Estrella del rap a tiempo parcial, vendedor de droga a jornada completa

DJ Too Tuff, uno de los DJ de hip-hop más dotados terminó en un mundo desesperado de tapricheo y crimen—le dispararon, le apuntaron con una pistola y lo raptaron, hasta que un diagnóstico de cáncer en prisión le dejó escapar.

Cuepoint en español
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22 min readMar 2, 2015

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Por Robbie Ettelson. Traducido por Bedelia Suárez López.

El DJ Too Tuff, de Filadelfia impresionó al mundo del hip-hop con su rápido comienzo en el grupo Tuff Crew, que se hicieron famosos en 1988 con su éxito «My Part Of Town». Tras la ruptura del grupo y sin contrato discográfico, Too Tuff comenzó a traficar para sobrevivir, y al mismo tiempo intentaba reconstruir su carrera musical. Esto le llevó a un camino traicionero a través del punto débil maligno de la vida urbana. Lo que ahora viene es una parte de las experiencias más increíbles de Too Tuff en las Badlands del norte de Filadelfia:

Crecí en el norte de Filadelfia, en Kensington, en las Badlands. Era uno de los pocos chicos blancos del barrio. Mi madre solía llevarme a la tienda de discos cuando era pequeño, y yo compraba uno o dos discos de Sugarhill Gang o Treacherous Three, Funky Four Plus One More, y quizás también de The Sequence. Así fue como conocí el mundo del hip-hop de Filadelfia en la tienda de discos Funk-O-Mart, en la que solía especializarme en equipos de DJ y en discos. Había un programa en la televisión llamado Graffiti Rock. ¿Ver a Run y DMC y Jam-Master Jay al fondo, haciendo cutting en directo? Era una locura para mí.

Jugaba al fútbol en el St. Joe’s Prep, una escuela preparatoria jesuita en la que me gradué. Era el mejor instituto de Filadelfia, y cuando yo estuve en él era extremadamente caro. Trabajaba en el Kentucky Fried Chicken. Ahorré y me compré unos tocadiscos. Uno de mis amigos con los que solía jugar al fútbol se hacía llamar Yo-Yo; su nombre real era Anthony Ray y lo asesinaron en 1997. Él fue quien me enseñó a cortar. Cortaba con la mezcladora en la izquierda y con mis dos tocadiscos en la derecha, y Yo-Yo solía cortar con los tocadiscos en la izquierda, así que lo que hacíamos era usar una mezcladora y cuatro tocadiscos y simplemente ir y volver en medio del parque.

Me dijo quién era Jazzy Jeff, Cash Money, Lightnin’ Rich, porque yo no sabía nada de todo eso. Cash Money ‘Echo Scratch’ o DJ Spinbad pinchando ‘Funky Scratch’. Nadie vendía mixtapes, así que llegabas a ellas si conseguías copias de otras copias, o también era posible que el programa de radio Power 99 las pusiera. Cash Money, Jazzy Jeff y Terminator X eran los tres DJ de los que yo quería aprender y moldearme combinando un poco de lo que ellos hacían.

Solíamos quedar en un sitio llamado Boom Bop Barbershop. Solíamos hacer batallas de agua y fiestas en el barrio en el Día de los Caídos con Mega Force. Mega Force es una compañía de Filadelfia que ponía altavoces que llegaban a todas las casas del barrio. En Filadelfia, antes de que se conocieran a los DJ, había equipos de sonido que solían moverse en furgonetas de los SWAT con un gran maletero y tenían altavoces amontonados en un lugar llamado The Plateau. Eso era de lo que Jazzy Jeff y Fresh Prince hablaban, «Hay un lugar llamado The Plateau, al que todo el mundo va». Así es como empezó el hip-hop en Filadelfia, en el parque.

