Los medios de comunicación y el dominio imperialista.

Por Glenda Moreno

La Hojarasca cubana
El Cubano Libre
6 min readDec 21, 2017

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La última década del siglo XX y los años transcurridos de este siglo se han caracterizado, entre otras cosas, por el auge de una revolución tecnológica basada en las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.

Imagen tomada de Internet.

La globalización se ha acentuado de forma impresionante sobre la base de este vertiginoso desarrollo, dando lugar a la llamada brecha digital entre los países industrializados y los países en desarrollo, provocando así, que sea aún más amplia que las brechas que los separan en términos de otros indicadores de productividad, bienestar socio-económico y capacidad de innovación científico-tecnológica. Esto ha permitido que una minoría de países con poderío económico y tecnológico, domine y mantenga un continuo desarrollo en las telecomunicaciones, las redes de computadoras y la información, lo que constituye el pilar fundamental de una nueva revolución en la esfera del conocimiento, aumentando con ello el abismo existente entre ricos y pobres.

El constante y acelerado desarrollo del sector tecnológico y comunicacional, así como su fuerte vínculo con el sector militar, hace que un tema de análisis sea la llamada “guerra de cuarta generación”. En esta las posibilidades que estos medios brindan para la manipulación de la opinión pública mundial, han sido convertidas en armas estratégicas para algunos gobiernos — principalmente para Estados Unidos –, quien “innegablemente tiene el dominio casi absoluto a nivel mundial de las patentes del sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC)”.

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Estas potencialidades no han pasado desapercibidas por el gobierno norteamericano, quienes han apostado por un mayor apego al uso de los últimos adelantos en este sector, en aras de manipular la Opinión Pública Internacional (OPI)para salvaguardar los intereses del gobierno estadounidense. Proteger su seguridad nacional, mantener el control de los recursos naturales y energéticos a nivel mundial, neutralizar los procesos progresistas y desacreditar a sus líderes, apuntalar su supremacía en cuanto a lo económico, político, cultural y militar, son elementos medulares para sostener el sistema de relaciones capitalista. Todo esto le ha servido para incrementar su protagonismo en diferentes escenarios de conflictividad en la actualidad, tales como: Siria, Afganistán, Venezuela, la República Popular Democrática de Corea, Irán, Honduras y el propios pueblo de Estados Unidos, entre otros.

Imagen tomada de Internet.

Con este objetivo el gobierno de los Estados Unidos ha utilizado los avances de la ciencia y la tecnología para fortalecer sus intereses y consolidar su poder hegemónico y expansionista con el propósito de dominar el mundo, utilizando para ello todo su potencial. Por consiguiente, ha encontrado en el desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, y su rápida difusión y multiplicación, un instrumento moderno que le ha permitido manejar la realidad para concebir una Opinión Pública favorable a sus intereses, y se demuestra evidentemente en la utilización, desde los Medios Masivos de Comunicación (MMC) hasta las más modernas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).

El perfil político estadounidense está dirigido a profundizar cada día más en el paradigma de la globalización de la información y de la comunicación, sobre las bases de lo político-ideológico. Desde esa posición de vanguardia aseguran que si el mundo adopta una lengua común, ésta sea el inglés y se encargan de que las normas comunes en materia de telecomunicaciones, de seguridad y de calidad, sean estadounidenses, sucediendo de igual manera con la música, la radio y la televisión. Los diferentes gobiernos de dicho país, a lo largo de sus administraciones han trabajado sobre la base de estos objetivos.

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Conozcamos entonces, ¿cuáles son algunas de las potencialidades tecnológicas con las que cuenta Estados Unidos para manipular la OPI?

1. De las 300 primeras empresas de información y comunicación, 144 son estadounidenses.

2. De las 75 primeras empresas de prensa, 40 son de esa nación.

3. De las 88 primeras firmas de informática y telecomunicaciones, 40 son de los EE.UU.

De igual modo cuenta con “el dominio casi absoluto a nivel mundial de las patentes del sector de las TIC: el 93,5 por ciento en las redes de conmutación, el 92,3 por ciento en los ordenadores personales; además el 80,4 por ciento de los superordenadores utilizan chips fabricados por sus empresas, así como el 91,8 por ciento de los ordenadores personales y el 98 por ciento de la tecnología básica de los servidores utilizan sistemas operativos de Microsoft”.

La supuesta actitud norteamericana de promover el Internet y las TIC, no está determinada por la aparente “libertad de comunicación” que tanto se repite, siendo algunos de los aspectos desenmascarantes de estas acciones los expuestos por David Urra, cuando afirmó que:

a) El 95 % de la Internet está controlada por empresas de los países desarrollados y muy especialmente de EE.UU.

b) EE.UU. es el país que más restricciones y limitaciones ha impuesto a la red en el mundo.

Es decir, detrás de una aparente “buena acción” viene un interés, y es que EE.UU. con el control total de esta red, tiene mayor acceso para poder influir en las diferentes naciones.

Imagen tomada de Internet.

Pero ¿Por qué los servidores que trafican la información en la red de redes están en EE.UU.?

Es indudable que esta potencia mundial, cuenta con una sólida infraestructura, equipamientos y programas tecnológicos que le conceden facilidades para hacer y deshacer a su libre albedrío, y usa estas capacidades digitales para camuflar ante la Opinión Pública Internacional los verdaderos objetivos que persiguen, así como las guerras que llevan a cabo. Y es que en muchos casos a nivel mundial, como consecuencia de la información manipulada y deformada que reciben los individuos, se genera una Opinión Pública Internacional distorcionada, que muy a menudo no cuenta con otra fuente de información alternativa, todo ello provoca generalmente la vulnerabilidad, el apoyo y consentimiento de las personas para aprobar determinadas acciones.

Si realizamos un bosquejo sobre el contexto histórico latinoamericano y tercermundista, observaremos que muchos procesos inconclusos se pueden identificar con la búsqueda de nuevas alternativas y el nacimiento de novedosos ideales. A través del prisma de un fenómeno político-social, se evidencia una marcada intención de la imposición de todo tipo de injerencia colonial y hegemónica.

Imagen tomada de Internet.

Ante los esfuerzos de los pueblos por la defensa de la cultura e identidad, se hace obvio el rechazo a la dominación externa, que no solo implica el acto de resistencia sino de búsqueda emancipadora y de soberanía contra toda pretensión del sistema capitalista.

Podríamos incluso, afirmar que la cultura de la resistencia es la cultura de liberación, que no solo va encaminada al ejercicio de conservación y rescate sino también, al ejercicio de creación, de defensa permanente de los recursos autónomos y la capacidad de decidir sobre ellos. Solo de esta forma, pudiera el hombre aspirar a concretar su ideal liberador.

Glenda Moreno

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