Registro 4127/G
El examen inicial, como era de esperarse, no me dio información concluyente acerca de las capacidades y funciones del cuerpo. Apenas una breve descripción de las características observables a través del instrumental óptico: un espécimen masculino de 37 gyros locales o 23 estándares, cubierto con piel que actualmente presenta una coloración blanca, lívida, bajo el espectro observable. Algunos detalles adicionales me pueden dar una pista del desarrollo técnico — cultural si logramos descifrar la naturaleza y el significado etimológico de los parches de piel pintados, con tintas orgánicas y artificiales, de manera ornamental en las extremidades superiores y torso. Como muchos representantes de su especie, y contrario a la mayoría de su “parentesco” genético, carece de pelo en el cuerpo excepto en la cabeza, cara, extremidades inferiores, superiores y genitalia. El porqué de esta diferenciación entre las especies del planeta es parte de la investigación genética que otro miembro de la cohorte debe llevar a cabo. Ahora es momento de examinar con mayor detenimiento, por lo que me dispongo a realizar una revisión sensorial.
El relevamiento táctil denota una multitud de micro imperfecciones que me hablan de una existencia signada por el cambio e interacción con el mundo natural, una pista interesante que me habla de sus circunstancias sociales y quizás sus actividades diarias. Al introducir mi apéndices sensibles en la boca puedo notar el desgaste habitual por el movimiento continuo de molienda a través del cual logran reducir a pulpa la fuente de nutrientes para que su aparato de digestión la convierta químicamente en energía. El examen del resto de los orificios solo me da información de deformaciones leves que quizás resulten en problemas de salud. Un poco contrariado cambio el enfoque y recurro al análisis olfativo. Con una breve bocanada absorbo las feromonas (al parecer hubo alguna actividad sexual actual) y evaporación de aceites naturales producidos por su organismo, esto en conjunto con las muestras fecales nos darán una información más conclusiva acerca de su alimentación, aunque creo que mi propia teorización acerca de su cruel tradición de comer la carne de sus parientes es cierta.
El análisis auditivo no nos da más información que la conocida: unos aparatos circulatorio y respiratorio que funcionan en un ritmo sincopado controlado por lo que pensamos es la parte más simple en términos evolutivos de su cerebro. El ritmo de su corazón se eleva y acelera ahora, lo que me pone intranquilo ya que este experimento no fue sancionado por la autoridad seccional de la cohorte; no sería nada bueno que el espécimen despierte antes de depositarlo nuevamente en su cama. La cohorte cree que ya tiene toda la información necesaria para que sea exitosa la intervención y los experimentos están siendo abandonados por los sucesivos testimonios que los otros especímenes dieron a sus congéneres luego de despertar. Esta decisión además está apuntalada por los cientos de cuerpos que tuvieron que destruirse por errores en los experimentos. En fin, creo que lo mejor es devolverlo a su espacio de almacenamiento natural u hogar, como ellos lo llaman, lo que hago sintiendo algo de lastima por su futuro, después de todo forma parte de una especie industriosa y desarrollada, y es de admirar todo lo que logran con tan pocas herramientas cognitivas. Una verdadera lastima pero el diagnostico de la cohorte es claro y racional: la eutanasia es el camino a seguir.
Antes de dejarlo en su cama hurgo en su mente con la púa espectrográfica para buscar una definición culturalmente entendible para ellos, me gustaría obsequiarle un breve mensaje mental, un condicionamiento psicológico para que pueda aceptar su fin de una mejor manera de lo que pensamos que van a tomarlo el resto de los humanos. Genocidio. Curiosa palabra para definir la piedad intergaláctica de la cohorte.