DJ Jazzy Jeff en el proclamado Belmont Plateau en Filadelfia

Había un parque llamado Hart Park del que todos teníamos las llaves, así que solíamos ir y hacer batallas de breakdance. Los hijos de puta tenían linóleo en el suelo y Yo-Yo y yo teníamos unos altavoces enormes. En aquellos tiempos el breakdance y los graffitis tenían más influencia que el hip-hop, era un shock cultural para las personas. Una vez que vimos Beat Street, empezamos. Solíamos poner un alargador en frente de la puta casa o en la cancha de baloncesto y jugábamos ahí. Empezamos yendo a fiestas en casas por un dólar, y Ice solía venir y rimar en ellas. En este momento, mi MC era MC Mechanism cuando hacíamos fiestas en la calle o cuando hacíamos batallas de DJ.

Una vez, estábamos en el parque y vimos a este tío salir de una limusina diciendo que quería formar un grupo de rap. Estábamos en la calle Street City Rockers — la nación SCR—. El alcalde de Filadelfia solía tener una red anti-graffiti y solía contratar grupos de hip-hop para actuar en las fiestas de redes anti-graffiti para intentar frenar cualquier tipo de violencia donde ellos pensaban que iba a haber algo en relación con pandillas. El chico que iba en la limusina era Tony Mitchell. Él terminó siendo el CEO de Soo Def records, él y otro chico que se llamaba Calvin Fats, que tenía un montón de dinero y era una leyenda del barrio. Básicamente, él y Mitch pusieron el dinero para darnos una oportunidad. Tenía la idea de querer buscar chicos jóvenes que pudieran rapear.

Fotos de Tuff Crew de jóvenes, sobre 1987: en la izquierda, en las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia; en la derecha,aparentemente DJ Too Tuff no seguía la moda de los demás.

Tenía muchas ganas de ser DJ. Tuff Crew ya tenía un DJ, su nombre era Shiver. Tenía que hacer batallas con Shiver en las fiestas que hacíamos. Shiver no hacía scratch por mierdas, pero su padre era el dueño de una compañía de limusinas y nosotros solíamos montarnos en ellas. Duró poco cuando aparecí yo. Una vez que me convertí en el DJ de Tuff Crew me fui a la mierda. Sabía que no tenía que decir nada, así que en medio de las rimas, ¿cuándo llega el subidón? Mejor que sueltes tu mierda. Cuando estaba con DJ Yo-Yo mi nombre era DJ Spin, y antes era Disco Joe. La primera vez que actué con Tuff Crew en la batalla Nueva York vs. Filadelfia, Tone Love me llamó «Too Tuff». Cuando hicimos «Smooth Momentum», Ice [Dog] me llamó «The Detonator» [El Detonador].

Krown Rulers eran de Camden, pero Poo [MC Grand Poobah, para que no se le confunda con el Puba de Brand Nubian y Masters of Ceremony] era mi hombre. Nos acabamos reuniendo en la actuación de Skateland, lo metimos en el equipo y grabamos «Kick The Ball». Eso fue en el año 87. Warlock nos recogió. El primer álbum de Tuff Crew se llamó Phanjam y Krown Rulers fueron los únicos que destrozaron el maldito éxito del álbum — «Kick The Ball» — ¡nos sentíamos como unos gilipollas! Como, «¡joder! Los negratas nos dan por el culo en nuestro propio álbum»—. Esta mierda no fue coproducida por Ultramagnetic, estábamos en otra onda. ¡«Kick The Ball» daba en la clave, colega!

Cuando finalmente tuvimos la oportunidad de hacer un álbum en solitario, hicimos Danger Zone. Nos sentíamos en plan «Esta es nuestra respuesta». Durante un período de tiempo, desarrollas un ego. Hubo momentos en los que nos sentíamos menospreciados. Cuando hicimos «My Part Of Town» fue como, «¡joder!» Estaba de cojones.

