Palabras con “des-”

Bettie
Cuaderno de Retales
3 min readOct 18, 2014

Me he dejado arrastrar por ellas como si hubiera esperanza. Como si yo tuviera remedio. Como si te hubiera olvidado.

La noche siempre hace promesas, pero rara vez las cumple. Y aquí estoy yo, varada en la barra de una discoteca, abrazada a una botella y nada más. No, no nada más: también me acompaña tu sombra.

“Estoy bien”, les he dicho. Y he fingido una sonrisa que ya me sé de memoria. Supongo que ellas no, porque se han marchado con sus promesas cumplidas. Para colmo de males hoy he sido yo la que no ha tenido suerte.

Aquí abajo, donde naufrago, todo es oscuro y lento. Las luces que parpadean hacen que el mundo parezca irreal. ¿Y yo? ¿Soy real? ¿Y tú? ¿Lo eres? ¿Es real la herida que me has dejado?

Me paro a pensar en todas las palabras con “des-” que trajo de la mano el desamor que siguió al desengaño. Desesperanza, desasosiego, desilusión, desastre… Creo que prefería vivir engañada. Pero en estas cosas no hay vuelta atrás. Cierro los ojos intentando alejar el pensamiento y entonces te veo abrazándola, colocándole el pelo tras la oreja con una caricia -qué gesto tan barato-, apoyando tu frente en la suya, besándola con dulzura. Y no sé si me duele más que ella no era yo o no haberme dado cuenta antes.

Sacudo la cabeza. La imagen se marcha, pero el dolor se queda. Te detesto, sí. Te odio. Por lo que me hiciste, pero sobre todo por las mentiras. ¿Cuándo dejaste de quererme? Es más, ¿me quisiste en algún momento?

Doy un manotazo al vaso y lo aparto de mi vista: no hay razones para brindar. Cojo la botella por el cuello y bebo a morro, desesperada, perdida. Noto el calor del vodka bajando por mi garganta y me envalentono: no te necesito. No lloraré más por ti. Se acabaron los lamentos. Te he olvidado. Eres… alguien que conocía.

Pero entonces nos imagino haciendo el amor al ritmo de Somebody that I used to know, y la música es lo de menos. Cierro los ojos y noto tus manos abrazando mis caderas con violencia, tu proximidad hambrienta, tus ganas… Me acerco a ti, a tu calor, y te beso. ¡Lo he deseado tanto! No me importa lo que hicieras, no me importan tus mentiras, no me importa que me quieras a medias… Pero no vuelvas a dejar de tocarme nunca.

Abro los ojos y no eres tú.

Me doy cuenta de que puede que mi mente te haya olvidado, sí, pero mi cuerpo no lo ha hecho. Tengo propósito de enmienda, pero el síndrome de abstinencia es demasiado para mí. Así que, a falta de ti, usaré un parche.

Pondré punto y final a la noche en un cuarto de baño, o quizá en el asiento de atrás de un coche, enredada a un hombre que no eres tú, pero como si lo fueras. Cuando cierre los ojos tendrá tu cara y le pediré que no hable para poder escuchar tu voz. Cuando acabe me despediré prometiendo una llamada que no haré nunca y lloraré de camino a casa. Qué difícil es sacarte de mi sistema. ¡Mira! Se me ha ocurrido otra palabra con “des-”: desintoxicación. Cuánto me va a costar desintoxicarme de ti.

Sentir el desamor es como montar en bicicleta: si lo has experimentado alguna vez en tu vida no se olvida nunca.Supongo que por eso puedo seguir escribiendo estas cosas.

Originally published at cuadernoderetales.blogspot.com.es on October 18, 2014.

--

--

Bettie
Cuaderno de Retales

Ser pensante y escribiente.Profe. Ravenclaw. De pequeña me decían que me iba a volver loca de tanto leer. Debían de tener razón.