Cambia tus hábitos y mejora tu piel

Estos son los 6 hábitos diarios que debes considerar para lucir una piel radiante, saludable y luminosa.

Nati Margaria
Cuidado de la piel
5 min readApr 7, 2024

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Image by Satheesh Sankaran from Pixabay

¿Te has preguntado por qué a veces no te funciona una crema o un producto para la piel? ¿por qué aún no logras ese efecto radiante y una piel luminosa después de tantos tratamientos? o simplemente quieres cuidar tu piel pero no quieres realizar ningún tratamiento invasivo. Si la respuesta a alguna de estas preguntas es sí, entonces estás en el lugar correcto, vamos a hablar de cómo con simples hábitos y cambios en tu rutina diaria puedes mejorar el aspecto de tu piel, haciéndola lucir más suave, luminosa y previniendo el envejecimiento.

Para empezar, si tienes alguno de estos dispositivos para cuidar tu piel y utilizar diariamente junto a tu rutina diaria, ya es una gran herramienta que va a ayudar a que tu piel luzca suave, radiante y mejorar la circulación para prevenir el envejecimiento. Puedes mirarlos en este link.

Sigue estos pasos y empezarás a notar cambios en tu piel

#1 — Trata de dormir entre 7 a 9 hs diarias.

Un buen descanso ayuda no solo a que tu cuerpo y mente descansen sino que también tiene un gran impacto sobre tu piel. Esto es debido a que mientras dormimos nuestro cuerpo se regenera y repara los tejidos dañados.

Además, mientras descansamos se produce la secreción de hormonas como el cortisol, que ayuda a reducir la inflamación y el estrés oxidativo de la piel y la hormona del crecimiento que contribuye a la producción de colágeno y elastina, las cuales son esenciales para evitar el envejecimiento, mantener la elasticidad y firmeza de la piel. Por lo tanto, si no descansamos lo suficiente empiezan a aparecer no solo signos de cansancio como ojeras e hinchazón, también se aumenta el nivel de estrés oxidativo en la piel lo que acelera el envejecimiento.

Para un mejor resultado no olvides limpiar tu piel antes de acostarte para eliminar cualquier suciedad o restos de maquillaje que pueda obstruir tus poros.

#2 — Sigue una alimentación equilibrada

Ya hemos escuchado varias veces la típica frase de “somos lo que comemos” y la verdad es que es una realidad y no se trata de comer menos, intentar bajar de peso, etc., nada de eso, se trata de equilibrar nuestra alimentación incorporando diferentes tipos de vitaminas, antioxidantes, proteínas y minerales que ayudan a mejorar el aspecto de nuestra piel y sin dudas, a sentirnos mejor.

Limitar el consumo de grasas trans, azúcares simples, harinas refinadas y alimentos procesados mejorará significativamente el estado de la piel. Un claro ejemplo son las veces que hemos comido un alimento con alto contenido en grasas o azúcares y como efecto secundario se nos produce el brote de acné.

El consumo de proteínas de alto valor biológico contribuye a la formación y renovación de tejidos como la producción de colágeno y elastina, responsables de la firmeza y elasticidad de la piel así como de la prevención del envejecimiento.

Por otro lado, también es fundamental la ingesta de ácidos grasos omega 3 y vitaminas C y E por su poder antioxidante lo que protege la piel de agentes externos y ayuda a prevenir el envejecimiento y aparición de arrugas, dejando una piel con apariencia más suave y radiante.

#3 — Realiza actividad física

Realizar alguna actividad física regularmente va a mejorar significativamente el aspecto de nuestra piel ya que ayuda a estimular la circulación sanguínea lo que produce que se reciba más oxígeno y nutrientes. Además el sudor favorece la eliminación de células muertas de la epidermis, así como suciedad e impurezas que están en la superficie, también tras la sudoración los poros se abren permitiendo la salida de toxinas destapando los conductos de las glándulas sebáceas causantes de problemas como el acné.

Realizar ejercicio influye también a disminuir los efectos provocados por los radicales libres en la piel frenando los signos de envejecimiento y estimulando la producción de colágeno.

#4 — Beber abundante agua

Beber al menos dos litros de agua al día es imprescindible para nuestra salud corporal, el correcto funcionamiento de nuestros órganos internos, liberar el organismo de toxinas y desechos innecesarios lo que en efecto ayuda a mejorar la apariencia de nuestra piel. Si bebemos poca agua en consecuencia nuestra piel va a lucir deshidratada, tensa y opaca mientras que al beber suficiente cantidad de agua nuestra piel se verá mucho más elástica, brillante y luminosa.

#5 — Mantén una correcta rutina diaria para cuidar tu piel

Mantener una rutina tanto por las mañanas y por las noches es tan importante como elegir los productos adecuados para nuestro tipo de piel, pero ojo, no se trata de elegir los productos más caros y usar todo lo que le funciona al resto, sino que se trata de conocer nuestra piel, tener objetivos claros y elegir correctamente lo que tu piel necesita.

Seguí estos pasos todos los días por las mañanas apenas te levantas y por las noches antes de acostarte:

  • Limpia tu rostro con abundante agua y tu jabón facial de preferencia,
  • Aplica un tónico facial sin alcohol o un serum hidratante,
  • Utiliza una crema hidratante dando suaves masajes circulares,
  • Por las mañanas no olvides tu protector solar y bálsamo labial
  • Por las noches aplica contorno de ojos dando suaves masajes para aliviar la tensión después de un largo día.

#6 — Evita fumar y el exceso de alcohol

Fumar puede generar varias consecuencias para la piel, empezando por el envejecimiento prematuro y arrugas. Afecta también a la pigmentación de la piel, esto es porque estimula a las células productoras de melanina y como consecuencia se manifiestan manchas de color mas oscuro y la piel se torna mas gruesa. Otra de las consecuencias causadas por el cigarrillo es cómo afecta el flujo sanguíneo cutáneo lo que ocasiona trastornos en la microcirculación y la oxigenación de los tejidos.

El alcohol por su parte, produce deshidratación y pérdida de brillo en la piel. Disminuye también la oxigenación y producción de colágeno lo que acelera el envejecimiento cutáneo y adelgazamiento de la piel.

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