Seguíamos siendo unos putos fans del hip-hop cuando salíamos. A veces escuchábamos una canción como «Bring The Noise» y decíamos «¡deberíamos hacernos un colectivo como el de Public Enemy!» Probábamos algo de James Brown, acelerábamos el bucle y le metíamos unos ruidos, como los repiques en «It’s Mad». Ese era nuestro propio homenaje, no copiar su estilo. Entre Phanjam y Danger Zone tuvimos una relación muy cercana con Ultramagnetic. La influencia que nos dieron, el equipo que nos permitieron usar y la manera en la que sampleaban la mierda, la cortaban y la juntaban de nuevo — si no hubiese existido Ultramagnetic, Tuff Crew tampoco existiría.

El scractch de DJ Too Tuff en «My Part Of Town» es considerado uno de los más ingeniosos en la historia del hip hop

Cada persona aportó algo que fue vital para la química que creó Tuff Crew. LA Kid hacía los beats y yo los breakbeats. Me enseñó todo lo que sé sobre los beats. Tone fue siempre el líder de Tuff Crew en el escenario. El podía mandar al grupo, los cabrones lo escuchaban; era escandaloso. Ice [Dog] era un negrata de otro nivel. Parecía un poco escurridizo ahí fuera, pero cuando entraba en escena era de otro puto nivel. Ice solía escribir muchas de las rimas, de ahí que sonaran tan cohesivas. Cuando hicimos «Smooth Momentum», Ice hizo toda la rima y luego añadió los versos. Luego ¿yo haciendo los cortes y siendo un tipo blanco? En aquellos tiempos eso era un gran logro. Solía entrar al escenario y todos decían, ¿es ese Too Tuff? «¡Exacto hijo de puta!». Iba a por todas. ¡Era el único blanco ahí!

«My Part Of Town», combinado con las ventas de los álbumes equivalían a cerca de 3,5 millones. Firmamos con la agencia de William Morris y nos reservaron actuaciones con Tone Loc y De La Soul por el sur, pero el dinero no estaba llegando de la manera adecuada. Mitch tuvo mucho que ver con la ruptura porque nos enfrentaba a los unos con los otros. El hecho de que nos dejaran una caja de ritmos y un lugar para hacer música nos permitía estar donde estábamos, y probablemente él se llevo todo el dinero que quiso para sus aventuras porque a nosotros nunca nos dieron todo lo que nos tenían que pagar.

Empezamos a trabajar en Still Dangerous [el cuarto álbum] y ahí fue cuando el grupo se rompió porque fue cuando el contrato se acabó. Los contratos individuales de Tuff Crew con Tony Mitchell duraban lo que a la dirección le interesaba, pero el contrato entre Soo Def y Warlock contaba con un álbum más. Tony Mitchell estaba en un lío porque estaba enganchando a Adam Levy de Warlock. Tone Love y yo dejamos el grupo y empezamos un proyecto llamado Danger Zone Mobb Squad. Era un single llamado «Flip’n Keeloz» y en el otro lado estaba «T.L. Back To Yell» con Mad G en Sure Shot Records.

Este «DJ cut» captura las habilidades supremas de Too Tuff en la mesa de mezclas

Ice Dog volvió a firmar finalmente con Soo Def Record porque Tony tenía una buena relación con la madre de Ice y si él podía convencerla, ella podría convencer a Ice. Ice Dog y LA Kidd [el sobrino de Mitchell] volvieron e hicieron el último álbum como Tuff Crew. Habían perdido a un DJ y a un MC, así que cogieron a varios tíos blancos para ser DJ. Había tres o cuatro cabrones que intentaron reemplazarme. Cualquiera podía haber estado en Tuff Crew en aquel momento. ¿Mientras Ice Dog estuviera ahí? Eso era todo lo que les preocupaba. Después cogieron a Smooth K, que solía ser un bailarín, ¡como segundo rapero! Lo pusieron en el lugar de Tone y luego empezó a hablar mierdas del álbum. ¡Tuff Crew estaba en guerra!

