¿EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS?

Por Glenda Moreno

La Hojarasca cubana
El Cubano Libre
7 min readJan 19, 2018

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Foto tomada de Internet.

“El fin justifica los medios”, esta máxima del filósofo italiano Nicolás Maquiavelo ha sido bien puesta en práctica por el gobierno de los Estados Unidos, tal es el caso de la utilización de los medios de comunicación como recurso manipulador, el cual ha jugado un papel clave en toda la historia del Imperio norteamericano y hoy, más que siempre, no deja de desempeñar un rol protagónico.

Este uso de los medios para la manipulación de la Opinión Pública Internacional (OPI) le permite al gobierno de EEUU hacer que buena parte de la población mundial valide sus acciones, a la vez que le permite también ejercer influencia en órganos internacionales tan importantes como la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE), entre otros.

“(…) con el pensamiento del Hombre pasa como con los árboles, donde son pocas las raíces y muchas las hojas”. José Martí.

El periodista belga Michell Collon, plantea algo que es clave (utilizando el ejemplo de la Guerra del Golfo contra Sadam Husein 1990–1991): y es que si a la gente, a la Opinión Pública en general o a aquellos que van a lanzar una guerra se les dijera los verdaderos objetivos que se persiguen y la destrucción y cantidad de muertos que se generaría, una gran parte no los apoyaría.

Igualmente reflexiona sobre lo que hubiese pasado si, por ejemplo, a la sociedad norteamericana y a la de cualquiera de los países que participaron en su coalición, le hubieran hecho la siguiente pregunta: “¿Está usted de acuerdo con que se mate a millares de iraquíes para conservar el control del petróleo?” Sin duda que un sector seguiría pensando que estaría más que justificada la guerra, pero muchos, previsiblemente la mayoría, no secundaría sin embargo tan frívolamente los discursos belicistas como se ve a menudo.

Foto tomada de Internet.

El sociólogo norteamericano W. Mills denuncia como la población americana se ha transformado en un mercado que consume, más que en un público que produce ideas y opiniones. “Las personas apoyan al estado porque se han convertido en dependientes de sus servicios, lo han domesticado.” En dicho país, gracias al desarrollo del sector tecnológico se ha creado una nueva infraestructura de información, con una capacidad sin precedentes para la vigilancia de las masas, mecanismo que las hace más vulnerables ante las manipulaciones.

Internet, por ejemplo, es una de esas grandes infraestructuras de información y constituye el inicio de un proceso tecnológico que revolucionó el mundo de la información y las comunicaciones. Con la creación por el Departamento de Defensa estadounidense de la plataforma pionera “Arpanet”, se fue desarrollando un proceso vertiginoso de fusión tecnológica de redes y servicios hasta obtenerse la actual Internet. Entre 1975 y 1983 se realizaron pruebas de comunicación entre universidades de Estados Unidos, Inglaterra y Noruega, por lo que desde ese momento ya se apreciaba toda una definición por el gobierno de Estados Unidos de la trascendencia que tiene Internet, en primer lugar como recurso militar, así como cultural, político, ideológico o económico, en función de sus intereses hegemónicos.

Tanto es así, que desde la administración de Bush hijo se venían implementando diferentes acciones que evidencian la importancia concedida a Internet. Muestra evidente de la anterior afirmación es la decisión del presidente, en julio de 2007, de hacer pública la creación de un cuarto ejército en el país, el del ciberespacio. Este contaría con más de 25 000 efectivos con la misión de mantener la ventaja competitiva de las fuerzas armadas estadounidenses en este nuevo teatro de operaciones militares.

Foto tomada de Internet.

Quien primero se propuso para dirigir esta fuerza, el Teniente General de la Fuerza Aérea Robert Elder Jr. planteó: “El cambio cultural es que vamos a tratar Internet como un campo de guerra, y vamos a concentrarnos en él, y darle prioridad para acciones en el ciberespacio y acompañarlas si es necesario con acciones en el espacio aéreo y terrestre. Vamos a desarrollar junto con las universidades, guerreros ciberespaciales que sean capaces de reaccionar ante cualquier amenaza las 24 horas del día, durante los siete días de la semana”.

