Etiquetar

Por Vasily M. P.

La Hojarasca cubana
El Cubano Libre
4 min readFeb 7, 2018

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Imagen tomada de Internet.

Etiquetar en el castellano nuestro tiene que ver con ceremonias y con la socialización, con ponerle nombre o señales a las cosas para que signifiquen algo para las mayorías. En el contexto de las redes sociales, asunto bien modernista, no ha perdido ese significado y se magnifica, porque es como compartir información, conocimientos, fechas importantes, fotos, etc., con personas con las que tenemos algún trato y afinidad. También lo hacemos con aquellos que, de alguna forma, no concordamos en muchos aspectos, y deseamos «darle» una bofetada suave, a la manera más cívica posible, como una metáfora.

En el Facebook, esa mesa de comedor a la que nos sentamos todos, es una herramienta necesaria sobre todo para esos coterráneos que tienen el mal hábito de no escuchar, de imponerse, de ser como mismo somos en la vida real: poco ortodoxos.

Quizás en otros países, con sus culturas y tradiciones, no sea necesario etiquetar a los amigos en Facebook porque ellos mismos se buscan, se leen, se interesan. No me imagino a Leo Messi, por ejemplo, etiquetando personas para que lo lean lo que tenga que decir, ni a ningún presidente de ningún país (incluyendo a Trump con sus 22 millones de seguidores en redes y algo más).

No quiero ser absoluto, ni reduccionista, pero resulta que nosotros mismos no nos interesamos por lo que nuestros amigos publican. Siquiera cuando sus publicaciones son visualizadas en nuestros muros. Por ello se hace necesario que los etiquetemos. Es como si le agarrásemos el mentón para decirle, «aquí estoy, existo, ahora léeme esto que considero de tu interés».

Imagen tomada de Internet.

En este sentido trasladamos nuestra personalidad a lo que somos en la virtualidad del Facebook. Olvidamos, entonces, que en esa red social no existimos como seres de carne y hueso, si no, como ceros y unos, alimento de la fe de otros que creen que una foto de perfil, cúmulo de datos biográficos a veces sorprendentes, y algo más, somos nosotros de verdad.

Nos contradecimos porque lo que no hacemos en la vida real, tener muchos amigos incluyendo personas de otras latitudes que ni siquiera conocemos y darle entrada en información personal, lo hacemos aquí. Pero no dejamos de ser como en la realidad, faltos de interés por el otro y sin deseos de sumergirnos un tanto en sus realidades. Repito, digo esto sin ánimos de ser absolutista o reduccionista.

Los que tratamos de ser diferentes necesitamos ser escuchados también y por eso etiquetamos nuestra publicación. Pudiera ser un acto irrespetuoso porque vendría a ser como entrar en casa ajena y sin permiso, pero ya, en sí, el Facebook es eso, es entrar en la vida de cada uno de una manera ágil y bien precisa. Por lo que creo que cada cual acepta las reglas del juego una vez que se hace un perfil en Facebook y comienza a publicar sus contenidos.

Imagen tomada de Internet.

Intentar ir en contra de alguna de estas reglas es algo más que contradictorio. Enfadarse por ser etiquetado, pedir una y otra vez que no lo etiqueten, me parece más que risible, algo digno de lástima porque entonces sale a la luz nuestra imposibilidad de escuchar al otro y de atender a los llamados de cada cual.

Me resulta complicado de entender qué es lo molesto de ser etiquetado. Solo aparecerán más numeritos en rojo sobre la barra azul, a la derecha, en Notificaciones. Y solo si nuestra configuración de privacidad no permite que se nos etiquete, será un verdadero fastidio porque entonces la notificación será de aceptar que alguien te haya etiquetado. Y es comprobar entonces, ese contenido y luego decidir si aceptar o no. A mi juicio, la solución es bien sencilla: o quitamos esta imposibilidad de ser etiquetado en la configuración de privacidad, o nos salimos del Facebook. No olvidemos que es una red social, y es para socializar contenidos, no para quedarnos en casa, con la luz apagada y sin deseos de ver a nadie.

A diario, mis amigos me etiquetan. Trato de leerlos y responderles a todos. Comparto sus contenidos si me parecen bien, si no, solo cliqueo en Me Gusta. Cuando es mucha la afinidad, reacciono con Me Encanta y otros. Así, creo, deben ser las cosas en el Facebook. Al menos para eso fue que desde el 2010 me hice un perfil.

Vasily M. P.

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