En el 94 Tuff Crew ya se había separado. Tony Mitchell desapareció completamente y nunca más lo vimos. Debía un montón de dinero a narcotraficantes a los que le pidió dinero para fundar el proyecto al principio y luego se endeudó jugando al 8-ball con muchas personas y pensó que lo mejor era desaparecer. Había mucha confusión. Ellos actuaban como, «joder, ¿están todos en la ruina? ¿Qué les paso?» Es una puta mierda ser famoso en tu propia ciudad y no tener ni un duro. Tu álbum está en la radio sonando cada dos por tres y tú lo estás pasando mal en una esquina, vendiendo crack.

Empezaron a encerrarme en ese entonces. Tenía la libertad condicional por una venta directa al oficial de Narcóticos cuando trapicheaba en Fairhill y Somerset. Era uno de los pocos blancos que tenía los cojones de hacerlo. Hay una esquina muy importante que ni de coña podías atracar. Esos eran hombres, dominicanos y puertoriqueños. Yo iba cada día y trapicheaba, por en esos tiempos en el norte de Filadelfia la venta de drogas estaba en auge. Iba a trabajar desde las siete de la tarde hasta media noche. Empecé a vender crack, heroina, polvos, marihuana, de todo en la manzana. Cuando digo «en la manzana» me refiero a que esa droga no era mía. Ibas a la esquina y te daban un turno, como cuando trabajas un turno en Walmart. ¿Y si llegabas cinco minutos tarde? Alguien habría cogido tu turno y te podías ir a casa.

Cuando empezaba mi turno me daban 48 fardos de heroína. En cada fardo había treinta bolsas. Vendía 130 dólares de droga de un fardo. Cogía 110 y se lo daba al tío y yo me quedaba con 20. Pero había un trabajador social encima de mí; así que cuando iba a trabajar, tenía que vender diez fardos de droga gratis para él. Diez fardos de droga se iban en una hora o en menos. Luego, en la siguiente hora vendía diez fardos de droga para mí. También tenía crack y polvos, que era toda su mierda. Hacía entre 400 y 1.200 dólares en una noche. Solíamos trabajar de negro con luces de mineros del carbón en nuestras cabezas, y ellos tenían un cable que se colocaba por dentro de nuestros abrigos hasta el clip del cinturón, donde había una botón de encendido y apagado. En invierno, a las 4:30 ya era de noche, así que a las 7 estás trabajando con una camisa negra.

Había muchos oficiales de estupefacientes que solían cubrir las ventas, así que nosotros le preguntábamos a cada cliente, «¿Cómo te metes la droga? ¿Te la pinchas o la esnifas?» Si decían que la esnifaban, les decíamos, vale, esnifa una bolsa delante de mí y luego puedes llevarte lo demás». Si decían «me la pincho», les decíamos que se levantaran las mangas para que pudiéramos ver las marcas. El dinero era genial, pero ahí fue cuando empecé a desarrollar una adicción por el caos. Estando en esa situación y en ese lugar empiezas a hacerte inmune a la violencia, a la adicción, al comportamiento despiadado, a los robos y a los tipos engreídos.

Me dispararon en esa esquina. Era una disputa por unos 1.800 dólares; una queja local por alguna marihuana que le vendí a uno de mis clientes. Eran diez libras de marihuana, pero ellos decían que había una libra y media en cinta adhesiva y media libra de semillas. Cuando abrió la marihuana era como maíz. El tipo quería su dinero. Me dirigí hacia el otro y le pedí el dinero razonablemente. No me dio el dinero así que le dije que me diera dos libras de marihuana para reemplazarla y me dijo, «dame la pasta». Lo llamé y le dije, «no te voy a dar la pasta, colega, porque me debes eso». Así que se volvió loco. Era un buen amigo mío, trabajé con él durante años. Él sabía que tenía el dinero para pagarle, pero eso era lo principal de la situación, porque me iba a dar una mierda de mala calidad.

