Estudiantes cubanos: ¿Y ahora para dónde voy?

Por Lorien Rodríguez

La Hojarasca cubana
El Cubano Libre
4 min readJan 15, 2018

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Fotografía de Ernesto Fresnillo.

Sin dudas una de las decisiones más difíciles de la vida es escoger nuestro rumbo profesional .Cuando llegamos al 12 grado sentimos la satisfacción de quien ya casi a terminado una de las etapas más importantes de su vida.

La magia, digamos, que se “propaga o se apaga” cuando hay que llenar las boletas con 10 opciones (opciones de posibles carreras universitarias a optar). El 10 tal vez parezca un número pequeño, pero para quien sabe que en 10 casillas se decide su futuro, es mucho más de lo que imaginan.

Entonces es cuando todos a tu alrededor, con las mejores intenciones de ayudar, te dicen que adoptes una actitud positiva ante el tema. Incluso en ocasiones llegamos a sentirnos presionados por la familia, casi olvidando que la decisión es sólo nuestra. Todos quieren decirte que es lo mejor y no se percatan de que no permiten que busques respuestas, incluso llegan a hacer que creas en las suyas.

Hay que dejar de coleccionar información del exterior y comenzar a buscar la nuestra.

La próxima fase son las reiteradas comparaciones con los compañeros, porque “ellos si sabían que estudiar” y en cambio nosotros siempre volvemos al punto cero. La verdad es que a veces nos sentimos atraídos por tantas CARRERAS, que no logramos definir cuál es la que más nos gusta. Lamentablemente, por cuestiones inherentes al tema, nos enfrascamos en buscar la opción que nos ofrece mayor “desenvolvimiento económico”.

Fotografía de Ernesto Fresnillo.

Mientras desgastamos el tiempo en eso, casi obviamos que la vida se nos va; cada día recibimos un billete de 24 horas, nos toca a nosotros desglosarlo por partidas, entonces ¿Qué sería mejor, un mal médico o una buena maestra? ¿Quién es más feliz?

El kit del asunto está en encontrar nuestra vocación y por supuesto en el esfuerzo que pongamos en nuestros estudios, porque esos sí que se convierten en otro tormento. Hay que saber auto exigirse. Si no ponemos todo nuestro empeño en ellos, algunos de los mayores anhelos podrían verse frustrados.

La buena suerte se produce cuando la correcta preparación coincide con la oportunidad, pero claro, si lo sueñas, lo puedes lograr. Cuando deseas algo verdaderamente con el corazón eres capaz de hacer doble, triple esfuerzo, y hasta más por conseguirlo.

Recuerda que sólo hay que tener en cuenta 10 palabras …ellas son la clave para el éxito.

Depende solamente de ti. Nunca hay que pensar que no se tiene nada en concreto; tal vez eres de los que prefiere las letras y te atrofian la “mates”, pero no hay de qué preocuparse. Hay que darle otro enfoque a nuestros problemas. Uno más amplio; pasemos de pensar en el qué estudiar, al qué ser.

Es esencial no dejar de asistir a las puertas abiertas en las universidades, busquemos ayuda profesional, no importa que la “pelota rebote” nuevamente hacia nosotros. Es normal, no se puede huir de las responsabilidades y sin dudas, por más apoyo que tengamos, la decisión continúa siendo nuestra.

Definir nuestro futuro nunca será tarea fácil, lo digo especialmente por aquellos que prefieren no presentarse a la Prueba de Ingreso, solo por miedo a estar bajo la presión de los exámenes, ya sea de Matemáticas, Español, Historia. A esos les llamaremos conformistas o cobardes; realmente es un poco complicado el camino pero si trabajas duro lo conseguirás.

Ese siempre tendrá que ser nuestro lema, que podría convertirse también en las palabras de un nuevo comienzo en la “gigantesca ciudad universitaria de Fidel”, o es que a caso ellos no se preguntan: ¿De dónde salen todos los medios que se ponen a su disposición para garantizar los estudios óptimos que desea el país? ¿Será que no quiero ser universitario?

No sé ustedes, pero a mí no me convencen mucho. Creo que uno no se puede rendir antes de intentarlo, así que ¡a la batalla! Nos restaría solamente, después de que se nos haya otorgado la carrera, convertir nuestra decisión en la principal motivación de todo. Cuba necesita hombres que se conviertan en buenos profesionales “que sean movidos por verdaderos sentimientos de amor”.

Lorien Rodríguez

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