soy yo, cuando completemos aquel rompecabezas (dos veces porque su perrita lo deshizo la primera vez).

El otro novio soy yo, cuando tengamos nuestros matching holiday sweaters.; comprados porque somos pésimos tejiendo.

El otro novio soy yo. La otra novia es ella. Lo seremos.

Ya quiero conocer a la otra novia. Seguramente vamos a ser muy felices.

No hay otro novio.
Siempre fui yo.

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Ricardo
Crónica de una vida improvisada.

«Hoy me dio un ataque como de tristeza y así, pero luego no tuve tiempo. Entonces resulta una terapia muy buena»