Uno de mis chicos dijo «Wakeem acaba de pasarse, sabe que estás aquí». Yo dije, “¡me importa una mierda! Lo que tenga que pasar que pase.” Seguí vendiéndole a mis clientes y veinte minutos después apareció con una una metralleta Mac 10. Era dominicano y no hablaba inglés muy bien. Todo el mundo me conocía como Too Tuff, pero el conocía a Tupac, y entonces me dijo, «¡Tupac! ¿tienes mi dinero, Tupac?» Yo me quedé con cara rara «¿Tupac? ¡No soy el puto Tupac!» Y empezó a disparar. El primer disparo me dio en el muslo y salió por el otro lado de mi pierna, pero no atravesó mis calzoncillos. La bala rozó mis playeras. Cojeo y me preparo para recibir seis disparos más en mi espalda, y cuando miro, lo veo peleando con el arma. ¡Se atascó!

Nosotros teníamos un arma, era una escopeta, pero la parte de atrás estaba rota, así que cuando disparabas tenía que alejarla de tu cuerpo para que no te diera de lleno en la cara. Fui y cogí el arma, pero no iba a dispararle. No era tan estúpido como para matar a alguien y él tampoco lo era. Me podía haber disparado en la puta cabeza. Luego, el tipo detiene una moto Ninja, se sube en la parte de atrás y dice «¡La próxima te mato, Tupac!» Se fueron con la moto haciendo el caballito. Hace poco, la hermana del que me disparó lo puso en su lugar porque tenía cinco kilos de heroína. Le metieron una sobredosis, lo arrastraron bajo las vías del tren en Filadelfia, y lo dejaron allí. Ahora está muerto, y su hermana y los demás encarcelados de por vida.

El juego de la droga estaba en auge, y fui con una persona llamada Dino, quien tenía un montón de dinero. Me dijo que quería que le organizara una fiesta. Había todo tipo de peceras, sofás de cuero, candelabros de oro, putas corriendo por la casa como locas, todo el mundo fumando marihuana. Una semana después de fiesta que le le hice, me pidió si quería trabajar para él. Empecé limpiando la casa, alimentando a los peces y paseando a los perros. Me pagaba 250 dólares a la semana. Luego me dijo, «tengo otras cosas que me gustaría que hicieras». Bajamos las escaleras y tenía cerca de 300 libras de marihuana. Me dijo, «quiero que metas esa marihuana en bolsas hasta que haya una libra en cada una. Luego coges mi coche y le llevas esas diez libras a esta persona». Después de uno o dos meses contrataron a mi amigo Terik como conductor. Hicimos el tema de la marihuana durante un tiempo y ganamos un montón de dinero.

[Dino] me compró dos coches y fui su mano derecha. Me mandaba a coger aviones, ir a varios lugares que estaban fuera del estado, como Phoenix, con dinero sin revelar. Cogía lo que tenía que coger y volaba de nuevo con US Air/West Airlines a un lugar sin revelar en Filadelfia, embolsaba la mercancía, me iba al hotel, pasaba allí la noche con la marihuana y al día siguiente la entregaba a todo el que él tenía en su libro negro de clientes. De las 300 libras de marihuana, daba 250 libras y durante el resto del mes tenía que perseguirlos para que me dieran el dinero. Yo era el tipo de la recolecta con la fuerza detrás de mí — él tenía un equipo de asesinos a los que les pagaría un par de dólares para que dispararan.

Seguía haciendo música, produciendo beats y haciendo scratchs, pero tenía un trabajo a tiempo completo como vendedor de drogas. Nadie se metía conmigo porque sabían que Dino me cubría las espaldas. Yo solía ir por ahí con entre 10.000 y 165.000 dólares en mi coche a cualquier hora, cualquier día de la semana, y nunca nadie me atracó. Nunca me dejó tener tiempo para mí, yo era más bien un rehén. Me pagaban y vestían muy bien, era un rehén muy respetado.