Tiempo atrás, en diciembre de 2005, el diario The New York Times, informaba que la CIA cooperaba con empresas del sector de las telecomunicaciones del país para concebir un programa capaz de interceptar comunicaciones a través de Internet, pero había un problema, era imposible registrar a todas las personas uno por uno. La solución fue Facebook, un programa que hizo que la gente registrara todo voluntariamente, sus actividades diarias, sus amigos y sus gustos en general. “La CIA invirtió 42 millones de dólares cuando el programa aún no era conocido, con el objetivo que Facebook tuviera el éxito que tiene ahora, y los medios utilizados para promocionar lo exitoso y los miles de millones que saldrían de sus acciones fueron la CNN y Wall Street. La empresa IQT (IN-Q-TEL) es un fondo de capitales para invertir en altas tecnologías y ha invertido millones de dólares en dicho programa, es válido decir que esta pertenece a la CIA.

Foto tomada de Internet.

Mecanismos como Facebook, Twitter, entre otros, brindan facilidades para conocer gustos, preferencias, maneras de actuar y características de la personalidad de los individuos, lo que provoca cierta vulnerabilidad ante posibles manipulaciones, de ahí la necesidad que los servidores que trafican información esté en su territorio y bajo su control.

Las cifras son alarmantes, “un reportaje de la revista norteamericana “Wired”, especializada en análisis sobre las tecnologías de las infocomunicaciones, afirma que hasta 20 mil millones de millones de contactos a través del ciberespacio han sido interceptados y almacenados por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos desde el año 2001. Añade que este gobierno construye “el centro de espionaje más grande del mundo” denominado Utah Data Center (UDA), que bajo una inversión de 2 mil millones pretende almacenar todo lo recogido en más de una década.

Situemos entonces algunos ejemplos utilizados por David Urra, que demuestran como EE.UU. ha maniobrado con la tecnología extendiéndola a varios países para manipular la OPI:

· En Irán se han creado redes independientes de comunicaciones con el objetivo de dar acceso a personas que, subvencionadas por entidades norteamericanas, podrían “transmitir” información útil a los intereses de EE.UU. Yahyanejad Mehdi, un iraní expatriado y co-fundador de un popular sitio Web en lengua persa, es copatrocinador de un proyecto con financiación estatal del Departamento de Estado para modificar la tecnología Bluetooth y que permitiría que un archivo que contiene, por ejemplo, un vídeo de un manifestante al ser golpeado, automáticamente saltaría de un teléfono a otro dentro de una “red de confianza” de los ciudadanos. Claro que, como ya hemos visto en muchas ocasiones este video puede ser trucado u obtenido de cualquier otro lugar y después diseminado como propio.

· En Libia se empleó a un hijo de disidentes radicados en EE.UU. nombrado Malik Ibrahim Sahad, quien utilizando una conexión vía satélite comercial en Bengasi, organizó una red de opositores que el controlaba desde Virginia en EE.UU. Este joven nunca había estado en Libia, pero se trasladó hacia allá financiado por los servicios estadounidenses para continuar con el trabajo de subversión. En una conversación con la revista norteamericana Times declaró “No creo que esta “revolución” podría haber tenido lugar sin la existencia de la World Wide Web”.

· En Siria el uso de la red de Internet y los teléfonos celulares está siendo empleado ampliamente para crear una imagen distorsionada de lo que allí sucede. Se conoce por ejemplo, que una famosa “víctima” del Gobierno Sirio y que ganó relevancia por sus “dramáticos” relatos de sus penurias desde “dentro de Siria”, resultó ser un “contratado” que escribía desde Londres.

· En la llamada “Primavera Árabe” los servicios de inteligencia norteamericanos utilizaron a varios “Internautas” máquinas, que empleando tecnología de punta proporcionada por estos servicios, enviaban cientos de mensajes a las redes sociales con distintos nombres y características para dar la imagen de caos, descontento o aceptación, según conviniera al caso, con el objetivo de manipular los estados de opinión con relación a lo que ocurría en la región.

· Durante las últimas elecciones en Venezuela, en el período de receso de campaña — días antes de las elecciones — la oposición envió miles de mensajes de texto a móviles en violación inclusive de las leyes venezolanas que prohíben esto, pero escudándose en el carácter oculto de estas acciones, pues es muy difícil determinar las fuentes de origen que pueden estar incluso en otro país.

Concisamente, estos ejemplos demuestran la necesidad que tiene el gobierno norteamericano de manipular la Opinión Pública Internacional, para lograr consensos y vender sus guerras imperiales, porque “no es quien tenga la bomba más grande quién ganará los conflictos del mañana, sino el que narre la mejor historia”, según John Arquilla y David Ronfeldt (1994).

“De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento”. José Martí

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