Era su mano derecha, pero me trataba como una mierda. Solía estar celoso porque la gente me conocía como Too Tuff. Él se apoyaba en el capó de un Escalade y yo me sentaba en el sitio del copiloto y sus pasajeros, clientes y personas con las que trataba me veían y decían, «Ey, ¡Too Tuff! ¡Qué pasa colega!» y venían y hablaban conmigo. Él se ponía como loco y finalmente decía, «¿Sabes qué? Te voy a comprar una casa y te voy a hacer un estudio». Eso me sonaba bien, una manera fácil de salir de la mierda y poder dedicarme al estudio todo el tiempo.

Me compró una casa en Kensington Avenue. La policía de Filadelfia estaba llevando a cabo la «Operación Amanecer» y tenían tropas que prácticamente estaban en cualquier esquina y se paraban. Él llamó al estudio Sunrise Studios para mofarse de la policía. Invirtió tanto dinero en equipos que en cuatro o cinco días tenía todo un estudio profesional. Trabajamos allí con Black Thought y M.A.R.S Co-Op y más personas del vecindario. Contrató a un ingeniero que trabajaba en el piso de abajo. Nosotros hicimos un álbum al que llamamos Sunrise Studio Presents. Me hizo un estudio que estaba en el segundo piso, pero nunca lo llegué a usar porque estaba siempre por ahí recogiendo dinero para él. Llevé ocho cajas de discos a ese estudio porque iba a vivir allí para que cuando hiciera la mierda de la marihuana y la acabara, pudiera hacer mi música. Le había dicho a uno de los internos que sacara todos los discos de sus cajas y los ordenara alfabéticamente. Había doce años en discos y tenía copias. ¡Misteriosamente todo desapareció!

Todo esto fue para hacerme ver que no era un mierda. Esto lo hizo para eclipsar a Too Tuff y mostrarme que todo lo hacía para hacerse él mismo rapero. Tenía un mural de sí mismo en la pared del estudio, una alfombra hecha a medida con letras blancas y rojas que decían «Sunrise Studios» y que costaban 10.000 dólares. Era una puta locura. Había un grupo que se llamaba Wise Wale’s y vinieron y atracaron el estudio cuando no estábamos. Robaron mitad de las cajas de ritmos a punta de pistola. Después de eso, descargamos todo el equipo y lo llevamos a la 8th Street Music y ¡lo vendimos todo! Todo ese equipo tenía un valor de 80.000 dólares y él quizás pudo conseguir 15.000.

Seis meses después de que empezara a trabajar con Dino empezamos a meter las cosas en bolsas y oímos que tocan en la puerta. Miro por la mirilla y digo, «hay tres tíos del gas ahí fuera uniformados». No quería ser quien abriera la puerta y recibiera un balazo más tarde porque apagaran el gas. Así que mi colega Terik abre la puerta y los putos tíos del gas corren con varias Uzi y Mac 11 — ¡eran ladrones a mano armada! Dino, Terik y yo corrimos hacia la puerta—. Tenían allí a su esposa como rehén. Fuimos y llamamos a la policía y nos encontramos con una situación de rehénes en la casa, por lo que habían millones de putos policías, del SWAT y de todo tipo. Los tíos que entraron a la casa se fueron hacia la parte de atrás y escalaron la valla. Había un gran parking detrás y la policía estaba allí esperando por ellos.

Tenían doce libras de marihuana. Los policías nos preguntaron, «¿De quién es esta casa?» y Dino dijo: «Es mía. ¡Nosotros fuimos los que llamamos!» Entonces ellos dijeron: «¡Ponga las manos en la cabeza! ¡Está siendo arrestado por posesión de marihuana!» Yo voy, le pago la fianza y me dice: «Voy a quedarme en el Comfort Inn, quiero que vivas en esta casa. Los que nos han atracado se han puesto en contacto conmigo. No quieren que presente cargos». Uno de los tipos tenía 25 años de libertad condicional o algo, así que por este tercer ataque se hubiera quedado en la cárcel de por vida. Ahora estoy viviendo en la casa y cada mañana hay diferentes pagos en el buzón. A veces eran 1.000, otras veces 5.000, también una onza de coca o un fajo de pastillas de éxtasis.

Era una persona muy violenta. Las personas que tenía más cerca eran de las que más abusaba, y yo era el que más cerca estaba de él después de su mujer — y ella ya estaba hasta los cojones igual que yo—. Mi castigo no sería tan severo, simplemente me golpeaba en la cara con una pistola y me llevaba al hospital para que me pusieran puntos. Me acostumbré a esa mierda porque él no iba a dejar que me fuera. Empecé a ahorrar para que lo asesinaran. Solía escuchar ese álbum de Smif ‘N Wessun y planeaba su asesinato. Había ahorrado 10.000 dólares. Realmente no quería que lo mataran, solo quería que me dejara tranquilo.

Había un tipo jamaicano con el que solía tener relación y con el que él tuvo una pequeña guerra por un dinero que faltaba. Ese jamaicano vino y me dijo: «¿Quieres trabajar para mí? Ya no vas a trabajar más para él». Así que ahora trabajaba para el jefe de Dino. Pero para alejarme de Dino y poder trabajar con los jamaicanos tenía que actuar como si no estuviera haciendo nada. Él venía y se cercioraba, enviaba a alguien a mi casa y cortaba los cables del motor de mi coche para que no arrancara.

Antes del ataque a las Torres Gemelas viajar en una avión con mierda encima era mucho más fácil. Andrew [uno de los jamaicanos] era un gran manager, había manejado una compañía de Fortune 500. Me decía: «Eres blanco, todo lo que tienes que hacer es ponerte un traje. Te cortas el pelo, coges un periódico de USA Today, llevas ropa nueva; esos tipos no van a hacerte ni caso. Vas a llevar la marihuana contigo en dos bolsas, las vamos a envolver bien. Nadie va a perseguirte, la policía no irá en tu busca, tú vas a caminar siempre hacia adelante. Ellos no van a saber si eres político, actor, representante de un estado, hombre de negocios. Tenemos gente cubriéndote la espalda desde donde sales y también cuando llegas al destino. No te preocupes por nada, todo va a ser oficial». Lo hice 27 veces. Cada vez que lo hacía me daban 3.800 dólares y todo lo que hacía era irme de vacaciones cuatro días y traer marihuana en el camino de vuelta. Me gastaba el dinero todo el tiempo que estaba allí así que era un jodido encanto.

Siempre supe que podía pasar algo así que me iba a la happy hour del bar, luego iba a la sauna, a la piscina, compraba cosas en los centros comerciales y dormía bien, porque si me metían entre rejas iba a estar fuera de todo durante mucho mucho tiempo. Iba al bar del aeropuerto, pedía dos Bloody Mary con un chupito de vodka Stoli y ya estaba a medio camino. ¿En cuanto al rollo del mano a mano? Había pasado al nivel de gestión. Seguía siendo una puta mula, pero era mejor que esperar en una esquina. Un año después me compré una casa y un coche, todo estaba bien. Luego arrestaron a los jamaicanos para los que trabajaba por llevar cocaína al Reino Unido. Ahora querían que yo hiciera esa mierda. En vez de llevar dinero a Phoenix y traer drogas, ellos querían que llevara drogas al Reino Unido y trajera dinero. Yo pensaba, «Esto está yendo demasiado lejos».

Después de llevar cuatro años sin trabajar para él, Dino vino a mí una vez y me dijo, «Tío, ¿alguien dice que todavía tienes un contacto en California? ¡Súbete al coche!» Me secuestró, condujo hacia Phoenix, Arizona — 2.000 millas de trayecto — y tardamos cerca de 6 días en llegar. No me dejaba salir del coche. No le iba a decir el contacto que los jamaicanos me habían mostrado — ¡no me iba a suicidar de esa manera! — Luego me dijo que se estaba muriendo por cáncer de pulmón. Había empezado a desarrollar una adicción opiácea porque los doctores le daban oxycontin y percacet, y ¡quería ir a México a montar en un puto caballo! Fuimos y montó a caballo. Se compró todo el equipo de vaquero. Botas de vaquero de piel de serpiente por 2.000 dólares, sombrero de vaquero por 800 y ¡caminó durante un par de semanas por Filadelfia vestido como un vaquero! Supongo que estaba intentando crear tendencia o algo.

Algunas personas me decían que se había muerto e iban a visitar su tumba. Otros me decían, «¡No está muerto! ¿Estás loco? ¡Estaba aquí el otro día!» Otros me decían que lo habían visto conduciendo una mierda de Toyota 1.8. Había personas que me decían que estaba en un programa de protección de testigos y que los federales le habían dado una nueva identidad. ¡Dino es ahora como la leyenda de Tupac! Puede estar vivo en Aruba o puede estar muerto. ¡Yo simplemente estoy contento de que no esté más a mi lado!

Unos tipos me prestaron su coche y en agradecimiento les dejé dos discos míos. Luego me di cuenta de que el coche que me dieron era un puto coche robado y ¡el motor se rompió! Así que él no quería hablarme más, pero tenía mis discos. Había una chica que se llamaba Heather y que estaba metida en el rollo del hip-hop antes de que ninguna tía blanca estuviera. Tenía un gorro que decía White Sox y ella quitó parte de la «O» para que dijera «Sex». Estaba muy buena. Le dijimos a ella que lo llamara y quedara con él en este sitio llamado Silk City, que era un club de hip-hop. Le dije: «Ve y dile que le vas a dar sexo». Lo cogimos por detrás e intentamos meterlo en el puto maletero. Estaba en un gran apuro así que tuvimos que darle para que se metiera en el maletero. Saltó del maletero y empezó a correr por toda la manzana.

Me acusaron de secuestro, pero no me declararon culpable. En ese mismo club fue donde me acusaron de haberle pegado a un tipo en el 2009 [por poner una cerveza encima de una pila de CDs que Too Tuff estaba vendiendo]. Me arrestaron seis meses después. Me encerraron once meses en la cárcel y en lo que estuve allí me diagnosticaron cáncer de tiroides. Me operaron dos veces, pero el sistema de la cárcel no quería pagarme la quimioterapia, así que contraté a unos abogados que dejaron mi fianza de 35.000 dólares en cero. Hicieron una petición para que me liberaran y así poder darme la quimioterapia e irme a casa. Tuve suerte de que no me metieran en la cárcel mientras trapicheaba en aquella esquina, y también tuve suerte de que no ser parte de una condena porque muchos amigos acabaron así. Muchos no han visto la luz desde 1996.

Overlord Ice Dog y DJ Too Tuff

Ice Dog es ahora un oficial de policía en Filadelfia. Tone Love tiene un par de negocios marchando en Germantown. LA Kid se casó hace poco con Bunny de L’Trim, así que vive en Indianapolis. Yo soy el único que sigue en las calles con la música y grita continuamente Tuff Crew. Hago de cuatro a ocho actuaciones cada mes, hago los grandes éxitos de Tuff Crew.

Una cosa está muy clara: el hip-hop ha sido el que me ha salvado la vida. Ha estado en cada triunfo y en cada derrota. Cada vez que me encerraban, cuando estaba en una cama de hospital, cuando me quedaba sin dinero. El hip-hop siempre estuvo ahí para mí.

El hip-hop ha sido la constante, el sustento de toda mi existencia. Es la razón por la que me fortalezco y olvido, lo que uso para motivarme y para una marcha triunfal. Hip-hop: no hay nada más real que eso.

DJ Too Tuff superó el cancer y sigue actuando y grabando en Filadelfia hoy en día. Sacó a la venta algunas de sus producciones favoritas posteriores a Tuff Crew en el disco «DJ Too Tuff´s Lost Archives» con ayuda de su amigo DJ Z-Trip.

Conecta con DJ Too Tuff en su página de Facebook.

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